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PAGINA DEL CONSUMIDOR / sobrecito [email protected]
CAPSULAS DE SALUD 27 de junio de 2005
Ahora están por todas partes y con mayor aceptación entre los consumidores. Son los medicamentos similares y genéricos. Es necesario tener cuidado con la publicidad. No son lo mismo, presentan diferencias con los de patente y no sólo en el precio. La recomendación no está de más: consulte al médico.

Ricardo Blanco Velázquez

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El sistema público de salud padece severas limitaciones de dinero, que no son una novedad para nadie. Un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señaló que las restricciones presupuestales en México han obstaculizado tanto la cantidad como la calidad de la atención médica. Ello ha propiciado en los años recientes "un significativo racionamiento implícito" en todo el sistema. "Por ejemplo, la disponibilidad de la mayoría de los medicamentos en los servicios estatales de salud es extremadamente pobre."

Un abasto deficiente de fármacos en el sector de la salud y una población con escasa capacidad de compra han ocasionado un aumento del uso de medicamentos distintos a los originales, controlados por los laboratorios que tienen la patente para su fabricación y cuyo precio incluso triplica al de opciones más baratas en el mercado.

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En México la ley de salud obliga a los médicos a incluir en las recetas para sus pacientes el nombre del medicamento, así como el llamado "principio activo", es decir, la sustancia base de las píldoras, tabletas o suspensiones a consumir. La intención es ofrecer alternativas de precio, así como fomentar la competencia.

Son conocidas ampliamente dos opciones de compra de medicinas, aparte de las que se ofrecen en las farmacias que sólo manejan marcas de patente. Se trata de los medicamentos genéricos y de los similares.

Los medicamentos genéricos son aquellos cuya patente, propiedad de la empresa farmacéutica que lo inventó o diseñó, por lo general después de varios años de investigación y gastos en tecnología, ha caducado. Laboratorios autorizados oficialmente los fabrican y comercializan. De hecho, las instituciones públicas de salud entregan a los derechohabientes medicamentos genéricos.

No se trata de fármacos de rebaja. Los laboratorios que los elaboran deben demostrar la equivalencia terapéutica de sus productos con el original, es decir, que cumplen con todas las especificaciones. Un genérico debe contener el mismo principio activo, idéntica dosis y la misma forma farmacéutica que el original, y debe garantizar la misma calidad, seguridad y eficacia que el medicamento de referencia.

capsulashor copyLos medicamentos genéricos, llamados en México genéricos intercambiables, no son lo mismo que los similares. Estos contienen el mismo fármaco, la misma concentración, forma farmacéutica, vía de administración e indicación terapéutica de los medicamentos de referencia, pero no tienen la llamada bioequivalencia con los de patente comprobada.

La bioequivalencia es la comparación del efecto causado en los usuarios, tanto del medicamento nuevo como del original, mediante análisis que permiten conocer la concentración del fármaco.

Dos grandes empresas se disputan el mercado mexicano de los medicamentos diferentes a los llamados de patente: Farmacias del Ahorro, que ofrecen genéricos intercambiables, y Farmacias de Similares. Cada una asegura que su producto es el mejor y que supera al de la competencia.

En salud, la última palabra la tiene el médico §

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