Usted está aquí: lunes 4 de julio de 2005 Política El nuevo desafío zapatista

Angel Luis Lara*

El nuevo desafío zapatista

El primero de enero de 2003 miles de indígenas tomaban pacíficamente la ciudad chiapaneca de San Cristóbal de las Casas. Ante una plaza repleta de bases de apoyo zapatistas, el comandante Tacho dejaba en el aire sus palabras: "Y ellos pensaron que no importa eso que hicieron porque la gente olvida rápido y además no hay otra cosa. Pero no se olvida y sí hay otra cosa. Porque toda esta historia de engaños y traiciones no termina con que nos han derrotado". Lo que pasa con los zapatistas es que no entienden ni practican la diferencia entre el decir y el hacer, o sea, que lo que dicen lo hacen. Con su Sexta Declaración de la Selva Lacandona, hecha pública al mundo entero en los últimos días, el EZLN ha vuelto a colocarse en el centro de la vida política mexicana con la propuesta de esa "otra cosa" de la que hablaba Tacho hace más de dos años: una campaña para la construcción de otra forma de hacer política con la gente sencilla y humilde, de un programa de lucha nacional y de izquierda que comprenda la construcción democrática por abajo de un nuevo marco constitucional para México.

Durante sus once años de existencia pública, el movimiento zapatista nos ha demostrado su capacidad de recombinarse abriendo coyunturas y caminos en contextos en los que parecía imposible hacerlo. Su manejo inteligente de la estrategia y su dominio de la dialéctica entre proceso y acontecimiento han convertido a los zapatistas en un referente para los movimientos sociales del mundo entero y en un peligro público no sólo para la clase política mexicana, sino también para toda concepción sedentaria de la acción política. En este sentido, la Sexta Declaración de la Selva Lacandona supone un histórico y arriesgado paso adelante que vuelve a demostrarnos que el zapatismo es un verbo que se escribe en gerundio, sin miedo a transformarse para seguir luchando por transformar el mundo.

La nueva apuesta del EZLN señala cambios relevantes. Para empezar, una extensión del sujeto: de los pueblos indígenas al conjunto de sectores sociales desfavorecidos y explotados de México. Para seguir, un cambio sustancial de léxico que se materializa en un retorno estratégico a un imaginario político clásico, recuperando, entre otras cosas, la coordenada "izquierda política" como eje básico del mapa de las resistencias, en detrimento de la centralidad otorgada hasta la fecha a la denominada "sociedad civil" y congelando el movimiento de deconstrucción del propio significante "izquierda" que los zapatistas habían protagonizado. Para poner punto y seguido, el EZLN produce un viraje en su clásica desconexión formal con su contexto geográfico más inmediato, conectándose directamente al conjunto de experiencias de resistencia al neoliberalismo que inundan la realidad latinoamericana en nuestros días.

En el fondo del nuevo reto zapatista encontramos elementos y pistas fundamentales para la acción política rebelde en cualquier parte del planeta. El desplazamiento y extensión de la categoría de autonomía, desde la reivindicación concreta del reconocimiento de las formas de gobierno propias de los pueblos indígenas al conjunto de lo social, señala que para los zapatistas la práctica de la política pasa por la organización y la defensa de la autonomía de los movimientos sociales respecto de los partidos y la clase política. La nueva política que se proponen no se de-sarrolla en términos de representación, sino de expresión sin mediaciones. La centralidad que otorga la Sexta Declaración de la Selva Lacandona a la elaboración por abajo de un nuevo marco constitucional apunta el carácter constituyente que necesariamente debe caracterizar a las nuevas resistencias. La oposición explícita a la privatización de la energía eléctrica, el petróleo, el agua y los recursos naturales subraya la relevancia que la defensa de los bienes comunes debe tener en cualquier proyecto de oposición y alternativa al neoliberalismo.

Hace meses, el subcomandante Marcos decía que cuando el poder pone a la historia la palabra "FIN", la resistencia agrega el signo de interrogación. El nuevo paso que emprenden los hombres y mujeres del EZLN le pinta una enorme interrogación al futuro. Los que arriba son poder en México seguro que andan como locos buscando la respuesta, sobre todo aquellos que se dicen de izquierda. En la acera de las resistencias, sin embargo, la propuesta zapatista se convierte en estímulo para no dejar nunca de hacerse preguntas.

* Sociólogo. Miembro del Grupo de Investigación Charles Babbage en Ciencias Sociales del Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid

 
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