Usted está aquí: sábado 9 de julio de 2005 Opinión DESFILADERO

DESFILADERO

Jaime Avilés

Una casa de piedra y de bambú

Salazar Mendiguchía: pieza clave para leer el futuro

Con Madrazo en Los Pinos, ¿Albores vuelve a Chiapas?

No hace mucho, durante una visita a la sierra veracruzana, el pionero del bambú en México, don Rafael Guillaumin -el hombre que debía casarse con María Marinero y que, para desgracia de ella, de él y de ambos, no pudo-, me llevó a conocer una casita construida con una mezcla de esa peculiar madera, cemento y piedra, que en ciertos recuadros de sus paredes (no cubiertos con yeso ni pintura) muestra la forma en que los albañiles combinaron esos elementos, logrando diversas tramas. Al observar tres de los acontecimientos políticos más notables de esta semana, se me vinieron encima las imágenes de aquellos rústicos muros.

El nombramiento de Roberto Alcántara como nuevo jefe de finanzas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la renuncia del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas a la carrera presidencial y la excarcelación de René Bejarano son hechos entrelazados en las murallas del sistema político nacional. Frente a los golpes de pecho de las buenas conciencias panistas y priístas -o para decirlo pronto, salinistas- por el retorno del ex líder de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal a la calle, se agiganta el silencio que esas almas hipócritas han guardado ante el tráfico de influencias (caso Infra), los abusos de poder (reparto de miles de permisos de juego) y la abierta complicidad del charrito Santiago Creel con el canal de las estrellas, los videoescándalos y las casas de apuestas.

Pero a la orilla de ese silencio resulta aún más escandalosa la designación del fascineroso Bobby Alcántara como tesorero del PRI, porque durante su estancia en el puente de mando de Bancrecer se autoprestó alrededor de 10 mil millones de dólares, que después declaró como "cartera vencida" o "créditos incobrables", para convertir esa fortuna robada en deuda pública a través del Fobaproa y en parte de la insoportable carga que impide la transformación del país. Es tan habilidoso el hombre a la hora de poner en práctica el dos de bastos que, según quienes lo conocen, tiene un correo electrónico por demás especial: bobbyalcántara-arroba-arroba-arroba-amanosllenaspuntocom.

Con esos antecedentes -seguramente después de una exhaustiva búsqueda y de una cerrada competencia entre los aspirantes finalistas-, Roberto Madrazo Pintado lo premió al encomendarle el manejo de los millones de millones que gastará en su campaña "política" rumbo a Los Pinos. Pero mientras ello ocurría, el ingeniero Cárdenas le daba un duro golpe a las aspiraciones presidenciales de Bobby Madrazo, al abandonar el absurdo, inútil empeño de ser por cuarta ocasión en su vida, y tercera en la historia del Partido de la Revolución Democrática (PRD), candidato a jefe del Poder Ejecutivo federal.

Momias de Guanajuato

Todo se entrelaza. Mientras a Creel empiezan a decirle el "aloe vera" porque cada día le descubren más propiedades, Francisco Barrio se sale de la lucha interna del Partido Acción Nacional (PAN) y sólo quedan firmes en la carrera el minúsculo Felipe Falderón Enojoso y Alberto Cárdenas Jiménez, a quien Greenpeace le otorgó el título de míster ecocidio por su obra en la Secretaría del Medio Ambiente, aunque en opinión de testigos imparciales es tan cavernícola, rupestre y elemental que a su lado Vicente Fox alcanza la densidad filosófica de Noam Chomsky.

Pero mientras la muerte civil se adueña de las filas del PAN y transforma a sus exponentes en lo más parecido a las momias de Guanajuato (tétrica imagen que rinde tributo al foxismo), la liberación de Bejarano representa un alivio para el ingeniero Cárdenas porque fue él quien lo llevó a las grandes ligas de la política capitalina y lo colocó en el mismo equipo junto a Rosario Robles, ese esperpento moral que el michoacano legó a los chilangos y del que nunca se desdijo. Ahora, exonerado por las dos procuradurías -la de Fox y la de Andrés Manuel López Obrador- que lo encerraron ocho meses en el Reclusorio Sur, Bejarano influirá con mayor entusiasmo en la consolidación de Marcelo Ebrard como candidato a sucesor del Peje de Gobierno.

Y es que durante una reunión social de tribus perredistas, celebrada apenas algunas semanas atrás, Dolores Padierna tomó la palabra, informó que René, su esposo, estaba "un poco alicaído", pero subrayó el enorme, solidario apoyo que estaba recibiendo en el penoso trance de parte de Marcelo Ebrard. Esto quiere decir que la CID (Corriente de Izquierda Democrática), la fuerza corporativa perredista más grande y mejor articulada en la ciudad de México, se pronunciará por el ex jefe de la policía del Distrito Federal quien, sentado a la derecha de López Obrador, ordenó la supresión de los pobres en el paisaje urbano por medio de la odiosa ley Marcelo.

Salazar Mendiguchiapas

Todo se entrelaza, hay que insistir en ello, y se entrelaza también allí donde "falta lo que falta". En este sentido falta, por ejemplo, una revisión crítica de la administración de Pablo Salazar Mendiguchía, un político de habilidades extraordinarias a punto de convertirse en el primer gobernador de Chiapas que termina completo su sexenio. Si bien eso tiene harto mérito, quizá la huella más profunda de su paso por el palacio de Tuxtla Gutiérrez no quedará impresa en la mente y en el corazón de sus gobernados, sino en la fotografía oficial de Roberto Albores Guillén que engalanará las oficinas públicas de ese estado cuando, en diciembre de 2006, lo suceda en el cargo.

Salazar Mendiguchiapas -como lo rebautizó el tonto del pueblo de Tecamacharco- renunció al PRI, donde estaba peleado con Ernesto Zedillo, y aprovechó su amistad con Cuauhtémoc Cárdenas y Vicente Fox para convertirse en candidato a gobernador por el PRD y por el PAN; sin embargo, una vez en el poder, fortaleció sus vínculos locales y regionales con el PRI. En agosto de 2001, pese a las abrumadoras evidencias de fraude electoral cometidas por Roberto Madrazo en contra de César Raúl Ojeda, acudió al programa de Brozo y en tono de chacota -y de chaqueta-, recomendó al PRD que aceptara la "victoria" de Manuel Andrade.

Aliado de Madrazo al menos desde el 2 de julio de 2000, cuando éste le dio el "voto verde" de Chiapas no a Francisco Labastida, candidato presidencial del PRI, sino al abanderado panista, Vicente Fox, Pablo recibiría ese mismo respaldo, meses más tarde, al competir en las urnas contra Sami David. Desde entonces, uno de sus esfuerzos más fructíferos ha sido reconstruir las estructuras municipales del priísmo. Y como no hay plazo que no se cumpla, ahora que Madrazo Pintado se dispone a comprar la Presidencia de la República, Salazar Mendiguchía se apresura a pagarle los viejos favores pavimentando el retorno del Croquetas Albores Guillén, y con éste, sin duda, el de todos los asesinos, chacales, torturadores y ladrones que en el último tramo del sexenio de Ernesto Zedillo escribieron con las lágrimas y la sangre de los indios una página más de auténtico horror en Chiapas.

Es por ello que en círculos solidarios con las comunidades rebeldes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional se percibe con gran preocupación el riesgo de que en julio del año próximo triunfen Bobby Madrazo en la elección federal y el Croquetas Albores en la de Chiapas, no sólo por lo que tal retroceso significaría a primera vista, sino porque esos dos pájaros de cuenta concretarían los acuerdos en materia de biotecnología establecidos entre Salazar Mendiguchía y los gobiernos de Estados Unidos e Israel, que amenazan la ecología de la Selva Lacandona y el futuro de sus habitantes, los pueblos que luchan y resisten al mismo tiempo y con la misma dignidad heroica que tantos otros grupos sociales en el resto del país.

Cárdenas, vacunado

Todo se entrelaza, hay que volver a recordarlo, porque la alianza de Salazar Mendiguchía con Bobby Madrazo en contra de López Obrador -eso y no otra cosa quería decir en 2001 el respaldo pablista a favor del tabasqueño Andrade-, inscribe en el mismo grupo al gobernador de Chiapas y a Jorge Emilio González, el Niño Verde, quien desde su ruptura con Fox a principios del sexenio ha caminado codo a codo junto al inminente candidato presidencial del PRI... o de lo que del PRI quede cuando finalice el proceso interno. Por eso desconcertó a muchos el acercamiento del ingeniero Cárdenas al gerente general del Partido Verde Ecologista, pero no sorprendió a quienes de un tiempo acá han venido mirando con extrañeza las frecuentes apariciones públicas del fundador del PRD con distinguidos representantes del salinismo, como el ex asesor de Zedillo y ferviente promotor de las plantaciones forestales comerciales, Luis Téllez, entre otros.

Al dejarle vía libre a la candidatura de López Obrador -sin reconocerle mérito alguno-, Cárdenas no pone fin a su carrera política: al contrario, la vacuna contra los futuros estragos del tiempo mientras él mismo, con renovada grandeza, se sitúa más allá de las mezquinas pasiones coyunturales (ésas que han enloquecido hasta el delirio a sus tres últimos exegetas, cada cual más deshonesto y alucinado que el otro) e ingresa en una dimensión de la historia donde sus contradicciones formarán parte de sus virtudes.

Así, pues, al igual que en los muros de piedra, cemento y bambú, en la política nacional -creo de algún modo haberlo dicho- todo se entrelaza.

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