Usted está aquí: sábado 9 de julio de 2005 Sociedad y Justicia Acoge Gambia ritual alternativo a la ablación genital

Propuesta de catedrática

Acoge Gambia ritual alternativo a la ablación genital

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Barcelona, 8 de julio. El gobierno de Gambia acogió hoy la propuesta de una maestra universitaria para aplicar un ritual alternativo a la mutilación genital femenina, que han sufrido 120 millones de mujeres en el mundo, señaló el diario La Vanguardia.

Adriana Kaplan, antropóloga de la Universidad Autónoma de Barcelona, diseñó un proyecto que propone una metodología para abordar la ablación, que acogió el Ejecutivo del país africano, apuntó el rotativo.

De acuerdo con el Comité Interafricano, Kaplan elaboró una metodología para abordar la ablación desde una óptica respetuosa hacia la cultura de Gambia, donde 90 por ciento de su 1.5 millones de habitantes es de religión musulmana.

Kaplan trabaja desde hace 16 años sobre la mutilación genital femenina en Gambia, donde 80 por ciento de las mujeres han sufrido esta práctica y es la nación subsahariana con más peso en Cataluña, España.

La propuesta trata de defender el sentido del ritual que se practicaba antes y después de que las niñas sufran la ablación, pero sin llegar a la mutilación física.

Al aceptar la iniciativa, el gobierno gambiano rompe el histórico veto impuesto sobre este tema y se compromete a apoyar un plan para prevenir las prácticas de mutilación genital, subrayó el diario.

El Ministerio de Salud de Gambia comunicó a Kaplan en febrero pasado que secundaba la propuesta, así como su compromiso para desarrollar un plan de trabajo preventivo basado en esa metodología.

La vicepresidenta, Isatou Njie-Said, confirmó que se pondrá fin al veto que durante 10 años prohibió cualquier trabajo o información contra las mutilaciones genitales en rituales de iniciación a la pubertad.

Kaplan dijo que en una primera fase las niñas son separadas de su comunidad, "se les cubre la cabeza con un pañuelo, viven con sus madres y abuelas mientras se las prepara para el proceso; la música y las procesiones las acompañan en su tránsito para ahogar el dolor". Las abuelas realizan esa tarea al tiempo que ejercen de guías espirituales. En una segunda fase, la de cicatrización, que puede durar unos 15 días, se cocina para las niñas y se les procura alimentación de fuerte valor nutritivo para paliar las pérdidas de sangre. Se les transmiten enseñanzas seculares sobre el trabajo femenino y el respeto a los mayores; mientras que en la tercera fase las niñas son presentadas en sociedad con una fiesta de recibimiento en las que las madres bailan para ellas.

 
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