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A MI, MIS TIMBRES 11 de julio de 2005
Los timbres postales que son noticia pueden crear una burbuja especulativa... que muy pronto se revienta. El último cuento de Memín regresó a los kioscos una historieta que se hallaba en el olvido. Quizá los compradores que participaron en la especulación con las estampillas pronto querrán olvidar su incursión en el mundo de los negocios.

Ronald Buchanan

SELLOS LEYENDA

No necesariamente son siempre los
más caros ­aunque sí valen mucho­, pero hay timbres cuya historia los ha convertido en leyenda.

El más notable
timbre 1The Penny Black, Reino Unido, 1840. El primer timbre de la historia, con la imagen de la reina Victoria, entonces con 19 años de edad. Todavía no se perforaban los sellos: los empleados de correos los recortaban con tijeras. Valor sin uso, 3 mil dólares, usado 160.

Los más caros
timbre 2Post Office Mauritius, Isla Mauricio, 1847. Los primeros de la entonces colonia británica. Sólo queda un ejemplar sin uso del de un penique, de color naranja, y un par del de dos peniques, azul. El único sobre que lleva los dos se vendió en 1993 en más de 3.8 millones de dólares, precio récord en la filatelia.

El error más raro
timbre 3El Amarillo de Tres Skillings, Suecia 1855. Clásico ejemplo de cómo una equivocación y la escasez se combinan para aumentar el valor. Por error se imprimió en amarillo, en vez de verde y se sabe de un solo ejemplar en existencia. Valor desconocido por estar en manos privadas, pero se supone que se encuentra entre los más caros de la historia.

El más intrigante
timbre 4Penny Magenta, Guyana Británica, 1856. Feo pero sumamente raro, ya que se sabe de solo uno en existencia, y con una historia de las más coloridas. Es propiedad de un multimillonario encarcelado por asesinato y está bajo resguardo en un banco de Filadelfia. Valor, 1.5 millones de dólares... por lo menos.

El más conocido
timbre 5Inverted Jenny, EU, 1918. No es el más caro, pero sí el más ampliamente conocido, al menos en EU. Un aficionado compró una hoja de 100 de la primera emisión y se dio cuenta de que el avión que lo ilustra estaba invertido por error de imprenta. Vale hoy 155 mil dólares. ¿Alguien encontró un Memín invertido?

Memín Pinguín le habría encontrado el chiste. Mientras la controversia acerca de los timbres que llevan su imagen dio cátedra de las diferencias culturales entre México y Estados Unidos (EU), también parece destinada a darla en el difícil arte de la inversión especulativa. Y como podría explicar cualquier vendedor de nopales en el mercado de Jamaica: lo que abunda, tarde o temprano hay que rematarlo.

El ruido que suscitó en los medios el cruce de palabras entre los dos gobiernos creó una ola especulativa en Internet, donde la serie de cinco sellos postales llegó a cotizarse en más de 300 dólares frente a un valor nominal de 32.50 pesos. Días más tarde, sin embargo, la ola se rompió en las rocas de la realidad: los precios en eBay habían bajado a 12 dólares y en MercadoLibre, cuando mucho, a 500 pesos. Y ­mala noticia para los especuladores­ dicen los expertos que lo peor está por venir.

Marco Antonio Mejía es especialista en timbres de colección y gerente de Filatelia de México, ubicada en un décimo piso en el Eje Central de la ciudad de México. Casi enfrente está el Palacio de Correos, abarrotado de gente que quería comprar los sellos de Memín.

"Clientes que llevan 30 o 40 años en la filatelia nos dijeron que no habían visto nada similar", contó Mejía.

Para Mejía, poca duda cabe: "Esto no durará". A la larga, los timbres que sí valen son los que escasean. No una emisión de 150 mil, como la de Memín, sino algo como uno de los contados ejemplares del timbre de 1935 de Francisco I. Madero que pasaron los controles de calidad con un error en la filigrana (decía "Secretaría de Hacienda" en vez de "Servicio Postal Mexicano"). Ese sí valdría unos 12 mil 500 dólares, calculó Mejía.

La perspectiva de Mejía la comparte Ken Martin, director de comunicaciones de la American Philatelic Society, que agrupa los múltiples clubes de filatelia en EU. "Los timbres que causan noticia pueden crear una burbuja especulativa", dijo, "pero muy pronto se revienta".

"Lo vimos aquí con el sello de Elvis", recordó Martin. Los defensores de las buenas costumbres se preguntaron: ¿Cómo podría el gobierno de Washington conmemorar la vida de un drogadicto, de un libertino?

"Gracias al escándalo, el precio de la estampilla subió como espuma, pero muy poco duró. Ya es un timbre cualquiera; se me hace que igual pasará con los de Memín", agregó.

Pero de que hay inversionistas serios, los hay. La revista especializada Linn's Stamp Weekly calcula que el mercado filatélico de EU tuvo un valor el año pasado de casi mil millones de dólares, de los cuales el US Postal Service contribuyó con 240 millones.

La última cifra es poca cosa en un país donde el producto interno bruto se mide en billones de dólares, aunque seguramente rebasa con creces los ingresos por ventas filatélicas del Servicio Postal Mexicano (Sepomex).

Hay miniestados, sin embargo, donde las ventas de timbres representan uno de los principales apoyos de la economía nacional: "San Vicente, en el Caribe, y las Islas Pitcairn, en el Pacífico, por ejemplo", citó Martin.

"Producen sellos llamativos con personajes de Disney o animales raros. No son de gran interés para el coleccionista serio, pero se ven muy bonitos y exóticos en el álbum de un joven. Otro factor importante es que no son muy caros."

Martin nota cierta relación entre los niveles de bienestar económico de los países y el interés de sus ciudadanos en la filatelia. "Donde está creciendo más la inclinación ahora es en Asia. Europa y EU siempre han tenido muchos aficionados, pero se notan cada vez más en China, Tailandia, Sudcorea e India."

En México la atracción es relativamente baja, señaló Mejía, "pero no tanto por los problemas económicos". El Sepomex no promueve sus emisiones y, por lo menos en algunos casos, el diseño no siempre es de lo más atractivo, explicó.

De hecho, si hay que dar gracias por la publicidad que rodeó a los timbres de Memín, le corresponde a la agencia noticiosa estadunidense Associated Press, sin cuya primicia informativa habrían pasado casi inadvertidos.

Como para dar risa a Memín  §

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