Usted está aquí: martes 12 de julio de 2005 Espectáculos Resultan heridas 90 personas en el encierro más largo y peligroso de los sanfermines

La víctima más joven no llega a los 18 años y la mayor tiene 69

Resultan heridas 90 personas en el encierro más largo y peligroso de los sanfermines

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Ampliar la imagen Estos dos corredores intentan evadir al toro en la fiesta de San Ferm� que concluir�l 14 de julio FOTO Reuters Foto: Reuters

Pamplona, Madrid, 11 de julio. Pamplona vivió hoy el encierro más largo y peligroso de los sanfermines, con 90 heridos y contusionados, según fuentes de la Cruz Roja de la ciudad.

Cuatro participantes recibieron cornadas y debieron ser operados de emergencia en el hospital, en tanto que el resto tiene huesos rotos, contusiones o arañazos. La víctima más joven no llega a los 18 años -pese a que está prohibido a los menores participar en los encierros- y la mayor tiene 69.

Además, hubo dos muertos en el entorno de la fiesta: un turista estadunidense de 24 años y una joven española cayeron al río Arga desde la muralla de 30 metros de altura de la ciudad. La policía no descarta que el consumo de alcohol tuviera algo que ver en el accidente.

En el recorrido de casi 825 metros entre los corrales y la plaza de toros ocurrió hoy lo que más temen los servicios de emergencia: uno de los toros se cayó, se quedó rezagado y comenzó a atacar a algunos corredores. Vaporoso, un coloso de 600 kilos, se fue encima también de un policía municipal de 41 años que se dio cuenta del peligro y saltó al recorrido para alertar a los participantes. Los cuernos del toro le perforaron el muslo izquierdo.

Los otros tres heridos graves también fueron víctimas de Vaporoso, que inclusive hizo volar por el aire a uno de ellos. "En el recorrido reinaba el pánico", aseguró un testigo.

El encierro duró cinco minutos y medio, el doble de lo habitual. "Pocas veces hemos atendido a tantas personas en un día", dijo el coordinador de la Cruz Roja para el encierro, José Aldaba. Pero él ya se lo temía, pues Vaporoso procede de la ganadería Jandilla: "Sus toros ya cornearon a ocho personas el año pasado".

En el tradicional espectáculo, que termina el 14 de julio, todas las mañanas se suelta a seis toros y seis bueyes mansos en las calles del casco antiguo de la ciudad, para que corran hasta la plaza de toros, donde por la tarde morirán a manos de los toreros.

Cientos de hombres temerarios vestidos de blanco, los mozos, corren delante de estos colosos y como única arma llevan un periódico enrollado.

Al igual que en ocasiones anteriores, hoy quedó claro que el peligro no lo enfrentan sólo los animales. Varios turistas sin experiencia intentaron montar a los toros o asirlos de los cuernos.

 
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