Usted está aquí: martes 12 de julio de 2005 Política Retiro silencioso del Ejército de tres campamentos en Chenalhó

La Sedena no ha informado del repliegue de 11 bases en los meses recientes

Retiro silencioso del Ejército de tres campamentos en Chenalhó

Integrantes de la organización Las Abejas manifestaron su beneplácito por la decisión

ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Residentes de Pechiquil acudieron a la base militar desalojada el domingo en busca de objetos que les puedan ser �s, pero los soldados dejaron vac� los dormitorios FOTO V�or Camacho Foto: V�or Camacho

Pechiquil, Chis., 11 de julio. De manera simultánea, el Ejército Mexicano retiró este domingo otros tres campamentos que desde hace siete años y medio mantenía en el municipio de Chenalhó.

Indígenas de varias comunidades confirmaron que los soldados abandonaron ayer las posiciones que mantenían en los parajes de Pechiquil, Chimix y Takiukum, con lo que el número de campamentos en el municipio de Chenalhó -que era considerado el más militarizado de Chiapas- se redujo de 11 a cinco, entre ellos los de Majomut -la base-, Yabteclum y Las Limas.

En total, en los dos meses recientes el instituto armado ha retirado de Chenalhó seis puestos castrenses, y cuatro desde el pasado 20 de junio, en que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) decretó alerta roja general en los territorios bajo su influencia.

El primer campamento desmantelado fue el que estaba en Los Chorros, el 11 de mayo, luego el de Xo'yep, a principios de junio, y el pasado viernes el de Acteal Alto.

En Pechiquil -donde sólo habitan indígenas priístas, pues los zapatistas están desplazados desde hace siete años y medio-, el agente municipal Antonio Cura Pérez pidió al gobierno federal que ordene el regreso de los militares, ya que las más de 400 familias se sienten "inseguras", porque "no se ha firmado la paz y ni siquiera hay diálogo con el otro grupo (el EZLN)".

Añadió que además los habitantes de esa comunidad tienen miedo porque sus vecinos de Chalchihuitán han amenazado con invadir sus tierras, ya que el conflicto de límites entre ese municipio y Chenalhó se ha agravado en las últimas semanas.
"La única protección que teníamos era la presencia del Ejército Mexicano, pero ayer a las siete de la mañana se fueron con todas sus cosas", agregó.

Dijo que los militares no informaron por qué abandonaban el campamento y que fue el pasado sábado por la tarde cuando él y otras autoridades de Pechiquil -donde, según denuncias de organismos no gubernamentales, hay presencia de paramilitares- se enteraron del retiro del Ejército, porque fueron convocados por los oficiales a una reunión para hacer entrega de las casas de madera y lámina que utilizaban los soldados.

Mostró un acta firmada por el mayor de infantería Armando José Benito Sánchez, jefe del campamento; el teniente de artillería José Francisco Lazcano y el subteniente de sanidad David Robles Hernández, así como por él mismo y por Luis Felipe Gómez Pérez, presidente del Comité de Padres de Familia, en la que la Secretaría de la Defensa Nacional entregó a la comunidad cuatro cabañas rústicas que los soldados utilizaban para el alojamiento, con regaderas y sanitarios, entre otros servicios.

"La Sedena, como un acto de buena fe, entrega las cabañas (con piso de cemento) arriba descritas en buen estado de conservación y en condiciones de ser habitadas para el uso que determine" la comunidad, se asentó en el documento de dos hojas, en el cual se estableció que los militares no aceptarán reclamos de los habitantes de Pechiquil posteriores a su retiro, es decir, a partir de este domingo.

Cura Pérez dijo que además de brindarles protección, los militares daban comida y cena a muchos habitantes, aparte de que proporcionaban medicamentos, consultas médicas y cortaban el cabello.

En la comunidad de Takiukum -habitada por priístas, bases de apoyo zapatistas y por integrantes de la organización Las Abejas- los soldados también abandonaron el campamento muy temprano este domingo, confirmaron pobladores de ese lugar. Ahí un oficial comentó a un nativo que se iban porque "aquí ya no hay problemas" y porque "se necesita más gente en la frontera".

También comentaron que las instalaciones que ocuparon (varias casas de madera con piso de cemento y techo de lámina) quedarían en pie para que sean utilizadas por la Escuela Secundaria Técnica número 100, en una parte de cuyos terrenos se construyó el campamento a principios de 1998.

El retiro del Ejército de Takiukum provocó momentos de tensión este domingo, porque varios grupos de priístas llegaron hasta el campamento recién abandonado con la intención de apoderarse de las cabañas y en busca de algún objeto de valor, lo que los llevó a hurgar por varias partes.

Incluso, uno de los dos puentes de hamaca construidos por los soldados para cruzar el río que pasa a un costado del campamento sufrió serios daños porque varias personas se subieron a brincar en ellos.

La situación se controló, según comentaron algunos pobladores, luego de la intervención del personal de la secundaria, que les hizo saber que las instalaciones -que incluyen las casas, una cancha de basquetbol y una pequeña de futbol- serán utilizadas para el albergue de muchos de los 300 estudiantes de ocho comunidades que reciben clases en la escuela. Varios indígenas cargaron con algo de madera que habían dejado los uniformados.

A diferencia de los demás puestos abandonados por los militares, en el de Takiukum se observó que habían construido túneles, los cuales fueron parcialmente rellenados con tierra, lo mismo que las trincheras para la vigilancia, instaladas de manera estratégica.

El otro puesto que se retiró este domingo por la mañana es el que estaba junto a la comunidad de Chimix, a poca distancia de Acteal. Mariano Méndez, poblador del lugar, informó que el viernes pasado los militares dijeron que se iban a retirar y que las instalaciones que ocupaban podían ser utilizadas por la comunidad. Varios tinacos de plástico de mil 100 litros, algunas bancas y mesas quedaron en las casas que ayer abandonaron los soldados en ese lugar.

En Acteal Alto, de donde los militares salieron entre el viernes y el sábado, el agente municipal Sebastián Luna comentó que dijeron que van a regresar. "A nosotros nos conviene que ellos estén aquí porque así hay tranquilidad", añadió. En esa comunidad viven en su gran mayoría tzotziles priístas pertenecientes a la Iglesia presbiteriana. De hecho, el templo está ubicado en los terrenos que ocupaba el Ejército. A un kilómetro está Acteal Centro, habitada por católicos pertenecientes a Las Abejas, donde fueron asesinados 45 indígenas el 22 de diciembre de 1997 por paramilitares.

La salida del Ejército Mexicano de comunidades de Chenalhó en los últimos días ha provocado temor e incertidumbre entre los priístas, pero beneplácito entre los integrantes de Las Abejas, que desde la llegada de los soldados hace siete años y medio han demandado su retiro. La Sedena no ha informado las razones del repliegue, que se da mientras se mantiene vigente la alerta roja zapatista.

 
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