Usted está aquí: jueves 14 de julio de 2005 Economía Defraudador de WorldCom, sentenciado a 25 años de prisión y donar su fortuna

Se trata de Bernard Ebbers, ex presidente del operador de telecomunicaciones

Defraudador de WorldCom, sentenciado a 25 años de prisión y donar su fortuna

El daño a la empresa hace tres años fue por 11 mil millones de dólares; cimbró bolsas

REUTERS Y AFP

Ampliar la imagen El ex presidente ejecutivo de WorldCom, Bernard Ebbers, ayer al salir de la corte federal en Manhattan, acompa� de su esposa Kristie, segunda a la izquierda FOTO Ap Foto: Ap

Nueva York, 13 de julio. El ex presidente del operador de telecomunicaciones estadunidense WorldCom, Bernard Ebbers, de 63 años y encontrado en marzo culpable de fraude por 11 mil millones de dólares y complot en la mayor quiebra en la historia de Estados Unidos, fue condenado el miércoles a 25 años de prisión y a donar su fortuna a los accionistas afectados

Ahora, después de haber sido condenado por ese fraude, que en 2002 llevó al imperio WorldCom a un colapso que hizo temblar las principales bolsas del mundo, Ebbers forma parte en el imaginario de los norteamericanos del grupo de los villanos empresariales, que cuenta con dirigentes de compañías gigantes como Enron y Tyco.

Uno de sus méritos, durante su gestión a cargo de la empresa, fue haber llegado a un acuerdo con la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) en la que el ente regulador se comprometió a archivar las acciones civiles en su contra.

La sentencia fue dada a conocer por la jueza federal de Manhattan, Barbara Jones, quien había rechazado a principios de semana una petición de Ebbers de un nuevo juicio. Jones ordenó que Ebbers, de 63 años, se presente el 12 de octubre en la prisión federal de Yazoo City, Mississippi. Sus abogados dijeron que Ebbers podrá permanecer en libertad condicional mientras apelan, algo a lo que el gobierno se opone.

La condena, que pudo ser de entre 30 años a de por vida, fue modificada por Jones a 25 años, debido a las buenas obras realizadas por Ebbers en favor de la comunidad.

Ebbers "fue claramente el líder de una actividad criminal en este caso," dijo la jueza.

Como parte de su compromiso con la SEC, que debe ser aprobada por la corte, Ebbers se comprometió a no aceptar cargos directivos en ningún tipo de empresa.

La sentencia es dictada tres años después que WorldCom, una empresa de telecomunicaciones, se derrumbó a causa de un fraude de 11 mil millones de dólares, provocando la pérdida de miles de millones de dólares en inversiones.

La hazaña de su vida no fue pequeña: Ebbers convirtió una empresa insignificante de Mississippi en un gigante de las telecomunicaciones mundiales.

Sus éxitos financieros se fueron sucediendo y el ejecutivo de origen canadiense se fue convirtiendo poco a poco en el niño mimado de Wall Street, un papel que cumplió y disfrutó hasta que se supo que venía ocultando con triquiñuelas contables y financieras el amenazante crecimiento de la deuda de WorldCom.

Ebbers nació en 1941 en la ciudad canadiense de Edmonton pero era muy niño aún cuando su familia se mudó a Estados Unidos, donde su padre fue gerente de una misión cristiana en una reserva de indios navajos, en Nuevo México.

Jugaba aceptablemente al basquetbol, pero nunca brilló como estudiante y abandonó la universidad en dos oportunidades. Repartió leche y trabajó como vigilante en un club nocturno de Canadá hasta que finalmente hizo una última experiencia universitaria en Mississippi.

Ebbers finalmente se graduó en 1966 y el año siguiente se casó con una chica del lugar, Linda Pigott.

Durante cierto tiempo trabajó como entrenador de basquetbol y maestro de escuela en una pequeña ciudad pero un día se cansó y se empleó en una tienda, en la que pronto se convirtió en gerente.

 
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