Usted está aquí: jueves 14 de julio de 2005 Política Fox promete a industriales oponerse a la legalización de autos chocolate

Afirma que evitará caer en "populismos impulsados por diputados de la oposición"

Fox promete a industriales oponerse a la legalización de autos chocolate

Empresarios exigen inspecciones para detectar estos vehículos y sancionar a sus dueños

DAVID ZUÑIGA Y ROSA ELVIRA VARGAS

Al reunirse con empresarios de la industria automotriz, el presidente Vicente Fox dijo que se opondrá a cualquier medida que tome la oposición en el Congreso para regularizar los autos que han entrado ilegalmente al país -conocidos popularmente como chocolate-. "Nos oponemos totalmente a eso. Estamos luchando frente al Congreso para no caer en populismos y no caer en decisiones que perjudican a la inversión y al empleo que tanto necesita nuestro país. Nos oponemos rotundamente a caer en eso".

Así, y contra lo ofrecido por él durante su campaña por la Presidencia de la República, hace seis años, Fox Quesada garantizó ayer mantenerse pendiente y luchar contra la intención de "proceder nuevamente a legalizar" ese tipo de vehículos.

La discusión sobre los autos chocolate es cíclica, pero se reavivó en las semanas recientes luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación decidió que se tipificaba el delito de contrabando para todos los poseedores de autos que entraron sin permiso al país, que en su mayoría corresponden a familias de migrantes.

Al clausurar el tercer Congreso Internacional de la Industria Automotriz en México, Fox Quesada atribuyó la iniciativa para regularizar los autos introducidos desde Estados Unidos, que se analiza en San Lázaro, a "algunos diputados, particularmente de la oposición". E insistió en rechazar cualquier propuesta en ese sentido.

El mandatario hablaba en un tono muy distinto al utilizado por él mismo sobre ese tema cuando buscaba la Presidencia de la República.

Justamente en los últimos dos años del régimen de Ernesto Zedillo surgió un fuerte movimiento nacional en demanda de regularizar ese tipo de vehículos traídos desde el extranjero.

En tanto, Fox Quesada, quien desde sus épocas como gobernador de Guanajuato se manifestó por solucionar el problema, decía entonces que no se podía afectar el patrimonio y el medio de trabajo de esos miles y miles de esforzados paisanos, de esos "héroes" que con gran sacrificio viajaban a Estados Unidos para conseguir un auto o camioneta para emplearlos sobre todo en las labores del campo.

Esto lo dijo también a la Coparmex el 31 de julio de 1999. Esa vez también se refirió a la necesidad de crear un esquema para legalizar los autos traídos desde Estados Unidos.

Durante un recorrido de campaña por la colonia Cuautepec Barrio Bajo, el 11 de octubre de 1999, en un tianguis dominical, un hombre se le acercó y le pidió legalizar las camionetas que se utilizan para trabajar.

Fox le respondió: "Vamos a hacer un plan para 2.5 millones de vehículos que no se han legalizado. Vamos a hacer un programa bien hecho".

Según consigna la nota de Víctor Ballinas, ese mismo día, al ser entrevistado, el entonces candidato del PAN aseveró que "propondría, en caso de ganar la Presidencia, cobrar un peso por cada vehículo que se legalice con el fin de que no sean usados para cometer delitos, como violaciones, asaltos y asesinatos".

Reclamo de la iniciativa privada

Antes de recibir la promesa presidencial de oponerse a la legalización de los autos chocolate, el presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), César Flores Esquivel, había exigido a las autoridades federales, estatales y municipales realizar inspecciones para detectar autos ilegales y sancionar a los propietarios.

Impedir la entrada de coches ilegales es indispensable, afirmó Flores, para que en 2010 el mercado interno de vehículos llegue a 2.2 millones de unidades y México se convierta en el centro manufacturero de automóviles más grande de América Latina.

Reconoció que la producción y las exportaciones de la industria automotriz han caído en los tres años pasados, pero aseguró que el sector tendrá una recuperación "definitiva" este año, con inversiones cercanas a 3 mil 500 millones de dólares para instalar plantas de ensamble y autopartes que empezarán a operar en 2007.

Flores y el director general de la Industria Nacional de Autopartes, Ramón Suárez Fernández, propusieron a Fox eliminar los impuestos para autos nuevos (ISAN) y sobre tenencia de vehículos a cambio de un aumento gradual al precio de los combustibles.

Estas dos propuestas, reconoció el presidente de la AMIA, son "complejas y controvertidas, pero hoy, señor Presidente, nos está alcanzando la verdad. Si queremos crecimiento tenemos que resolver estos dos asuntos".

Los empresarios también plantearon crear una comisión intersecretarial que analice las propuestas del sector y un consejo para la tecnología y la infraestructura de la industria automotriz, en el que participarían las empresas del ramo, la academia y las secretarías de Economía, Hacienda, Trabajo, Educación Pública y Energía, así como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

Este organismo desarrollaría prospectiva tecnológica con apoyo de universidades y centros de investigación e identificaría las necesidades de infraestructura, proveeduría, servicios e insumos para el sector. En 120 días, explicó Suárez Fernández, el organismo propondría una estructura definitiva y un plan de trabajo inicial.

Vicente Fox dio la bienvenida a la propuesta y dio instrucciones para que las dependencias involucradas se reúnan con los industriales para estudiarlas.

Los empresarios pidieron que el consejo se financie con recursos públicos, pero Fox les respondió: "A la hora de poner los centavos ya nos pondremos de acuerdo, a ver quién los pone".

El mandatario les aseguró que el gobierno federal favorece la eliminación de la tenencia y el ISAN, "desafortunadamente" estos gravámenes no pueden desaparecer porque México, afirmó, tiene uno de los niveles de recaudación fiscal más bajos del mundo, 12 por ciento del producto interno bruto, cuando el promedio en la mayoría de los países es de 30 por ciento. "Es muy difícil eliminar fuentes de ingreso mientras no logremos esa reforma integral en materia hacendaria. Vamos a seguir insistiendo en ese tema hasta el final del sexenio", afirmó.

 
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