Usted está aquí: martes 19 de julio de 2005 Economía Fracturada, la cadena productiva de la industria petroquímica: ANIQ

Si no se concreta el proyecto Fénix, varias empresas ''migrarán a otros países''

Fracturada, la cadena productiva de la industria petroquímica: ANIQ

En 1990 la actividad representaba un valor de 5.5% del PIB y cayó a 2.5 al terminar 2004

Pemex no tiene la capacidad para invertir y reactivarla; quedó al último en prioridades

ISRAEL RODRIGUEZ

La actual estructura de Petróleos Mexicanos (Pemex) dividida en subsidiarias bajo el control de una holding, ha fracturado las cadenas productivas de la industria petroquímica nacional, reconoció Pedro Fernández, presidente de la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ).

En entrevista con La Jornada el dirigente gremial adelantó que en caso de que las autoridades de Pemex y de las secretarías de Energía y de Hacienda no presenten una propuesta a más tardar en agosto para materializar la construcción del proyecto Fénix, las empresas Idesa, Idelpro y Nova Chemicals eventualmente podrían migrar a otros países como Canadá.

Mencionó que con la fractura de las cadenas se rompió también la cadena de suministro y ni siquiera se crearon cadenas virtuales. Esta situación ha llevado a un deterioro constante de la industria petroquímica nacional, que después de representar un valor de 5.5 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 1990, cayó a sólo 2.5 por ciento del PIB al cierre de 2004.

Actualmente, dijo, la industria petroquímica sufre un cuello de botella porque Pemex no tiene la capacidad económica para invertir y reactivarla y, por otro lado, es el último segmento de las prioridades de la empresa que en los últimos años ha privilegiado la extracción de petróleo crudo.

El presidente de la ANIQ confirmó que Hacienda se rehúsa a otorgar un contrato de largo plazo para garantizar el suministro en tiempo y forma de las materias primas (gasolinas naturales) a las empresas interesadas en construir el proyecto Fénix.

En febrero de 2005 los socios presentaron una propuesta de fórmula de precios al gobierno con las siguientes consideraciones: contrato a largo plazo de 20 años; volumen garantizado y precio competitivo de contrato, es decir, diferente al precio espot.

Basado en lo anterior, la Secretaría de Hacienda solicitó en abril de 2005 un estudio de impacto social para evaluar la participación de Pemex Petroquímica en el proyecto Fénix y para cuantificar los beneficios socio económicos que resultarían del proyecto. Sin embargo, Hacienda rechazó la posibilidad de asegurar materia prima a un precio más competitivo, porque afectaría la recaudación fiscal en más de 300 millones de dólares.

Al respecto, Pedro Fernández aseveró que la visión de Hacienda es cortoplacista porque está privilegiando una política recaudatoria en lugar de una de desarrollo industrial de largo plazo.

Indicó que los beneficios serían mayores, porque se crearían nuevas fuentes de trabajo, se abatiría el déficit comercial en materia petroquímica y se podrían tener las condiciones para exportar a Estados Unidos.

Comentó que después de que México fue un país prácticamente en equilibrio, y a veces un pequeño exportador en petroquímicos, ahora somos importadores de 6 mil 500 millones de dólares, monto que representa el 75 por ciento del déficit comercial total del país.

''Estamos desperdiciando la oportunidad de ser un exportador de productos petroquímicos al principal mercado consumidor de éstos. Actualmente Estados Unidos importa de Europa y de Medio Oriente, cuando México debería tener esa posición''.

El presidente de la ANIQ informó que la industria química mantiene su apoyo incondicional al proyecto, que considera estratégico e indispensable para el reposicionamiento de la industria nacional.

Por separado, José Felipe Ocampo Torrea, ingeniero jubilado de Pemex y con 32 años de experiencia y perito en petróleo y petroquímica por el Colegio Nacional de Ingenieros Químicos, afirmó que el hecho de que los accionistas privados solicitaran como socio a Pemex en un proyecto en que pueden realizarlo totalmente con inversiones privadas, es porque pretenden obtener precios más bajos incluso a los que obtienen las otras subsidiarias de Pemex.

Ocampo Torrea afirmó que obviamente Hacienda, que fue la que ''diseñó la quiebra de Pemex Petroquímica'' no autorizó los descuentos solicitados, ya que quedaría en evidencia, expuesta a un análisis en el que se observaría la perversa intención de evaluar resultados de operación y proyectos con su invento neoliberal de precios de transferencia, que en cualquier parte del mundo hacen inviable un proyecto similar al del Fénix.

 
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