Usted está aquí: jueves 21 de julio de 2005 Cultura Ciudad Universitaria, entre los aportes mayores al arte mundial

RIQUEZA CULTURAL MEXICANA

Ciudad Universitaria, entre los aportes mayores al arte mundial

Se necesita un plan para preservar la integridad de instalaciones, dice el funcionario de la UNAM

Gestionarán inscribirla en la lista de patrimonio de la humanidad de la UNESCO, anuncia

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Ampliar la imagen Vista de la Sala de Conciertos Nezahualc�l, emplazada en la zona cultural de CU y que no figura en la declaratoria de monumento art�ico FOTO Carlos Cisneros Foto: Carlos Cisneros

Con la designación, este lunes, de Ciudad Universitaria como monumento artístico, se reconoce a una de las mayores aportaciones mexicanas a la arquitectura y al arte mundial del siglo XX.

Así lo valora, en entrevista, el arquitecto Felipe Leal, coordinador de Proyectos Especiales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), gestor del reconocimiento a uno de los mayores emblemas de esa institución.

Desde su inauguración, en 1952, ''el conjunto enriqueció la cultura mexicana y mundial del siglo XX, y lo sigue haciendo con las generaciones actuales".

Sobre una superficie de 700 hectáreas, Ciudad Universitaria -explica Leal- fue en su momento un ''proyecto visionario" resultado de la ''conjunción afortunada entre el interés cultural, el académico, el político y la lucha de los universitarios para que se construyera".

Entre sus valores estéticos, el funcionario universitario destaca la armonía del conjunto, que retoma elementos arquitectónicos de las culturas prehispánicas: "Parece una zona ceremonial".

Por los grandes espacios abiertos, las explanadas que hay entre los edificios, evoca ciudades antiguas ''como Monte Albán, Xochicalco y otras zonas arqueológicas".

Arquitectura a cielo abierto

En torno de la explanada central, prosigue Felipe Leal, ''que llamamos campus o zona de las islas, se disponen perimetralmente, de manera armónica, los edificios, posibilitando que exista en su seno un cruce peatonal y de áreas verdes. Se trata de una arquitectura a cielo abierto debido al extraordinario clima de la zona".

Otros elementos que evocan la arquitectura prehispánica son ''esas largas escalinatas que forman como pirámides; esa era la forma en que los antiguos mexicanos resolvían su relación con el paisaje, haciendo extraordinarios centros ceremoniales".

Pero lo interesante -recalca el ex director de la Facultad de Arquitectura- es la manera en que se fusionó ese pasado ''con la modernidad reinante a mediados del siglo XX; con la vanguardia internacional; con las ideas de la modernidad en la arquitectura; con estos edificios muy abstractos, cúbicos, acristalados y transparentes, muy de moda en aquella época".

Junto a lo anterior hay que mencionar la ''extraordinaria integración plástica que se dio en los edificios con el muralismo".

Ejemplo superior de dicha integración es la Biblioteca Central cubierta por completo en su exterior por ''ese mural espléndido de Juan O'Gorman, que retoma la historia de México, la historia de la ciencia y las humanidades. Es un mural didáctico pero que también ha sido emblema de la modernidad en México".

A propósito, Felipe Leal asegura que éste es el edificio más fotografiado de la arquitectura mexicana del siglo XX: ''Es el que más aparece en libros, revistas, diccionarios y otras publicaciones".

Otro edificio donde el muralismo y la arquitectura mantienen una relación extraordinaria con el paisaje es el Estadio Olímpico, desde cuyo interior se ve el Ajusco, el Popocatépetl, la Iztaccíhuatl y los macizos verdes de árboles aunados a un sistema vial ''muy interesante, muy sugerente, donde no hay calles, no hay semáforos".

Por una preservación dinámica

Mención aparte merecen los materiales con que fue construido el conjunto: ''Es una arquitectura -continúa Leal- de una enorme austeridad que emplea materiales muy económicos y duraderos; son pocos, pero bien elegidos, resistentes, de fácil mantenimiento. Esta es una gran enseñanza para las futuras generaciones de arquitectos".

El especialista subraya la importancia de que el estatus de monumento artístico no está conferido sólo a algunos edificios en particular, sino a todo el conjunto:

''Es decir, el conjunto enriqueció la cultura mexicana del siglo XX, lo sigue haciendo en las generaciones actuales, por la integración de las artes plásticas, el urbanismo, la arquitectura y la teoría del paisaje".

Es entonces ''un reconocimiento de carácter intelectual, simbólico, cultural".

En relación con el diseño original, Ciudad Universitaria presenta en la actualidad pocos cambios: ''Por fortuna ha conservado su esencia y los edificios emblemáticos están bien preservados. Me refiero a la Biblioteca Central, a la Torre de Rectoría, al Estadio Olímpico, a la mayor parte de las facultades y a los murales".

Con el tiempo y el aumento en la matrícula de la UNAM, la creación de nuevas licenciaturas, ''propició que se construyeran algunos edificios intermedios entre los originales, lo que desde mi punto de vista desmereció.

''Con la declaratoria lo que ganamos es que se preserve la integridad del conjunto, impidiendo que dentro del perímetro se hagan nuevas construcciones."

Pero el decreto no es suficiente para preservar la integridad de Ciudad Universitaria. Lo que sigue es la elaboración de un plan de manejo que la propia universidad debe instrumentar.

Es un compromiso que se establece en la declaratoria ''para optimizar y mejorar los esfuerzos que se han hecho en pro de mantenerla y actualizarla desde un punto de vista tecnológico".

Para ello se integrará una comisión que regule las intervenciones que se lleven a cabo en el futuro: ''Es muy importante tener una visión de preservación dinámica, no estática. Porque Ciudad Universitaria es un ente vivo, como cualquier ciudad. Entonces, no se trata de hacer de ella un museo ni de momificar sus instalaciones, ni mucho menos.

''Los estudiantes seguirán tomando sus clases, los profesores impartiéndolas y haremos todos los ajustes que tengamos que hacer. Con más cuidado y respeto a la arquitectura original, pero desde un punto de vista dinámico, vivo."

Beneplácito del INBA

De acuerdo con el coordinador de Proyectos Especiales de la UNAM, después de esta designación, a partir de febrero del próximo año se iniciarán las gestiones para que Ciudad Universitaria también se inscriba en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

El proceso de hecho ya se inició: ''Ya estamos en contacto con la oficina de Patrimonio Mundial en México de la UNESCO. En caso de vernos favorecidos, para el otoño de 2006 podría lograrse esta categoría".

Mientras, el sentimiento de Felipe Leal sobre la designación de Ciudad Universitaria como monumento artístico es de orgullo y alegría: ''Fue una promoción compleja que duró cerca de dos años".

Desde hace tiempo varios universitarios prominentes -historiadores, arquitectos, historiadores del arte- habían señalado la necesidad de la declaratoria que ahora se otorga, "pero no fue sino hasta hace dos años que, con el respaldo del rector Juan Ramón de la Fuente, se decide iniciar la gestión ante las autoridades competentes: en primera instancia el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), después la Comisión de Mejoras Regulatorias y finalmente la Presidencia de la República, porque es un decreto firmado por el Presidente".

Asimismo, el INBA, mediante un comunicado, señaló que el estatus de monumento artístico atribuido a Ciudad Universitaria marca un hito en la historia de la arquitectura en México y constituye ''el resultado de la colaboración interinstitucional que se puede lograr en favor de la preservación y resguardo del patrimonio artístico de México'', dijo Saúl Juárez, titular del instituto.

 
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