Usted está aquí: sábado 23 de julio de 2005 Opinión LOS DE ABAJO

LOS DE ABAJO

Gloria Muñoz Ramírez

CIENTOS DE ACTOS públicos, movilizaciones, concentraciones, foros, boicots y conferencias se han realizado en diferentes países del mundo para denunciar los crímenes cometidos por y en beneficio de la empresa Coca-Cola, multinacional que concretamente en Colombia ha criminalizado y reprimido el trabajo sindical, acusan organizaciones internacionales y gremiales.

Este 22 de julio se organizó una vez más una jornada mundial de denuncia y protesta bajo la consigna de exigir a la corporación estadunidense justicia y reparación integral por los crímenes cometidos en Colombia contra dirigentes sindicales de las embotelladoras, por el respeto a los derechos humanos de los trabajadores y un alto a la contaminación del planeta con los desechos de sus plantas de producción.

El 22 de julio es, desde que fue declarado por el Foro Social Mundial, en 2003, día mundial contra la política de Coca-Cola, que es acusada, en complicidad con la empresa mexicana Femsa (dueña de embotelladoras de ese refresco en Colombia), de contratar paramilitares para asesinar a dirigentes sindicales que se oponen a las políticas de explotación de la multinacional.

La campaña internacional contempla una demanda legal en Estados Unidos contra estas dos empresas, así como la protección de los trabajadores, la defensa del medio ambiente y compensación económica a las familias de los sindicalistas asesinados.

Bajo el lema "killer coke" (coca asesina), la campaña se despliega con mayor fuerza en cada vez más países, y contempla foros informativos tanto en Estados Unidos como en naciones de Latinoamérica y Europa, para denunciar las violaciones de los derechos humanos y, concretamente, su complicidad con los paramilitares para frenar la organización gremial en Colombia.

Como informaron los corresponsales de La Jornada en Estados Unidos, la campaña contra Coca-Cola ha conseguido que al menos seis universidades en Estados Unidos y tres en Irlanda rechacen la venta de este refresco en sus centros académicos.

El sindicato nacional de trabajadores del ramo de alimentos en Colombia afirma que a pesar de las denuncias continúan los asesinatos, secuestros y torturas de líderes gremiales, pero que, al mismo tiempo, a dos años del lanzamiento de la campaña internacional contra Coca-Cola "se han fortalecido las luchas de resistencia del pueblo de Colombia contra la violencia y el saqueo de las multinacionales... Logramos mantener viva la organización sindical y hemos avanzado en la exigibilidad del respeto a nuestros derechos y a la vida, pero no hemos obtenido que Coca-Cola mitigue el dolor de las víctimas y entregue a los responsables de los crímenes para que sean juzgados y condenados".

La suma de las resistencias, explica, "ha sido muy importante para este proceso... habernos encontrado con comunidades de India, Chiapas, Perú, República Bolivariana de Venezuela y otros pueblos del mundo, que igualmente luchan contra la violencia de la multinacional". La campaña de repudio y acciones, por supuesto, no terminó el 22 de julio.

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