396 ° DOMINGO 24 DE JULIO DE 2005
 

Los cárteles se renuevan

La nueva geografía del narco

Alberto Nájar

Al presidente Vicente Fox le gusta presumirlo, sobre todo en estos días cuando se agudizó la violencia: en su gobierno, jura, se ha librado una exitosa batalla contra el narcotráfico, el mayor número de capos encarcelados en la historia. Mala suerte. Según informes de la DEA, estudios de académicos y hasta documentos de la PGR, los cárteles mexicanos se han renovado e incluso cobraron fuerza para enfrentar la guerra contra el gobierno


Uno es viejo campesino que empezó por sembrar mariguana en su parcela auxiliado con una yunta, y hoy es protector de lanchas rápidas y avionetas que, guiados por satélite, cruzan el sureste mexicano cargadas principalmente de cocaína.


Otro es médico cirujano, graduado de una universidad privada de Guadalajara donde administró su propia clínica. Uno más es famoso por regalar propinas de 500 dólares por cualquier servicio, y hay un par que tienen en su cuenta el homicidio de dos periodistas.

Son los nuevos capos mexicanos del narcotráfico, los que ascendieron al poder en el actual sexenio y quienes, de acuerdo con la agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, mantienen a México como el principal proveedor de cocaína, metanfetaminas, heroína y mariguana para el mercado de ese país.

Un dato ilustra el tamaño de la tragedia: en 2001, al inicio del gobierno del presidente Vicente Fox, 72% de la cocaína consumida en Estados Unidos era provista por los cárteles mexicanos. El año pasado, la cifra subió a 92%. Las ganancias por el tráfico de drogas suman, cada año, unos 65 mil millones de dólares, según la DEA.

Los números contrastan con los reportes oficiales. Según la Procuraduría General de la República (PGR) en lo que va del sexenio se ha detenido a más de 46 mil personas implicadas en delitos contra la salud, entre ellas 15 considerados como líderes. "Hay más narcotraficantes que nunca en las cárceles mexicanas, en particular los jefes", presume Fox.

El optimismo presidencial, empero, acaba en la frontera. En su más reciente comparecencia ante la Cámara de Representantes Anthony Placido, responsable de inteligencia de la DEA, advirtió que los cárteles mexicanos continúan en operación e incluso en algunos casos, como los de Juárez y Sinaloa, se han fortalecido. Otros renovaron dirección ante la captura de sus líderes o fincaron alianzas que inauguraron tanto rutas como centros de operación.

El resultado es un nuevo territorio del narcotráfico que, paradójicamente, el ataque del gobierno le ha hecho más difícil de conquistar.

"Atrapar a los líderes ha hecho que se pulvericen los grupos y aparezcan cartelitos que cobran autonomía para operar por su cuenta", explica Sigrid Artz, socia fundadora de Democracia y Derechos Humanos. "Eso pasó en Colombia hace una década, y ya sabíamos que se iba hacia allá pero el Estado en ningún momento tomó acciones para prevenirlo".

Lo más grave, subraya la investigadora, es que el reacomodo de los cárteles ­y el relevo generacional en la dirigencia­ está acompañado de violencia extrema. "Todo mundo se pelea las plazas por los altísimos beneficios que representa", insiste.

No es teoría. En la disputa por controlar Nuevo Laredo y otras ciudades de la frontera chica, existe un dato que ha pasado desapercibido en la ola de ejecuciones de este año: según la DEA, el sur de Texas es actualmente el principal centro de acopio y distribución de drogas en Estados Unidos, e incluso el año pasado se decomisaron 25 toneladas de cocaína en la región, cantidad similar a las confiscadas en todo México durante el mismo lapso (según la DEA, 27.5 toneladas). Y la puerta de entrada fue, principalmente, Nuevo Laredo.

Añeja realidad para la Casa Blanca pero que apenas empieza a reconocerse en el gobierno mexicano. La semana pasada, por ejemplo, el subprocurador en Delincuencia Organizada, José Luis Santiago Vasconcelos, anunció el arranque de un programa binacional para combatir el tráfico de drogas especialmente en la frontera, ante la amenaza, dijo, de la llamada Federación del Narcotráfico integrada por los cárteles de Juárez, Sinaloa y otras organizaciones más pequeñas.

Lo curioso del asunto es que, en febrero pasado, cuando la DEA habló por primera vez del asunto, la PGR rechazó la existencia de tal consorcio de la droga. "Sólo hay dos cárteles operando en México, los demás están mermados", subrayó el subprocurador Vasconcelos.

Nada nuevo. En 2002, tras la captura de Benjamín Arellano Félix, líder del cártel de Tijuana, el funcionario pronosticó la desarticulación del grupo; repitió la sentencia al aprehenderse a Osiel Cárdenas Guillén, cabecilla del cártel del Golfo, y en 2004 advirtió que el cártel de Sinaloa perdía fuerza ante la captura del jefe de sicarios, Arturo Hernández González, El Chaky.

Hoy, estas tres organizaciones son responsables de la ola de ejecuciones y violencia en el país, porque la captura o muerte de sus líderes no afectó su capacidad de operación. De hecho, el lugar de los capos ha sido ocupado.

Aquí un sobrevuelo sobre el nuevo mapa del narcotráfico en México.


CÁRTEL DE SINALOA. LA VIDA EN ROSA

Líderes: Joaquín Guzmán Loera, El Chapo. Ismael Zambada, El Mayo

Lugartenientes:


El Chapo

• Los hermanos Arturo y Héctor Beltrán Leyva, operadores en Sonora y representantes en el Distrito Federal.

• Ignacio Coronel Villarreal, Nacho Coronel. Representante en Guadalajara, operador financiero del cártel.

• Edgar Valdés Villarreal, La Barbie, texano, jefe de sicarios en Nuevo Laredo.

• Otto Herrera García, El Licenciado, guatemalteco, responsable de lanchas rápidas que transportan cocaína y de los almacenes de droga en Centroamérica. Recién fugado del Reclusorio Sur.

• Manuel Alejandro Aponte Gómez, El Bravo, jefe de seguridad de El Chapo. Egresado del Colegio Militar, generación 1993-1996. Ejecutor de Rodolfo Carrillo Fuentes, El Niño de Oro, organizó un grupo paramilitar para combatir a Los Zetas. Tiene su propia gavilla en la zona de Badiraguato, Sinaloa.

• Gustavo Inzunza Inzunza, El Macho Prieto. Jefe de seguridad de El Mayo. Sumamente violento, acostumbra defenderse con bazukas.

• Vicente Zambada Niebla, hijo de El Mayo. La DEA lo acusa de supervisar el desembarco de cocaína importada de Colombia. Responsable de la plaza en Culiacán.


El Mayo

Cuando El Mayo llega, casi siempre en helicóptero, suele causar tumultos entre los meseros de uno de los hoteles más grandes y antiguos de Mazatlán.

Atenderlo es motivo de disputa, algunas incluso llegan a los golpes. Y es que servir al "Patrón", como le llaman, es un privilegio: abrir la puerta, ofrecer una cerveza o preparar algún alimento especial representa una propina de hasta 500 dólares.

Por eso se pelean los meseros, para caerle bien a Zambada, contra quien la PGR mantiene abiertas varias averiguaciones previas y por el que la DEA ofrece una recompensa de cinco millones de dólares.

No hay problema. Con frecuencia ­especialmente en la época de carnaval­ El Mayo aterriza en este hotel, donde suele pasar desapercibido. Es uno de sus favoritos, cuentan algunos empleados, "por grandote".

Zambada García no es el único que se pasea con tranquilidad por el país. Joaquín El Chapo Guzmán ha visitado al menos un par de veces Nuevo Laredo, la plaza que su grupo disputa en forma sangrienta; y los hermanos Beltrán Leyva mantienen al menos dos casas en el Distrito Federal, además de la que tuvo que abandonar en la colonia La Herradura tras el escándalo de Nahum Acosta Lugo.

La PGR afirma haber detenido a unos seis mil integrantes del cártel de Sinaloa ­entre ellos uno considerado como líder y 7 lugartenientes­, pero en términos reales la organización se mantiene a toda marcha; incluso la DEA reconoce que se ha fortalecido.

Un privilegio que despierta sospechas.


EL GOLFO. LAS SIETE VIDAS DE OSIEL.

Líder: Osiel Cárdenas Guillén, El Mata Amigos, El Costroso.

Lugartenientes:

• Eduardo Costilla Sánchez, El Coss. Encargado de la plaza en Matamoros ­cuna de la organización­ donde fue policía municipal. Líder de la banda de sicarios Los Sierra, señalado como autor intelectual del homicidio del reportero matamorense Francisco Arratia.


Osiel Cárdenas, El Mata Amigos

• Gregorio Saucedo, El Goyo, El Caramuela. Dueño de Reynosa. Ex agente de la policía ministerial de Tamaulipas, donde fue comisionado para la custodia de Osiel. Se ganó la confianza de El Costroso en 1999, durante la disputa por la jefatura del cártel, al levantar a varios enemigos.

• Heriberto Lazcano, El Lazca, Z-3. Líder de Los Zetas. Ex integrante del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (Gafes). Encargado de pelear la plaza de Nuevo Laredo aunque su lugar de residencia es Ciudad Miguel Alemán. Señalado como autor intelectual del homicidio de Francisco Ortíz Franco, coeditor del semanario Zeta de Tijuana. Sus principales operadores son Cipriano Mendoza, El Remy y Ernesto Zataráin, El Taca, también ex militares.

• Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta. Se encargó del cártel por unos meses tras la captura de su hermano quien lo castigó por ineficiente. Desde el año pasado, por la guerra contra Los Chapos, regresó a la actividad aunque en un rango menor en la estructura.

• Antonio Arcos Medina, El Toñón, responsable del cártel en Michoacán. Convalece en la zona de Aguililla tras sufrir un atentado hace un par de meses.

Es un tema popular en la frontera chica:

"Somos 20 el grupo de Los Zetas/ unidos como familia/ los 20 somos la fuerza/ con diplomas de suicida/ conscientes de que en cada acción/ podemos perder la vida".

El corrido se llama La Escolta Suicida, y en una de sus estrofas pregona el orgullo de defender "al patrón" Osiel Cárdenas quien, sin el respaldo de los ex militares, hace mucho que hubiera perdido el control del Cártel del Golfo.

Y es que Los Zetas son el verdadero poder en la frontera, los que garantizan el cruce de docenas de toneladas de cocaína cada mes, y mantienen a raya a quienes pretenden apropiarse del territorio.

Algunos de sus lugartenientes han creado grupos propios, como El Coss quien cuenta con la banda de Los Sierras, Tony Tormenta con sus escorpiones o los grameros que sirven a El Goyo. Pero ninguno se compara con los ex militares, cuya capacidad de fuego ha creado incluso conflictos diplomáticos.

En febrero pasado la agencia estadunidense de inteligencia Stratfor reveló que Los Zetas habían comprado dos misiles SAM-7, de fabricación rusa, con los que pretendían realizar algún atentado. La versión fue desmentida por el Ejército mexicano, pero de cualquier manera puso en evidencia el tamaño de la guerra que los ex militares pelean en la frontera.

¿Cómo es que El Mata Amigos pudo reclutar a un grupo como este? Porque habla su mismo idioma, cuentan en Matamoros: en sus inicios, Osiel y su hermano Antonio lavaban camionetas de los judiciales asignados a la plaza (les decían Los Costrosos, porque siempre estaban sucios), y luego consiguió trabajo como madrina de los agentes.

Pero quizá la verdadera razón es menos romántica: Los Zetas son leales a Osiel porque el capo los ha hecho millonarios.


JUÁREZ. JEFES DE JEFES

Líder: Vicente Carrillo Fuentes. Hermano de Amado, El Señor de los Cielos, de quien heredó la costumbre de usar dobles como medida de seguridad.

Lugartenientes:


Vicente Carrillo

• Vicente Carrillo Leyva. Hijo de Amado

• Juan José Esparragosa Moreno, El Azul, uno de los fundadores del cártel y operador en Morelos. Vinculado al gobernador de esa entidad, según investigaciones de la PGR. Enlace con el cártel de Sinaloa.

Por lo menos en un par de ocasiones doña Aurora Fuentes ha estado a punto de convocar a conferencias de prensa para defender a su familia, pero el consejo de sus hijas y el sacerdote de cabecera la han disuadido.

Y es que la señora está inquieta. Primero su hijo mayor, Amado Carrillo Fuentes, murió de forma extraña durante una cirugía plástica. Luego, una partida de soldados arruinó la fiesta de bodas de su nieto, Vicente Carrillo Leyva, y para colmo hace unos meses su hijo Rodolfo y su nuera fueron asesinados en una plaza cercana a El Guamuchilito, donde se encuentra la quinta donde vive.


El Azul

Suficientes razones para extraviar irremediablemente el sueño, porque el hijo que le queda, Vicente, cada vez tiene más enemigos.

Y es que según la DEA el cártel de Juárez se ha convertido en el más poderoso de México, con presencia en 21 estados y promotor de la llamada Federación del Narcotráfico en la que confluyen las organizaciones de Sinaloa, Michoacán, la familia Herrera de Durango (los principales exportadores de heroína negra a Estados Unidos) y el cártel del Istmo.

Más de la mitad de la cocaína que cruza por México (unas 300 toneladas al año) es transportada por Vicente Carrillo Fuentes y sus socios, quienes incluso operan a las puertas de sus enemigos: en Mexicali, Baja California y San Luis Río Colorado, Sonora, asedian a los hermanos Arellano Félix. Y al disputar la plaza de Nuevo Laredo inquietan a Osiel Cárdenas y sus sicarios.


CÁRTEL DEL MILENIO. CAMINOS DE MICHOACÁN


Armando Valencia.
Fundador del cártel

Líder: Luis Valencia Valencia.

Lugartenientes:

• Oscar Nava Valencia

• Melchor Cornelio.

Durante las madrugadas en el municipio de Tzitzio, al suroeste de la capital michoacana, Morelia, es común encontrar camionetas estacionadas en lo alto de las montañas, a la espera de una señal del cielo.

Cuando llega se ponen en movimiento. De un jalón, arrastran enormes redes cubiertas con yerba y luego encienden las luces de forma intermitente para iluminar la pista improvisada.

Es entonces que la señal, en forma de avioneta, aterriza en el sitio señalado donde permanece unos cuantos minutos, el tiempo justo para descargar los paquetes con droga. Luego, las camionetas cubren de nuevo la pista con la red. Y se marchan.

Esta es una de las formas más populares que el cártel del Milenio utiliza para bajar droga, a raíz de los operativos de la Armada de México en las aguas frente a Lázaro Cárdenas y Zihuatanejo, Guerrero, que solían ser la puerta a sus lanchas rápidas.

Con este método, afirma la DEA, los Valencia logran introducir un promedio de 20 toneladas mensuales de cocaína a Estados Unidos, la mayoría por Texas y con destino a Atlanta, Chicago y Nueva York. En el rango de proveedores de drogas, ocupan el número tres; sus ganancias son de entre dos y tres millones de dólares mensuales.

Pero no es por ello que los Valencia aumentaron su fama recientemente, sino porque pusieron precio a la cabeza del ex procurador Rafael Macedo de la Concha y al titular de la SIEDO, José Luis Santiago Vasconcelos.

La recompensa, por los dos, sería de unos 12 millones de dólares.


TIJUANA. ASUNTO DE FAMILIA


El Tigrillo

Líderes:

• Enedina Arellano. Operadora financiera a través de una cadena de farmacias, constructoras, hospitales y hoteles en Tijuana, Guadalajara y Morelia.

• Eduardo Arellano, El Gualín. Médico cirujano egresado de la Universidad Autónoma de Guadalajara, donde hasta hace poco administraba su propia clínica. Consejero de su hermano Benjamín, el jefe del cártel hasta su captura.

• Francisco Javier Arellano Félix, El Tigrillo, el menor de la familia, pretende ocupar el lugar de su hermano Ramón como jefe de sicarios pero no lo ha conseguido, dicen en Tijuana, por su carácter atrabancado.

Lugartenientes:

• Manuel Aguirre Galindo, El Caballo. Uno de los fundadores del cártel, negociador con otras organizaciones y hombre de confianza de Benjamín Arellano, a quien actualmente sirve de enlace con el resto de la organización. Es casi su única función, pues se considera que está semi retirado del negocio.


Benjamín Arellano

• Gustavo Rivera Martínez. Pistolero, guardaespaldas de Enedina.

• Gilberto Higuera Guerrero, El Gilillo, representante en Mexicali. Es hijo de Gilberto Higuera El Mayel, bajador (responsable del transporte de cocaína en avionetas o lanchas rápidas) del cártel, y actualmente preso en La Palma.

La víspera de la Navidad de 1998 explotó el calefactor en la residencia de Eduardo Arellano Félix, y encendió la ropa de su esposa e hija.

Médico cirujano, El Gualín supo de inmediato la gravedad de las heridas y sin pensarlo las llevó a una clínica de Chulavista, en Estados Unidos, a pesar de la vigilancia que la DEA mantenía sobre él.

Fue un gesto audaz. Cuando los agentes estadunidenses se enteraron, Eduardo Arellano estaba de regreso en Tijuana.

Por acciones como éstas, El Gualín se ganó el respeto no sólo de sus hermanos, sino de los sicarios y bajadores de la organización. No fue gratuito.

Quienes le conocen afirman que está muy lejos de ser el típico doctor sensible y humanista, e incluso atribuyen a su consejo algunas de las decisiones más violentas adoptadas por el jefe del clan, Benjamín Arellano.

Así, es natural que haya asumido el control de la organización, junto con su hermana Enedina a quien también se le conoce por su valor en el combate.

Pese a sus esfuerzos, la mancuerna no ha recuperado los tiempos de gloria para el cártel, dañado por las capturas de sus lugartenientes y bajo el fuego de sus enemigos.

Hasta la efímera alianza de Benjamín con Osiel Cárdenas salió mal: cuando el primero se negó a seguir al tamaulipeco en su estrategia de profundizar la agitación dentro del penal de La Palma, el Mata Amigos ordenó que le dieran una golpiza y lanzó a sus Zetas a la caza de la familia Arellano, que debió refugiarse en San Diego.

Por eso la DEA afirma que el cártel de Tijuana está en declive.


OAXACA. UN VIEJO MODERNO

Líder: Pedro Díaz Parada.

Lugartenientes:

• José López Rosales.

• Melesio Parada Sánchez.

Sobreviviente de todas las guerras contra el narcotráfico, a Pedro Díaz Parada se le conoce como el principal traficante en el sureste del país.

Empezó desde abajo, al sembrar mariguana en su parcela de San Pedro Totolapa en la década de los setenta. Actualmente, su organización mantiene células en Chiapas, Veracruz y Tabasco, además de controlar el trasiego de cocaína y mariguana en Oaxaca.

En varias ocasiones, al líder del cártel se le ha vinculado con políticos locales, lo cual sería una de las razones para explicar su permanencia en el mundo del narcotráfico.

Es el responsable de cuidar las lanchas rápidas y avionetas que cruzan el sureste del país. Socio desde hace tres años de El Chapo, forma parte de la llamada Federación del Narcotráfico.

El cártel de los Díaz Parada, conocido como Del Istmo, ha pasado desapercibido para la PGR y la DEA, a pesar de que se trata de una organización violenta.

En 1985 el capo fue sentenciado a 33 años de prisión por tráfico de cocaína y mariguana. Al escuchar la sentencia, Díaz Parada dijo al juez, Pedro Villafuerte Gallegos: "Me voy a ir y tú te vas a morir".

Así fue. El capo permaneció seis días en la cárcel. Y el juez, dos años después, fue ejecutado en Morelos con 33 disparos. Sobre su cuerpo quedó una nota: "Una bala por año".