Usted está aquí: miércoles 27 de julio de 2005 Estados Ser jornaleros, destino para menores de Meztitlán

Debido a la pobreza, se emplean en sembradíos de diversos cultivos por 100 pesos al día

Ser jornaleros, destino para menores de Meztitlán

CARLOS CAMACHO CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Ni�de la parte alta de la Vega de Meztitl�trabajan de jornaleros nueve horas al d�por una paga de 100 pesos FOTO Armando Loaiza Foto: Armando Loaiza

Meztitlán, Hgo., 26 de julio. Erica Domínguez tiene 11 años y acaba de terminar la primaria. Aunque está de vacaciones, para ella estos días son distintos a los de otras niñas del medio urbano, porque aquí, en la zona rural, menores y adolescentes como Olga Hernández del Angel, de 16 años, tienen que trabajar en la cosecha de ejote para apoyar la economía familiar.

Al igual que ellas, cientos de niñas y niños se confunden entre adultos que cada mañana bajan de las comunidades de Tepatetitla, San Juan y otras de la parte alta de la Vega de Metztitlán, a bordo de desvencijadas camionetas que los transportan hasta los grandes sembradíos de ejote, jitomate, tomate, papa o maíz, donde trabajan de 8 de la mañana a 5 de la tarde por 100 pesos diarios.

Si laboraran cinco días a la semana, al mes Erica y Olga juntarían 2 mil pesos, pero sólo trabajan entre dos y tres jornadas, porque en ocasiones "ni trabajo hay". Entonces el panorama se ensombrece.

En este municipio, enclavado en la sierra hidalguense, hay un vergel conocido como la Vega, con cinco mil 700 hectáreas de tierras de cultivo de muy alta calidad, que podrían ser el motor de la economía y el desarrollo del lugar.

Pero la realidad es otra. Con pocos apoyos y los bajos precios a que comercian sus productos, la mayoría de los campesinos prefieren vender sus tierras, rentarlas o trabajarlas "a medias".

Los jóvenes -alrededor de 30 por ciento de los cerca de 15 mil habitantes de Metztitlán- apenas terminan la secundaria y prefieren irse a Estados Unidos.

En esta localidad prácticamente no hay persona adulta que no haya conocido el vecino país.

Aarón Pérez Moreno, hombre fuerte de aproximadamente 50 años, quien llega con una treintena de personas (entre mujeres, hombres y menores de edad) para laborar en el corte de ejote en una parcela de Jilotla, reconoce que estuvo dos años en Filadelfia, "pero regresé porque mi mujer me dijo 'quihubo' y yo preferí quedarme ya, si no... me cambia (por otro)".

Como él, muchos adultos prefieren irse unos meses e inclusive años a territorio estadunidense, donde "uno gana 100 dólares al día. Un pollote frito te cuesta 6 dólares, 24 cervezas 17 dólares. En cambio aquí te chingas todo el día por 100 o 120 pesos. ¿Pa' qué te alcanza?" Los niños y adolescentes de Metztitlán todavía no saben lo que es irse al vecino país a trabajar, pero ansían llegar a los 15 o 16 años para irse de mojados.

"No me gusta estudiar", confiesa Olga Hernández, quien, como todas las trabajadoras, se cubre la cabeza del sol ardiente, que ya para las 10 de la mañana quema el cuerpo.

Erica Domínguez, a su vez, tiene 11 hermanos, apenas terminó la primaria y tiene ganas de seguir en la escuela, pero por lo pronto en el periodo vacacional tiene que trabajar para ayudar a sus padres en los gastos del hogar.

Para recolectar 32 arpillas (sacos) de ejote, de 60 kilos cada uno, en un día se necesitan 30 personas. La leguminosa se cotiza en la Central de Abasto, a 3 pesos el kilo "cuando está tiernita y limpia".

La madrugada del 5 de octubre de 1999 ocurrió en este lugar la peor inundación en 55 años. El agua subió 10 metros y literalmente se tragó todos los campos agrícolas. Arrasó con todo.

-¿Cómo está el panorama ahora? -se le pregunta, seis años después, a Agustín Téllez, encargado de conseguir trabajo para la gente y de transportarla por una paga diaria de 300 pesos.

-Pésimo -responde.

 
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