Usted está aquí: lunes 1 de agosto de 2005 Cultura Representar obras modernas, clave del Kirov para entrar en el siglo XXI

Su temporada en Londres incluyó creaciones de William Forsythe

Representar obras modernas, clave del Kirov para entrar en el siglo XXI

Los bailarines consideraban "escandalosas" las coreografías, pero las aceptaron

THE GUARDIAN

Ampliar la imagen Escena de Manon, interpretada durante la pasada visita del ballet Kirov a M�co FOTO Cortes�Ars Tempo Producciones Foto: Cortes�Ars Tempo Producciones

Al lado de piezas tradicionales de su repertorio, el Ballet Kirov del Teatro Mariinski presentó en su temporada en el Royal Opera House de Londres piezas del coreógrafo estadunidense William Forsythe, alguna vez considerado el "anticristo" del mundo del ballet.

La temporada, que concluyó el 30 de julio, tuvo en su programa El lago de los cisnes, Romeo y Julieta, La Bayadera y tres piezas de Balanchine. Junto a ellas las coreografías de Forsythe: Steptext, In the middle, somewhat elevated y Two ballets in the manner of the late 20th century. La pieza In the middle... se presentó ya en México durante el espectáculo Gigantes de la danza en febrero pasado, en el Auditorio Nacional.

Forsythe se ha hecho famoso porque su trabajo se aparta de las convenciones del ballet clásico, y no son el tipo de danza que se asocia al ballet Kirov, destaca el diario británico The Guardian. Sin embargo, añade, para el director artístico de la compañía, Makharbek Vaziev, Wi-lliam Forsythe "es un gran coreógrafo. No hay duda de ello y no es un secreto".

The Guardian subraya que desde la disolución de la Unión Soviética, las grandes compañías de ballet ruso han tratado, de manera gradual, de abrirse paso hacia el siglo XXI, de tal manera que el Kirov ha añadido nuevas piezas a su repertorio, como las de George Balanchine, fallecido en 1983, pero el trabajo de Forsythe constituye una apuesta más salvaje.

Fue el ballet Kirov, añade el periódico, el que cortejó a Forsythe hasta convencerlo, ya que para el coreógrafo los bailarines que han sido entrenados en el sistema tradicional no están acostumbrados a este tipo de trabajo, por lo que puede ser "horrible" verlos en estas coreografías.

El asistente de Forsythe, Aaron Watkin, fue el encargado de enseñar las coreografías a los bailarines del Kirov. "Bill -dijo- tiene enorme respeto por el Kirov, ¿y quién no?, pero sí tomó tiempo convencerlo de que podrían bailar sus coreografías. Había resistencia de algunos bailarines, para quienes estas coreografías eran escandalosas y estaban preocupados de que estas obras pudieran afectar a la danza clásica."

Watkin eligió bailarines que poseyeran dos elementos básicos: "talento físico natural y apertura" hacia las coreografías del estadunidense.

De acuerdo con Forsythe los bailarines "estaban hambrientos" y llevaron el trabajo a niveles muy altos. Pero los tradicionalistas podrían sentir que su temor hacia estas coreografías están justificados, añade The Guardian, retomando declaraciones de Watkin: "quienes no participaron en las coreografías de William son como los bailarines que el Kirov ha tenido durante 30 años. El otro grupo parece que hubiera sido entrenado en algún otro lugar".

Para el director artístico del Kirov, la reacción del público a estas coreografías ha sido "maravillosa" y el trabajo de Forsythe representa "un paso crucial hacia el futuro".

 
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