Usted está aquí: domingo 7 de agosto de 2005 Mundo Rescatan batiscafo de la armada rusa

Vivos, los siete marinos

Rescatan batiscafo de la armada rusa

JUAN PABLO DUCH Y AGENCIAS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Acompa� por su dos hijas, Yelena Milashevskaya espera noticias de su esposo, el comandante Vyacheslav Milashevsky, quien estuvo atrapado en el batiscafo militar AS-28 FOTO Reuters Foto: Reuters

Moscú, 7 de agosto. El submarino atrapado en el fondo del mar desde el jueves pasado emergió a la superficie este domingo.

Después de tres días de infructuosa labor para rescatar a la tripulación del batiscafo militar AS-28, inmovilizado a unos 190 metros de profundidad frente a la costa de Kamchatka, en el Pacífico, la armada rusa logró liberar al sumergible de una red de pesca que lo tenía atascado.

El rescate fue llevado a cabo gracias al robot submarino Scorpio-45, enviado a la zona por el gobierno británico. Las labores tuvieron que ser interrumpidas por un problema técnico que obligó al aparato a emerger antes de volverse a sumergirse para salvar a los siete marinos atrapados en el batiscafo.

Al cierre de esta edición no quedaba claro aún si el batiscafo emergió por sí solo o fue ayudado a subir por el Scorpio-45. Sin embargo, el estado mayor de la flota rusa informó que todos los ocupantes de la nave estaban vivos.

La tarde del sábado la comandancia de la flota del Pacífico aseguró que los tripulantes "se sentían bien" y consideraba que, de acuerdo con recientes cálculos de sus especialistas, las reservas de oxígeno debían alcanzar hasta las 14 horas (en Kamchatka) del próximo lunes, es decir, a las 20 del domingo en México.

Entre el viernes y el sábado fracasó la idea de remolcar al batiscafo a aguas menos profundas, al reventarse los cables tras moverlo horizontalmente apenas unos 100 metros.

De las dos versiones que se manejaban como posible causa del siniestro se confirmó la peor: una fatal combinación de ambas. Un representante de alto rango del estado mayor de la armada rusa reveló que la nave se enganchó a una antena de vigilancia costera, sujeta en el fondo del mar por dos anclas de 60 toneladas, después de quedar literalmente atrapada en una red de pesca que nadie se explica cómo fue a dar a ese sitio.

Sin la tecnología de punta de los sumergibles británicos y estadunidenses, que no llevan tripulantes, hubiera sido impensable llevar a cabo el salvamento.

 
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