Usted está aquí: domingo 7 de agosto de 2005 Política Famoso por sus dichos, más que por su liderazgo

Famoso por sus dichos, más que por su liderazgo

Ampliar la imagen Vicente Carrillo Fuentes FOTO Archivo de La Jornada Foto: Archivo de La Jornada

Conocido más por sus dichos que por la fuerza de su liderazgo, Leonardo Rodríguez Alcaine formó parte del sindicalismo corporativo que tuvo la capacidad de adaptarse lo mismo a los proyectos neoliberales, impulsados por políticos priístas, que al gobierno panista del presidente Vicente Fox.

Tenía unos cuantos días en la secretaría general de la CTM, tras la muerte del jerarca Fidel Velázquez, cuando dio las primeras muestras de lo que sería su procaz estilo de expresarse ante la prensa: modos arrebatados que iban desde 'mejor no le contesto, porque le voy a decir una grosería', hasta regaños aderezados con lisas y llanas mentadas de madre.

En una entrevista que concedió a finales de 1997, justo en la entrada del edificio de la CTM, soltó: "no es lo mismo hacer pipí que espuma con el chorro". Así lo dijo, sin más, sin concesiones, para referirse a la imposibilidad de alcanzar, en el último tramo del sexenio zedillista, una rápida recuperación económica. Llegó entonces el momento de su ocurrencia que se volvió frase célebre, la misma que lo llevó a la fama como "el cuñado de los reporteros". Fue en una entrevista banquetera al salir de la residencia oficial de Los Pinos. Un periodista le preguntó: ¿vino a que le dieran línea, señor? -"Me dieron a su hermana", se escuchó al colérico dirigente. De ahí el mote.

Detestaba que lo llamaran La Güera. "¡Soy El Güero, soy muy macho y a las pruebas me remito!", decía quien en su juventud era llamado Periquín.

Tras la derrota del PRI, su partido, advirtió que "no le daría las nalgas a Fox" y que, desde entonces, la alianza histórica entre los trabajadores y el gobierno había terminado. "Nos gobierna un partido de ultraderecha... Los trabajadores vivimos en condiciones de parias", machacaba.

La rebeldía duró muy poco. Propios y extraños le reconocieron siempre su voluntad de diálogo y el cumplimiento de su palabra si de negociación laboral se trataba, "en ánimo de elevar la productividad y conservar los empleos".

Bajo ese argumento dio luz verde a la mayoría de las propuestas emanadas del equipo de Vicente Fox. Primero aceptó la inversión pública en la industria eléctrica y, ante la efervescencia opositora de sus propios agremiados, ante la reforma constitucional para quitar al Estado la exclusividad en esta materia, justificó: "La Comisión Federal de Electricidad (CFE) no se privatizará, sólo alquilaremos una parte de ésta a la iniciativa privada". Luego dio el sí a la reforma en los sistemas de pensiones en las paraestatales: "Si no lo hacemos ahora, nos llevará el tren a todos... Nos obliga la globalización", dijo a este diario.

Fue un hombre de dichos y frases, defensor de los suyos. Lo mismo justificó el proceder de los ex presidentes Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría en los actos de represión que de Carlos Salinas de Gortari ante el surgimiento de grupos rebeldes. "El EZLN no existe".

Nació el 1º de mayo de 1919 en Texcoco, estado de México. Cursó dos años en la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica del Instituto Politécnico Nacional, y a los 19 años ingresó a la CFE, donde laboró en contaduría general y en la gerencia administrativa; llegó a ser subdirector de almacén general. Su ascenso continuó hasta la secretaría general de la CTM.

Fabiola Martínez y Renato Dávalos

 
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