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Bancos: la ruta del dinero 8 de agosto de 2005

UN PULSO A LA PLAZA

Una de las estrategias de consolidación de Santander Serfin como el tercer banco del país ha sido escuchar lo que el consumidor busca. Se adelantó en la oferta de tasas bajas en tarjetas de crédito, en la protección contra robo y en "comprar" deudas, lo que ha llevado a recrear una institución que surgió de las ruinas del que fue un fiasco de la reprivatización salinista y víctima de la crisis de 1995.

María de la Luz González

Santander Mexicano-Serfin, filial mexicana del consorcio español Banco Santander Central Hispano (BSCH), se ha consolidado como el tercer banco del sistema con 16 por ciento de los activos totales.

En sólo tres años aumentó su participación en el mercado de las tarjetas de crédito de 6 a 17 por ciento, con medidas dirigidas a las prioridades de los usuarios: tasas de interés, comisiones e inseguridad derivada del robo o la clonación.

Tiene presencia en la administración de pensiones, con poco más de 11 por ciento del mercado, e incursiona en segmentos como el de las micro y pequeñas empresas, los seguros y las hipotecas. En el último, tan sólo en junio, rebasó 350 millones de pesos de colocación mensual.

El actual Santander Mexicano-Serfin es resultado de dos adquisiciones del BSCH. La primera en 1997, cuando compró el Grupo Inverméxico, propiedad de Banco Mexicano, y se constituyó el Grupo Santander Mexicano.

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En 2000 compró en mil 580 millones de dólares Grupo Financiero Serfin, que en el proceso de reprivatización había sido adquirido por el consorcio Operadora de Bolsa, encabezado entonces por Adrián Sada, y al que la mala administración y los préstamos sin garantía a sus accionistas, entre ellos el propio Sada, habían llevado a una severa crisis de liquidez a partir de 1996.

El gobierno mexicano inyectó a Serfin 11 mil 200 millones de dólares mediante el Fobaproa, hasta que en 1999 la intervención fue inevitable. Después lo vendió a BSCH, formándose el actual Santander Mexicano-Serfin, aunque la operación de ambos bancos continuó por separado hasta su integración en 2001.

Competencia

En septiembre de ese año, con el lanzamiento de Serfin Light, tarjeta de intereses bajos, Santander entró en la guerra de precios que inició Banorte, con una tarjeta con tasa fija de 25 por ciento.

El banco ofrecía además la posibilidad de transferir a Serfin Light los saldos de tarjetas de crédito de otros bancos y tiendas departamentales a una tasa de 24 por ciento anualizado, frente a 35 o 40 por ciento de los demás. Desplazando las "tarjetas ladrillo", captó 600 mil clientes en el primer año de operaciones de Light: 46 por ciento de los 1.3 millones de usuarios de tarjetas de crédito.

Tres semanas después del lanzamiento de Light, Banamex redujo las tasas de interés en tarjetas de crédito, invitando a sus clientes a trasladar sus saldos a un plan de pagos fijos con plazos diversos y una tasa de 25 por ciento. BBVA Bancomer adoptó una medida similar, pero Santander lanzó Uni-K, tarjeta con cero comisiones para usuarios que liquidan su saldo cada mes.

El año pasado introdujo Black, la tarjeta "blindada", que garantiza 100 por ciento de protección al usuario, sin importar el monto robado ni el tiempo que tarde en hacer el reporte, con cobertura ilimitada contra clonación y fraudes vía Internet.

El modelo de Santander movió el mercado y, junto con la reactivación general del crédito en ciertos segmentos, ha producido otra dinámica, considera Luis Fabre Pruneda, vicepresidente técnico de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF).

De acuerdo con un informe de Santander, en el segundo trimestre de este año se colocaron 311 mil 532 tarjetas de crédito y 610 mil 181 en el primer semestre, cifra que casi duplica los resultados en el mismo periodo de 2004. Igualmente se indica que la captación de recursos, es decir, depósitos más fondos de inversión, se incrementó 18 por ciento en promedio. La cartera vencida es de 0.8 por ciento de la cartera total y las reservas representan 273 por ciento de la cartera vencida. La utilidad neta del grupo fue de 3 mil 485 millones de pesos en el primer semestre del año, 20 por ciento mayor a la reportada en igual periodo de 2004.

Grupo financiero global, la aspiración

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), El BSCH encabeza la lista de los ocho principales grupos financieros que operan en la región, seguido por el español BBVA, el estadunidense Citigroup, el holandés ABM Amro Bank y el británico Hong Kong Shangai Banking Corporation (HSBC).

El BSCH y el BBVA tienen activos en la región valorados en 62 mil 894 y 61 mil 19 millones de dólares, respectivamente, con presencia del primero en Brasil, Chile, México, Argentina y Venezuela, y del segundo en México, Argentina, Chile, Perú, Venezuela, Colombia, Panamá y Uruguay.

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El BSCH es resultado de la fusión entre el Banco Santander y el Banco Central Hispano en enero de 1999, que agrupó más de 9 mil sucursales bajo las marcas Santander, BCH y Banesto. Aunque inició su expansión con una estrategia de marcas múltiples, en septiembre de 2001, con el objetivo de reducir costos, decidió unificar sus marcas bajo la de SCH, con excepción de Banesto.

Sus filiales en 10 países de América Latina constituyen un eje fundamental de sus negocios globales que le aportan casi 20 por ciento de sus ganancias totales, que en 2004 sumaron 3 mil 800 millones de dólares, cifra que, según su presidente, Emilio Botín, superará los 6 mil millones en 2005.

De las ganancias totales en 2004, mil 595 millones correspondieron a sus utilidades en la región y, de éstas, 412 millones a su filial mexicana. El BSCH ha valorado sus filiales en Latinoamérica en 35 mil millones de dólares, el doble de la inversión original. En México aspira a controlar una quinta parte del mercado.

Botín ha señalado que el BSCH aspira a convertirse en un grupo financiero global, con una posición de liderazgo en Europa y Latinoamérica. En esa línea, a fines de 2002 vendió 24.9 por ciento de Santander Serfin a Bank of America, para competir por el mercado hispano en Estados Unidos. También, mediante una red de alianzas con bancos de Inglaterra, Francia y Portugal, entre otros, ha logrado una fuerte presencia en los mercados europeos §


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