Usted está aquí: lunes 8 de agosto de 2005 Opinión El Encinal y las prioridades del sexenio

Iván Restrepo

El Encinal y las prioridades del sexenio

¿Cómo eludir dignamente la intención de destruir los recursos naturales y no morir en el intento? Es lo que muchos se preguntan ahora que las autoridades de la ciudad no parecen dispuestas a ceder a las presiones de los directivos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) para cambiar el uso del suelo que detenta el sitio donde pretenden construir el plantel Cuajimalpa. Esta unidad albergaría a 12 mil alumnos que requerirían instalaciones y equipamiento que apretadamente cabrían en las 12.5 hectáreas del sitio. Además se estima que ingresarían a la zona más de 3 mil automóviles a través de vialidades con serias limitaciones de circulación.

Un poco de historia. La UAM compró a un particular 12.5 hectáreas en medio del bosque El Encinal, ubicado al poniente de la capital. De esa superficie, poco más de 5 hectáreas tienen una plancha de concreto, pues allí funcionó una "industria" de producción y empaquetado de champiñones, llamada Monte Blanco. Fue establecida en ese sitio hace casi 48 años, cuando no había normatividad alguna sobre el cuidado del medio ambiente. El actual uso de suelo de esa plancha de concreto es equipamiento rural, lo que no permite uso urbano o educativo. El resto de lo adquirido por la UAM (unas 7 hectáreas) está catalogado como suelo de protección ecológica, lo que impide construir allí.

Los vecinos de la zona, organizaciones ciudadanas de Cuajimalpa, grupos ecologistas y especialistas en medio ambiente se oponen al proyecto con sobradas razones y exigen que la UAM abra su unidad poniente en sitio distinto a El Encinal, que debe conservarse para bien de la urbe.

En una de las reuniones que los vecinos tuvieron con directivos de la UAM les dijeron que dicha institución podía dar un ejemplo a favor del ambiente si ordena levantar el cemento de las 5 hectáreas de la antigua empacadora de champiñones y las incorpora nuevamente al suelo de conservación. No hubo respuesta. Ahora legisladores locales y federales, funcionarios citadinos, como Laura Itzel Castillo, secretaria de Desarrollo Urbano y Vivienda, se oponen a que haya cambio de uso del suelo en los terrenos donde la UAM quiere construir su nuevo plantel.

El asunto entró en etapa crítica por la proximidad de la contienda electoral. Al gobierno citadino le conviene un centro más de educación superior, pero le urge hacer respetar la legislación que garantiza la conservación de los recursos naturales, luego de tantos desatinos cometidos por ciertos funcionarios, como sucedió con los 60 mil metros cuadrados de lo que fue el antiguo Club Hípico La Sierra, precisamente en Cuajimalpa.

En ese sano y tupido bosque, importante para la recarga del acuífero y con fauna y flora de primer orden, se autorizó un "desarrollo" habitacional para gente rica. Don dinero hizo el milagro de transformar el sitio de área verde de valor ambiental a zona habitacional. Ante el cúmulo de irregularidades, la procuraduría ambiental y otras dependencias locales pidieron se cancelaran los permisos concedidos. Nadie les hizo caso.

Y si el ambiente no es la prioridad en este sexenio, en cambio sí lo es en ciencia y tecnología trabajar para el osito Bimbo. En algunos centros de investigación se invita a sus integrantes a participar en el consorcio Bimbo-Conacyt con proyectos de interés para la empresa de don Lorenzo Servitje. Se trata de líneas de investigación que, como el lector comprobará enseguida, son prioritarias para el país:

* Control de humedad en donas, garibaldis y conchas.

* Estabilizar las grasas en malvaviscos y chocolates (paleta Payaso).

* Tiempo de conservación de la leche de cabra, desde el proceso de acopio hasta el procesamiento para fabricar cajeta.

* Diseño y fabricación de máquina que coloque gomitas en paleta Payaso (boca y ojos).

* Diagnóstico en plantas para ingresar al Protocolo de Kyoto.

Ahora se entiende la exigencia del presidente Fox a las legisladoras que cuestionaron el excesivo gasto en ropa de la señora Marta, para que se dediquen a las tareas para las que fueron elegidas. Por ejemplo, dijo el mandatario, para resolver problemas de trasplantes de riñón.

 
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