Usted está aquí: lunes 8 de agosto de 2005 Opinión CIUDAD PERDIDA

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

PRI: el recurso del método

El Chucho tricolor

Headhunter de los desplazados

UNO DE los pilares del poder político que mantuvo al PRI durante más de 70 años en la cúspide del gobierno, era eso que los cínicos prefieren llamar magia y que en términos de lo práctico no es más que la operación sigilosa y marrullera de algunos personajes que seducen y enredan, que diagnostican el mal del adversario y atacan sus debilidades, pero que, principalmente, pase lo que pase, nunca se dan de baja del ejército de los utilizables.

DE ESE enorme grupo, los "amigos" de los adversarios forman parte de la elite, de los especialistas listos a saber de las estrategias y de los hombres, listos a prestar oídos y a conceder favores sin que nadie sepa, para que se sienta el peso del compromiso, para que siempre tenga el sabor de la traición.

HAY QUIEN dice que los especialistas cada vez son menos y que su trabajo fue cayendo en desuso con la llegada de los políticos con precio y desprecio por las ideologías, pero curiosamente hay lugares y momentos en los que, aún ahora, son más que imprescindibles.

POR ESO, frente a la emergencia que significa el Distrito Federal para el PRI, se ha echado mano de uno de esos especialistas. Jesús Salazar Toledano fue presidente de ese organismo en la capital y ha sido llamado por Roberto Madrazo Pintado para que sea su "enlace" con la política y los políticos de la ciudad de México y se encargue de la campaña de Beatriz Paredes Rangel.

EL REVOLUCIONARIO Institucional reconoce, en público y en privado, que esta vez no podrá ganar, pero esa no es su prioridad, por descabellada que parezca la estrategia.

Según cuentan los de ese partido, la idea es lograr cuando menos 800 mil votos y hacer retornar a su partido al segundo lugar de las preferencias electorales, de donde se vio desplazado por el el Partido Acción Nacional en 2000.

Y PARA tal efecto, dicen los priístas, nadie mejor que Chucho, que ya empezó a tender puentes con los desplazados del poder que se hallan disgustados con sus partidos.

EL DIAGNOSTICO priísta asegura que, tanto en el PRD como en el PAN, existen líderes y fuerzas que requieren de un lugar preponderante en las instancias de decisión, que por diferentes causas han quedado marginados.

CON ELLOS, fundamentalmente, se quiere reconstruir el tejido priísta destruido en el Distrito Federal desde hace cuando menos un par de décadas, y en ese trabajo silencioso, paciente, se halla Salazar Toledano.

UN CASO que ha ocupado la plática en los desayunaderos durante la última semana ubica a uno de los líderes con mayor fuerza en la ciudad en algo más que una reunión de viejos amigos con Chucho. Es del conocimiento de una buena cantidad de perredistas que Salazar Toledano se reunió, eso sí, sin mayor ocultamiento, con la cabeza más visible en la ciudad del grupo que encabeza Jesús Ortega: Rene Arce.

PARA LA gente de Nueva Izquierda, que, como se dijo, lidera el precandidato a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, Jesús Ortega, Arce tuvo que dejar sus aspiraciones de gobernar la ciudad frente a las ambiciones de su jefe político, lo que le ha causado una enorme contradicción.

DE ALLI que los rumores apunten a algún acuerdo entre el priísta de viejo cuño y el líder perredista, que controla cuando menos dos delegaciones: Iztapalapa y Venustiano Carranza. El cuento apenas empieza y al desprestigiado PRI le urgen los votos, vengan de donde vengan, así que el PRD deberá cuidar fondo y forma porque del plato a la boca, a veces...

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