Usted está aquí: lunes 8 de agosto de 2005 Política La elección del abanderado del PRI, redición del proceso que renovó dirigencia

Una vez más se enfrentará el grupo de gobernadores del sureste con los del norte

La elección del abanderado del PRI, redición del proceso que renovó dirigencia

CIRO PEREZ SILVA

La disputa por la candidatura presidencial del PRI será una redición de la contienda de 2003 para la renovación de la dirigencia nacional de este partido, en la que nuevamente se enfrentará el grupo de gobernadores del sureste, que entonces le garantizó el triunfo a Roberto Madrazo, con los del norte, quienes formaron el grupo antagónico Unidad Democrática (UD), pero con la diferencia de que el estado de México, entidad que más votos le dio a la fórmula que encabezó entonces Beatriz Paredes, puede inclusive duplicar los sufragios en favor del mandatario, Arturo Montiel.

Entonces sólo el estado de México, con Montiel como operador, le aseguró a Paredes Rangel 296 mil 152 votos, aunque un estudio de la dirigencia nacional del tricolor prevé que en la contienda interna por la candidatura presidencial esta cifra, con Montiel como candidato, podría llegar fácilmente a 550 mil, mientras con la suma de todos los votos del sureste Madrazo alcanzaría unos 50 mil votos menos que el mexiquense.

Durante aquella jornada, que no se puede entender sin la operación directa de los gobernadores priístas, Madrazo ganó la elección en 19 de los 31 estados, mientras Paredes obtuvo la mayoría de sufragios en 12 entidades y el DF. Estos números los alcanzó el aún líder nacional del PRI en fórmula con la secretaria general, Elba Esther Gordillo, y la movilización del magisterio.

Ahora confían en la campaña "terrestre, de contacto directo con la gente", que desde 2003 ha mantenido Roberto Madrazo en la dirigencia del tricolor, para hacer frente a la campaña "aérea, sustentada en anuncios de radio y televisión" que realizaría Montiel, esto a partir de su preferencia por los medios electrónicos para promocionarse.

Sin embargo, en el análisis interno, se hace referencia al papel que en esta ocasión jugará la líder moral del magisterio nacional, luego del largo enfrentamiento que ha mantenido con Madrazo, el cual se inició con el bloqueo de los diputados priístas a las llamadas reformas estructurales del presidente Vicente Fox, cuya aprobación había sido comprometida por la entonces coordinadora de la bancada priísta en San Lázaro.

Aunque no se menciona en el texto, el cambio de gobernadores en el sureste, específicamente en Oaxaca, es otro elemento que los analistas destacan, toda vez que en su momento fue el gobernador de aquella entidad, José Murat, quien dirigió la operación tapón en el estado de México, con la movilización de unos 200 oaxaqueños, para detener el flujo de votos en favor de Paredes Rangel. Además, el equipo comandado por el también mexiquense Eduardo Bernal cosechó para Madrazo 110 mil sufragios.

A los 296 mil 152 votos que recibió Beatriz Paredes en el estado de México, se sumaron 84 mil 931 de Tamaulipas, gobernado entonces por Tomás Yarrington, y 70 mil de Hidalgo, cuando Manuel Angel Núñez Soto era titular del Ejecutivo local, ambos integrantes de UD, que disputa a Madrazo la dirigencia del PRI y la candidatura presidencial, y 78 mil de Puebla, gobernado en ese momento por Melquiades Morales, a quien Madrazo ha integrado a su equipo y le delegó la responsabilidad de coordinar los trabajos de la pasada asamblea nacional del tricolor.

En el estudio se recuerda que en Tabasco y Oaxaca Madrazo ganó con diferencia de 17 a uno y en muchos otros por más de dos a uno, mientras Paredes, además de triunfar en un menor número de entidades, en ninguna pudo siquiera rebasar el tres a uno, salvo en Tlaxcala, donde fue gobernadora, que no da muchos votos porque es uno de los estados más pequeños del país. Logró apenas 38 mil 843.

Quedan por definir estados como Veracruz, que en aquella contienda interna y con Miguel Alemán como gobernador -también integrante de Unidad Democrática- le dio a Paredes Rangel 135 mil 813 sufragios, pero Madrazo la rebasó al contabilizar 149 mil 78.

En el escenario más conservador, los operadores madracistas consideran que los 450 mil votos que podría obtener Madrazo en el sureste serían de la siguiente manera: Quintana Roo 8 mil, Yucatán 50 mil, Campeche 8 mil, Chiapas 50 mil, Tabasco 100 mil, Oaxaca 150 mil, Puebla 100 mil y Guerrero 50 mil.

La nueva composición del escenario político, con el arribo de gobernadores jóvenes como Eugenio Hernández a Tamaulipas o de Ismael Hernández Deras a Durango, hace prever a los analistas del equipo madracista que la disputa por los votos será "muy pareja", salvo en estados como Sonora, que encabeza Eduardo Bours, quien ha manifestado su oposición a la candidatura presidencial del tabasqueño.

Nuevo León, con Natividad González Parás al frente, e integrante de UD, y Coahuila con el previsible arribo al gobierno -que administra otro integrante de UD, Enrique Martínez- del maestro Humberto Moreira, son, entre otras entidades, las que buscarán acercarse los madracistas, por el número de votos que están en disputa.

Donde gobiernan los panistas, como Querétaro y San Luis Potosí, en 2003 Madrazo ganó por apenas 168 votos y 340, respectivamente, aunque en esta última entidad se esperaba el triunfo de Paredes Rangel, quien responsabilizó de la operación electoral a Humberto Lira Mora.

En Nayarit, hoy gobernado por Ney González, a quien Madrazo le dio todo el apoyo durante su campaña, así como en Chihuahua, el equipo madracista dejó en 2003 toda la operación al magisterio, igual que en Coahuila, donde ganó Madrazo.

En Durango y Colima los gobernadores priístas trabajaron para la campaña de Beatriz Paredes. En el caso de Coahuila fueron los alcaldes de las principales ciudades -Torreón, Saltillo, Monclova, Piedras Negras- quienes apoyaron a la tlaxcalteca.

 
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