Usted está aquí: martes 9 de agosto de 2005 Opinión Lo lindo del espot es el mensaje

José Blanco

Lo lindo del espot es el mensaje

Rodríguez Alcaine ha muerto, pero su fallecimiento no es la extinción de los dinosaurios. Con menos edad, numerosos priístas, panistas y perredistas muestran que el aserto según el cual estos reptiles desaparecieron durante el cretácico hace unos 65 millones de años sigue siendo una hipótesis dudosa. La última exhalación de Rodríguez Alcaine fue, literalmente, un bramido dinosáurico: que Montiel decline a favor de Roberto Madrazo.

El libreto de la estrategia priísta para las elecciones de 2006 parece que va cumpliéndose, con el propósito de legitimar a Madrazo, que mucho lo requiere. No es inverosímil que el consejo de Rodríguez Alcaine opere; de no ser así, la estructura priísta y la red nacional armada por el propio Madrazo le dará el "triunfo" sobre Montiel.

La interrogante es si habrá o no acuerdo entre la profesora Gordillo -si libra las zancadillas- y Madrazo. En la lógica priísta todo indicaría, conforme al pasado, que el acuerdo tendrá lugar, que el candidato será Roberto Madrazo, y que es alta la probabilidad del retorno del PRI.

Llegará así el Revolucionario Institucional a la contienda con su candidato más socialmente ilegítimo, pero no hay duda de que se trata de una camorra en la que alcanzará alta proporción de los sufragios emitidos y que, inclusive, puede ser el próximo presidente de México.

Alguien ha dicho que el PRI fue echado de Los Pinos, pero se fue embolsándose la brújula: el gobierno de Fox nunca se hizo de una, simplemente porque pensó, como sigue pensando, que lo hecho por su gobierno está bien hecho, aunque la nación abre los ojos con una estupefacción que la pareja presidencial no alcanza a comprender. El gobierno de Fox se convirtió literalmente en un interregno (lapso en que un Estado no tiene soberano: no puede pasar nada).

El balance no pasó nada tiene sin duda peculiaridades varias: no tenemos crisis económica, no la vamos a tener; tenemos la estabilidad macroeconómica que nos es necesaria, la deuda externa como proporción del PIB ha disminuido, el programa Oportunidades mejoró la versión zedillista, fue construido un número significativo de nuevas carreteras, no hubo represión, tampoco gobierno propiamente dicho; no hubo acuerdos interpartidarios significativos ni políticas de Estado en ninguna materia, ni nuevos e indispensables acuerdos electorales; no se construyeron bases para alcanzar una suficiente tasa de crecimiento sostenido en el largo plazo y por consiguiente de creación de empleos; la pobreza continúa contabilizándose por océanos; nuestra política exterior da pena ajena; la inseguridad pública es estremecedoramente creciente, acompañada de la transfiguración de soldados en narcos; las expectativas de la sociedad, en ausencia de un proyecto nacional mínimo, son nulas; el Congreso nos regaló cien mil motivos de vergüenza, la educación pública es un erial sin esperanza; el Ministerio Público es una abominación; la cohesión social es una jerga desgarrada; el futuro, por hoy, está asegurado: no hay en el porvenir previsible ni desarrollo ni educación para la era del conocimiento ni vías que eliminen la gigantesca indigencia y el postrado precarismo que nos abaten; el desarrollo se aleja de nosotros a velocidad sideral.

Si no mejoramos nuestra posición relativa en el mundo (sino la empeoramos), si no hay sustantiva mejora de la calidad de la vida de la sociedad, muy especialmente del mar de los pobres, pero aún más especialmente del mundo indígena, y si el gobierno hizo más filantropía que creación de bases para el desarrollo sostenible en el largo plazo, decir que el balance es no pasó nada resulta, ciertamente, un decir poco preciso. Se hizo menos que nada. Aunque la situación podría, ciertamente, ser mucho peor si no hubiera estabilidad macroeconómica y tuviéramos presión de corto plazo con nuestras obligaciones externas.

Si frente a ese panorama tampoco existe de parte de los precandidatos un mínimo programa nacional que tenga en cuenta en términos socioeconómicos, geopolíticos, y tecnológicos, al mundo real (al planeta) y al que viene, ciertamente aquí no ha pasado nada y eso quiere decir hoy que caminamos para atrás.

Madrazo y Creel como precandidatos y AMLO como candidato no nos han dicho qué piensan, que esté a la altura de esa realidad presente y de ese futuro que incluye una compleja dialéctica entre Estados Unidos y Europa, y unos gigantes que empiezan a despertar con enorme energía: China e India.

¿Qué nos van a decir esos vapuleados candidatos? ¿Qué proponen? ¿Hasta cuándo tendremos que esperar para ver objetivos, metas y estrategias de todo tipo para salir del subdesarrollo?, porque exactamente de eso se trata.

¿Sabe qué? De ese trío no vamos a conocer nunca esa estrategia. Salir del subdesarrollo será cada vez más difícil, pero que otro mundo es posible para todos, por supuesto que es posible. Tendríamos que hacer un largo, muy largo recorrido, pero el camino que lleva a superarlo existe.

Veremos en consecuencia, solamente, que lo lindo del espot: es el mensaje.

 
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