Usted está aquí: martes 9 de agosto de 2005 Sociedad y Justicia La muerte de Jennings, fin de una época televisiva

La muerte de Jennings, fin de una época televisiva

Durante más de 20 años fue figura de referencia obligada en los noticieros de EU

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Durante los atentados del 11-S , Peter Jennings permaneci� pantalla m�de 12 horas consecutivas FOTO Reuters Foto: Reuters

Nueva York, 8 de agosto. El fallecimiento, este domingo, de Peter Jennings, quien fue conductor de uno de los tres noticieros nacionales de televisión y uno de los personajes más conocidos en millones de hogares estadunidenses en las últimas décadas, marca el fin de una era de la televisión.

De 67 años de edad y locutor del noticiero ABC World News Tonight durante 22 años, fue obligado a dejar su puesto en abril, cuando le diagnosticaron cáncer pulmonar. Fue el último de los tres conductores de noticieros nacionales, de las tres principales cadenas de televisión, en desaparecer de las pantallas: Tom Brokaw, de NBC News, se jubiló en diciembre de 2004, y Dan Rather, de CBS, se retiró en marzo de este año.

Con la muerte de Jennings, anunciada la noche del domingo en Nueva York, concluye la época de los conductores como figuras de gran influencia y de punto de referencia en el debate nacional. También se les catalogaba como superestrellas (con sueldos multimillonarios), con presencia en los grandes actos nacionales y algunos internacionales, y a veces eran más conocidos que los personajes que entrevistaban.

Millones conocieron su cara durante más de 40 años, ya que antes de ser conductor del noticiero fue corresponsal y reportó desde todos los rincones de Estados Unidos y del planeta.

Las condolencias fueron expresadas hoy por diversas figuras públicas, entre ellas el presidente George W. Bush y la secretaria de Estado Condoleezza Rice, con elogios a su integridad y contribución periodística. El deceso fue nota de primera plana en los principales periódicos del país y la que abrió los noticieros nacionales esta noche.

Jennings viajó por todo el mundo como reportero y luego como presentador. Pero fue su conocimiento y experiencia en Medio Oriente lo que en muchas ocasiones -incluso hasta sus últimos años- le permitió ofrecer una visión más inteligente de las noticias de esa región. Estableció la primera oficina de televisión estadunidense en esa zona, en 1969 en Beirut, desde donde cubrió el acontecer durante siete años. Realizo ahí la primera entrevista televisiva a Yasser Arafat, y años más tarde fue el primer reportero de un medio estadunidense en platicar con el ayotola Jomeini en su exilio en París.

Fue testigo de varios pasajes de la historia contemporánea: estuvo en Berlín durante la construcción del famoso Muro en los años 60, así como en los 90, cuando cayó. Cubrió el nacimiento del movimiento obrero Solidaridad y el derrocamiento del régimen polaco. También estuvo en Vietnam y reportó los atentados terroristas en las Olimpiadas de Munich, en 1972. Su trayectoria como corresponsal y después conductor abarcó las tomas de posesión de numerosos presidentes. También estuvo en zonas de guerra y, claro, en la cobertura de elecciones y grandes escándalos políticos de Estados Unidos.

Jennings era, de los tres presentadores nacionales, tal vez el más cosmopolita en su visión del mundo. Su última gran hazaña periodística fue cuando, minutos después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, permaneció en pantalla más de 12 horas consecutivas. La coordinación de esa noticia fue elogiada tanto por su esfuerzo como por la forma en que lo hizo. Marc Fisher, columnista del Washington Post, lo dibujó: "se volvió más pálido y vulnerable, como si supiera que necesitábamos que fuera humano para poder lograr que todos estuviéramos juntos".

Otros críticos de medios lo elogiaron por lo que consideraron un tour de force de entrevistas, periodismo explicativo con expresiones espontáneas y humanas ante los hechos.

En los meses siguientes, su insistencia en mantener un margen relativo de objetividad y una perspectiva más internacional ante un creciente coro "patriótico" que empañó y distorsionó el trabajo de los propios medios, provocó críticas intensas y el cuestionamiento de su patriotismo por grupos y publicaciones conservadoras.

Esto no era nuevo para él; ya había sido sujeto a críticas al describir la causa palestina o el régimen de Fidel Castro. Pero en torno al 11 de septiembre y sus secuelas -en particular la guerra contra Irak- sus lealtades fueron cuestionadas públicamente. De hecho, comentaristas conservadores provocaron un ataque cibernético en su contra, cuando decenas de miles de correos electrónicos fueron enviados a ABC News, obligó a la empresa a cerrar y cambiar su dirección electrónica. Apenas en julio de 2004 la revista National Review -recuerda el New York Times- lo calificó de opositor poco disfrazado a la guerra estadunidense contra Irak.

Jennings comentó, según la revista, que "simplemente no es ésa la manera en que concibo mi papel. Este papel está diseñado para cuestionar el comportamiento de los funcionarios de gobierno en nombre del público".

La revista Columbia Journalism Review, entre las más importantes especializadas en periodismo, descartó las críticas contra Jennings de que su noticiero era "antiguerra", y señaló que en lugar de ceder ante las presiones para vitorearla, el noticiero de Jennings "era más indagatorio durante la guerra que el de sus rivales".

No pocos de sus críticos durante ese tiempo recordaban que Jennings no era estadunidense, para sembrar sospechas sobre su "lealtad" a este país.

Jennings nació en Toronto, Canadá, y sólo recientemente -39 años después de haber dejado su país- adquirió la ciudadanía estadunidense, en 2003 (algunos dicen que tomó la decisión en parte para enfrentar el constante cuestionamiento de su lealtad nacional). Aunque tenía la imagen de ser el más "refinado" de los tres conductores nacionales, nunca acabó la preparatoria. Hijo de un ejecutivo de la Canadian Broadcasting Corporation, pionero de noticieros de radio en Canadá, a los nueve años de edad Jennings ya tenía su propio programa de radio en su país. Abandonó la preparatoria a los 17 años y trabajó en programas de radio y televisión. A los 24 años fue nombrado conductor adjunto del noticiero nacional de CTV, la primera cadena nacional privada de Canadá.

Dos años después aceptó un puesto de corresponsal para ABC News en Estados Unidos. Un año después fue nombrado conductor de ABC Evening News, noticiero nacional de 15 minutos que lo colocó en competencia con los entonces iconos del mundo periodístico: Walter Cronkite, de CBS, y Chet Huntley y David Brinkley, de NBC. Tres años después renunció al puesto y empezó una década como corresponsal en varios rincones del mundo. En 1978 comenzó un segundo periodo como integrante de un equipo de tres conductores nacionales, aunque él reportaba desde Londres. En 1983 fue nombrado presentador único del noticiero nacional, puesto que ocupó hasta su muerte.

Durante su estancia en ese puesto, el noticiero logró mantenerse en primer lugar entre los tres durante ocho años y en su mejor época llegó a tener hasta 14 millones de televidentes cada noche. Aunque el público de los tres noticieros se ha desplomado en años recientes según los expertos por una combinación de nuevos medios como Internet, canales de noticias de 24 horas en cable y cambios en los hábitos de la gente, los tres noticieros aún lograban atraer a un público combinado de más de 25 millones cada noche en el año pasado, reportó el New York Times. Y claro, en momentos de crisis, estos programas multiplicaban su público.

"El hecho de que vivió en Medio Oriente, que fue presentador desde Londres, y su nacionalidad canadiense, permitieron que ofreciera una perspectiva internacional poco común en la televisión estadunidense", comentó un productor de noticieros nacionales entrevistado por La Jornada.

Jennings ganó numerosos premios nacionales de periodismo, entre ellos 14 Emmys (el premio más importante de la industria de televisión). Además de presentador, dirigió varios programas especiales sobre temas específicos y noticieros especiales para niños. También fue coautor de El Siglo, el cual se convirtió en una serie especial de televisión, así como de En busca de América, libro que lo llevó a viajar por todo Estados Unidos en un intento de ofrecer un mosaico del país, que contuviera las preocupaciones, aspiraciones e historias de diversos sectores de este pueblo. De hecho, un segmento de ese libro se enfoca en los migrantes mexicanos en Utah, como punto de partida para explicar, en tonos mesurados y con compasión a su condición humana, el debate sobre migración en Estados Unidos.

Peter Jennings deja dos hijos, Elizabeth y Christopher, y a su viuda Kayce Freed (su cuarta esposa, fue divorciado tres veces) y a millones de televidentes sin su presencia cotidiana en sus hogares. Con su desaparición también concluye un capítulo de la historia de la televisión estadunidense.

 
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