Usted está aquí: miércoles 17 de agosto de 2005 Cultura Concluyen catálogo de los ex libris de la Biblioteca de Antropología

Posee la colección más amplia de que se tenga noticia en AL, señala su director

Concluyen catálogo de los ex libris de la Biblioteca de Antropología

Hasta el siglo pasado dominaban los temas heráldicos, luego se desató una gran creatividad

Las 934 joyas iconográficas simbolizan ''el profundo respeto del lector por el libro''

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen El ex libris de Frans Blom, arque�o dan�estudioso de las comunidades lacandonas FOTO Cortes�Biblioteca Nacional de Antropolog�e Historia Foto: Cortes�Biblioteca Nacional de Antropolog�e Historia

La Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH) concluyó la catalogación y digitalización de la colección de ex libris que el historiador Guillermo Tovar y Teresa donó en 2003 a esa institución, con lo cual su acervo de pequeñas joyas iconográficas suma 934 piezas.

Se trata del conjunto de ex libris, provenientes del siglo XVIII al XX, más grande del que se tenga noticia en América Latina, señala el director de la BNAH, José Guadalupe Martínez García.

Las etiquetas o sellos van desde la más elemental, que sólo incluye las iniciales del propietario del libro, hasta las plagadas de ingenio y arte. En su mayoría están realizados con diversas técnicas de grabado, impresos en blanco y negro, en sepia y en uno o dos colores. Provienen de Portugal, España, Brasil, Japón y Arabia, además de México.

Estas marcas de propiedad delatan ''el profundo amor y respeto del lector por el libro. Los ex libris se convierten en el símbolo de ello", añade Martínez.

Origen latino

El origen del ex libris es latino. Proviene de la época medieval, cuando se insertaba en los libros de la época una indicación en la página final para dejar constancia de quién era el dueño de esa copia.

Es habitual que el contenido artístico identifique alguna de las cualidades o aficiones del dueño del libro. Como el ex libris de Miguel León-Portilla, autor de Visión de los vencidos, que representa una deidad mexica. O el ángel del filólogo Angel María Garibay.

Algunos de los ex libris de la colección de la BNAH fueron tirajes especiales para coleccionistas, es decir, nunca fueron parte de un libro.

Hasta el siglo XX dominaban en los ex libris los temas heráldicos. Fue durante el primer tercio de esa centuria cuando se desató la mayor creatividad y se hicieron con todo tipo de temas y diseños.

El historiador José Miguel Quintana (1908-1987) fue el iniciador de esta colección. Luego pasa a manos de Guillermo Tovar y Teresa, quien presenta una parte del acervo en una exposición en la Universidad Iberoamericana.

En la BNAH se realizó no sólo la catalogación de las piezas (a cargo de Esther Fuentes), sino su restauración, conservación y digitalización. A final de año estará listo además un catálogo impreso.

''La colección da mucha información sobre la personalidad de los propietarios de los libros, sus gustos e intereses, entre ellos Adolfo Ruiz Cortines, Manuel Gómez Morín, Salvador Novo, Luis González Obregón, Francisco Sosa, Antonio Caso.

''Son personas que quieren a los libros, que se preocupan por conservarlos y que además hacen del acto de propiedad algo íntimo", explica el director de la biblioteca ubicada en el Museo Nacional de Antropología.

Entre castillos medievales y mujeres semidesnudas, entre búhos y lámparas, en los ex libris se entrelazan frases en latín: ''Ningún día sin línea", del ex libris del escritor Alfredo Chavero; ''haz y confía", de Vito Alessio Robles; ''es mejor la fiel ignorancia, que la imprudente ciencia", de Ignacio Bernal; ''sólo encontré el descanso en mis libros", de Luis González Obregón.

Invaluable fuente de información

Investigadores mexicanos que trabajan en la Escuela Politécnica Federal de Lausanne, Suiza, especialistas en la creación de programas multimedia para la organización e indexado automático de colecciones de imágenes y video, ofrecieron aplicar sus conocimientos en la catalogación digital que la BNAH realiza de su acervo.

Luego del reportaje publicado por La Jornada (13/junio/2005), acerca de la digitalización de los códices que resguarda la biblioteca, el profesor Daniel Gatica-Pérez expresó al subdirector de ese recinto, Marco Antonio Tovar que ''a raíz de la nota en el periódico, pensé que las imágenes de los códices que ustedes han capturado constituyen una invaluable fuente de información para aplicar los métodos que hemos desarrollado (así como para elaborar nuevos).

''Si se producen resultados satisfactorios, los métodos podrían ser potencialmente útiles para los usuarios de este tipo de información.

''Mi equipo de investigación ha desarrollado técnicas robustas de análisis automático de imágenes con anotaciones.

''Estoy muy interesado en explorar la aplicación y extensión de estas técnicas para el análisis de documentos históricos", concluyó el investigador, egresado de la carrera de ingeniería electrónica en la Universidad Autónoma de Puebla, con estudios de posgrado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en Washington.

''Para nosotros esta oferta es muy atractiva", explicó el director de la BNAH, José Guadalupe Martínez García, pues ''descubrimos que los mexicanos en diversas partes del mundo tenemos intereses comunes pese al aislamiento o la falta de información."

En el caso de la catalogación de los códices, la biblioteca contó con el apoyo de especialistas del Instituto de Física de la UNAM, para utilizar técnicas de conservación ''no invasivas", así como analizar la textura y materiales de los lienzos. También se solicitó la ayuda de investigadores japoneses, expertos en física experimental, para la recuperación de imágenes.

''La tecnología se está convirtiendo en la gran herramienta para la divulgación y la conservación de nuestros acervos", concluyó el funcionario.

 
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