Usted está aquí: sábado 20 de agosto de 2005 Política Rechaza prelado que se culpe a algún país por el narco

Los mexicanos tienen mucho que agradecer a su Ejército, destaca secretario de la CEM

Rechaza prelado que se culpe a algún país por el narco

CAROLINA GOMEZ

Para la Iglesia católica no es conveniente culpar a algún país en especial por el aumento del narcotráfico, ya que hay que empezar por reconocer que es un "problema mundial, no de una nación, ni siquiera de Sudamérica", destacó Ariel Gutiérrez, rector del Seminario Castrense de Bogotá, Colombia, al subrayar los esfuerzos que los militares realizan en el combate a este flagelo y el hecho de que cada país sabe qué decisiones debe tomar para erradicar el comercio de enervantes.

En conferencia de prensa realizada en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el clérigo resaltó que "Latinoamérica cuenta ya con ejércitos que respetan los derechos humanos de sus pueblos y se someten a las leyes de sus países".

Por su parte, Leonardo Rojas Pérez, secretario de Pastoral Militar de la CEM, afirmó que los mexicanos tienen "mucho que agradecer" a su Ejército, sobre todo por la labor que realiza cuando ocurren "calamidades", y sostuvo que como clérigo castrense (aquellos que son preparados por la Iglesia para prestar atención religiosa exclusivamente a los soldados) no ha conocido casos de militares que se hayan involucrado en el narcotráfico.

Destacó que la función principal de los sacerdotes castrenses es dar apoyo espiritual a los militares, hacerles ver la necesidad de acatar los "valores cristianos y, en primer lugar, de cultivar la verdad".

Sobre esto, Gutiérrez comentó que los obispados castrenses (existen 11 en la región) ponen énfasis en formar a "hombres que cumplan las leyes, sean justos, digan la verdad y tengan pulcritud administrativa", y asentó que si un militar tiene estas cualidades cumplirá mejor su labor. No obstante, refirió que a veces es difícil lograr que todos sigan estos lineamientos, porque la "corrupción es horrible", y aceptó que la capacidad de coptación de las redes del tráfico de drogas es muy fuerte.

Respecto a los atropellos de los derechos de los militares, por ejemplo que sean despedidos cuando son portadores del VIH, Rojas señaló que la Iglesia está impedida para intervenir cuando eventualmente ocurren esas situaciones.

"Los sacerdotes y capellanes militares tenemos normas que cumplir y derechos que se nos otorgan, y los valores cristianos son los que esclarecerían estas actitudes. Para cada caso concreto hay instituciones civiles y militares a las que ellos pueden acudir para ser ayudados en sus necesidades físicas, morales y de impugnación, y sus superiores sabrán cómo canalizarlos".

Al destacar que como corporación los clérigos castrenses "estamos muy bien atendidos" por parte de los uniformados, el sacerdote rechazó que la imposibilidad de intervenir en situaciones como la del VIH los haga cómplices o que la jerarquía católica las quiera ocultar. "Debemos seguir las normas" de la corporación religiosa.

Por último indicó que la principal necesidad espiritual de los militares "es una gran hambre de Dios".

 
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