Usted está aquí: martes 6 de septiembre de 2005 Opinión MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

La venta de Hylsamex pasó sin aportes para el erario mexicano

Habrá más desempleo por la transacción

CON LA VENTA DE HYLSAMEX a la trasnacional Techint, el erario mexicano no sólo vio pasar de lejos una buena cantidad de dólares, que ni por aproximación cruzaron por las oficinas fiscales, sino que ahora el país observará pasivamente cómo crece el desempleo gracias a esta exitosa transacción entre dos poderosos grupos industriales.

AL CIERRE DEL AÑO PASADO, de acuerdo con sus propias cifras, Hylsamex -hasta el 22 de agosto propiedad mayoritaria del regiomontano Grupo Alfa- empleaba a 7 mil 386 personas, de las que 63 por ciento eran trabajadores sindicalizados, 34 por ciento empleados de confianza y 3 por ciento funcionarios.

COMO SUELE PASAR EN estos casos, la compra-venta de Hylsamex será registrada y celebrada como un ''éxito adicional" en materia de inversión extranjera, aunque el capital foráneo llegue al país para adquirir empresas existentes y no a crear riqueza.

ESTE TIPO DE TRANSACCIONES, en los hechos, no representan mayor beneficio al país. De entrada, la compra-venta de Hylsamex se concretó en el mercado de valores (como en los de las instituciones bancarias), de tal suerte que la exención fiscal estuvo garantizada y el Grupo Alfa, junto con los demás accionistas de Hylsamex, se "ahorraron" alrededor de 740 millones de dólares en impuestos. Esa fue la primera gracia; la segunda, se cocina.

EL NUEVO PRESIDENTE del consejo de administración de Hylsamex, Alejandro Elizondo Barragán (hermano del secretario de Energía y designado por la flamante propietaria de la acerera otrora mexicana), anunció el primer regalo para sus trabajadores: "habrá ajustes de personal". Se trata de aligerar el peso financiero de la nómina para incrementar el volumen de utilidades.

NADA DE IMPUESTOS, cancelación de plazas laborales, pero la inversión extranjera -según dicen- es necesaria para el país. Lo será, sin duda, para grupos privados como el otrora poderoso Alfa (con un viejo historial de "rescates" a cargo del erario, dicho sea de paso), consorcio que en el último cuarto de siglo ha tenido que enfrentar recurrentes crisis de deuda externa y que para solucionarlas no ha encontrado mejor forma que la venta masiva de activos ("desinversión", como le llama).

HUMILDEMENTE, ELIZONDO Barragán, de acuerdo con declaraciones a Infosel Financiero, reconoce que "es seguro que, como consecuencia de ese cambio (de propietarios), habrá la necesidad de ajustar o eliminar algunas posiciones; en este momento no creo que haya alguien que pueda decir cuántas posiciones se van a eliminar, es algo que está todavía en proceso; apenas se está en la etapa de comunicar estos cambios de reorganización y hacer los ajustes. En realidad, van a pasar meses antes de que se pueda llegar a la situación final". Eso sí: a todo aquel que sea despedido (léase "se ajuste") "se le dará una indemnización superior a lo que marca la ley, además de un plazo para que pueda buscar un nuevo empleo".

COMO SE PUBLICO EN este espacio, el pasado 22 de agosto la trasnacional Techint pagó, en efectivo, cerca de 2 mil 250 millones de dólares por el total de las acciones de Hylsamex, de las que 42.5 por ciento (con derecho a voto mayoritario) eran propiedad del Grupo Alfa de Monterrey. El corporativo regiomontano recibió mil 65 millones de dólares (897 millones por los títulos de Hylsamex, más un dividendo de 61 millones, y 107 millones por su participación minoritaria en el consorcio Amazonia, que controla a la siderúrgica venezolana Sidor). Mil 185 millones adicionales se repartieron entre los propietarios -hasta ese día- de 57.5 por ciento restante de las acciones del consorcio acerero.

RECORDABAMOS QUE POR tratarse de una operación financiera en la Bolsa Mexicana de Valores (como Roberto Hernández, Alfredo Harp Helú, Eugenio Garza Lagüera, Lorenzo Zambrano, Claudio X. González y otros distinguidos empresarios hicieron con Banamex y Bancomer), ni un solo centavo de esta voluminosa transacción terminó en las arcas nacionales. Los vendedores se ahorraron casi 740 millones de dólares (320 el Grupo Alfa) en impuestos, y una vez más el erario los ve pasar de lejos, muy lejos.

¿QUÉ PODRIA HACER EL FISCO mexicano con esos 740 millones de dólares que los barones de Monterrey y asociados legalmente no enteraron? Cuando menos incrementar los presupuestos de áreas vitales para la vida nacional, porque ese monto equivale a 45 por ciento del presupuesto 2005 de la UNAM; 120 por ciento del Instituto Politécnico Nacional; 100 por ciento del Conacyt; mil 897 por ciento de la Universidad Pedagógica Nacional; 3 mil 240 por ciento del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/sida; 116 por ciento de la Secretaría de Seguridad Pública federal; 35 por ciento de la Secretaría de Desarrollo Social; 200 por ciento de la Secretaría de Relaciones Exteriores; 256 por ciento de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social; 94 por ciento de la Secretaría de Marina y 790 por ciento del Cisen, por citar algunos ejemplos.

Y, COMO DECIAMOS EN aquella ocasión, todos fueron felices (menos el país y sus habitantes) por los logros obtenidos, independientemente de que una vez concretada la operación de compra-venta Hylsamex también se va de la Bolsa Mexicana de Valores, cancelando, de paso, un número indeterminado de empleos en un país en el que sólo se genera -cuando toda camina bien- 25 por ciento de la demanda de plazas laborales.

EN VIA DE MIENTRAS, con el respeto que siempre le merece el Congreso, la Presidencia de la República anunció que no difundirá el contenido de su paquete económico 2006 hasta que los inquilinos de San Lázaro lo tengan en sus manos, lo que supuestamente ocurrió después de las 19 horas

Las rebanadas del pastel:

CON EL DEVASTADOR PASO de Katrina por Nueva Orleáns y sus dantescas consecuencias, el presidente Fox está más preocupado y ocupado que con las inundaciones y carencias en tierra mexicana... Con el desastroso manejo de la crisis, la desviación de recursos a la invasión de Irak, las cinco semanas de vacaciones y demás gracias de George W. Bush, crece la esperanza de que el pueblo estadunidense no cometa el mismo error en futuras elecciones.

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