Usted está aquí: martes 6 de septiembre de 2005 Opinión ITACATE

ITACATE

Cristina Barros y Marco Buenrostro

Días de campo

LAS FOTOGRAFIAS DEL álbum familiar de doña Soledad Plata de Soto son evocadoras. En un día de campo, los peones aparecen vestidos con camisa y calzón de manta, jorongo de lana y sombrero de palma; los patrones con traje de casimir, botas de campo y sombreros de fieltro. Algunas mujeres lucen traje sastre, otras, vestidos largos de falda ancha, blusas alforzadas y rebozos. Las niñas muestran sus trenzas recogidas con grandes moños como adorno.

EN OTRA TOMA aparecen los carros descapotables (landós), llevando a las mujeres con gorros de tiras largas anudadas en el cuello y a los hombres con capote. Doña Soledad da vida con su voz a las fotografías. A veces desde San José Totoapa iban a pasear a un paraje llamado La Calera.

SALIA PRIMERO EL carro con los colchones, las vajillas, las mesas y los implementos en canastas de olán finamente tejidas. Levaba a la cocinera y a la molendera. El grupo se ponía en marcha, luego hacía una parada en El Palmar, que estaba a medio camino; ahí había un manantial que surtía de agua purísima a La Calera.

SE COLOCABAN LAS mesas. La molendera tenía listas las tortillas calientitas, recién hechas; la cocinera ya había guisado. Se comía con apetito lo preparado. A veces los hombres iban a pescar, llegaban con truchas, mojarras o bagres que se freían en la sartén.

EN AQUELLOS TIEMPOS se compraba aceite de olivo para cocinar en latas de cinco litros; el vino llegaba en toneles. Además del agua pura que llegaba a Totoapa, desde Supitlán, había pulque y el vino llamado catalán, que con tanta frecuencia se menciona en las novelas y crónicas del siglo XIX; era dulce, nos dice doña Soledad.

LAS GALLETAS DE media tarde se acompañaban con cinzano, rompope o jerez. En los velorios que tenían lugar en los ranchos, daban comida y había café y aguardiente hecho con alcohol de caña y hierbas como el toronjil, o con cáscara de naranja; les llamaban amargos.

ERA FAMOSO EL pan de pulque de Tulancingo; también los puerquitos y los cocoles de piloncillo y anís adornados con ajonjolí. Hoy se puede encontrar buen pan en La Perla.

OTRA ESPECIALIDAD HAN sido los dulces de leche. Para hacer palanquetas de leche con nuez, redondas y con sabor a macarrón también de leche, se pone un litro de leche para un kilo de azúcar. Se hierve a fuego medio hasta que se ve el fondo de la cazuela. Se sigue batiendo hasta formar una pasta que se extiende sobre una tabla húmeda con el rodillo. Se cortan las ruedas con un vasito; a cada una se le ponen tres nueces.

DOÑA SOLEDAD GUARDA recuerdos de la ciudad de México. Todo lo gritaban, comenta. Llegaban las mujeres desde Texcoco vendiendo ''patos cocidos"; otras vendían ''tortillas con chile". Era obligado ir al teatro Fábregas o al Iris. En el Ideal se presentaban las hermanas Blanch, Anita y Chabelita. En la ciudad, calle de 5 de Mayo, vio su primera película muda; actuaban El Gordo y El Flaco.

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