Usted está aquí: viernes 9 de septiembre de 2005 Opinión ASTILLERO

ASTILLERO

Julio Hernández López

(Malos) Pazos

La bota convertida en botín

Tamarindillos, sahauguncitos, ranchos

Nada por aquí, nada por allá...

LOS CAMINOS QUE el señor Luis Pazos ha encontrado para hacer que los mexicanos lean no son inescrutables sino, por el contrario, bastante conocibles. De hecho, cualquier escritor con una buena pizca de imaginación (y, de preferencia, con un generoso presupuesto público al alcance de la firma) podría beneficiar a la patria (y de paso a sí mismo, aunque esto sea secundario) mediante fórmulas como las practicadas por el actual director del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, mejor conocido -el banco, no el director- como Banobras: comprar a una editorial, Diana, de la que se es o se ha sido hasta abril de 2005 miembro del consejo de administración, remesas de libros escritos por ese mismo funcionario-literato para regalarlos en Navidad.

TAL MILAGRO HIZO el señor Pazos, en cuyas andanzas burocráticas queda claramente impresa la huella de la corrupción disfrazada de cruzada ideológica (el dinero suministrado a Pro Vida por gestiones del entonces diputado PZS -abreviatura de Pazos, no de pesetas-, como antecedente convertido en tanga) y la impunidad genérica que a los actuales ocupantes de altos cargos federales permite hacer cuanta transa quieran -chiquita o grande, disfrazada o explícita-, pero haciendo pasar sus arrebatos pecuniarios como buenas acciones bañadas en agua bendita: lo que en el pobre es borrachera, en el rico es alegría; lo que en el priísta o el perredista es corrupción, en el panista es cambio democrático.

RESULTA QUE EL IDEOLOGO del simplismo derechista, el mencionado Luis Pazos, compró el año pasado, con fondos de Banobras, 2 mil 50 ejemplares del libro intitulado Los jardines secretos de Dios, de Alberto de la Torre, para regalarlos a título oficial en esa Navidad (todo ello fue denunciado en mayo pasado ante la procuraduría federal de justicia por diputados perredistas encabezados por Martha Lucía Mícher, a quien acompañaron Arturo Nahle e Inti Muñoz). Pero sucede que, ¡oh, sorpresas que da la vida!, el verdadero misterio divino enjardinado fue que el nombre del autor no es sino una adecuación seudónima de Luis Alberto Pazos de la Torre, que así acabaría siendo el comprante funcionario y el autor beneficiado.

¡BAH, MINUCIA ABSOLUTA frente al saqueo de gran nivel!, diría algún lector que considerara menos lesivo traficar con obra escrita que levantar millonadas de dólares mediante concesiones, permisos y otras bribonadas similares. Pero, aparte de mostrar la doble moral que es marca de la casa derechista llegada al poder, la mala correría de Pazos (Los -malos- pasos de Pazos) ha quedado virtualmente impune, lo que confirma lo popularmente sabido: que la Secretaría de la Función Pública, antes llamada contraloría federal, es solamente una oficina de encubrimiento bajo consigna. Porque, a pesar de que fue demostrada la comisión de ese hecho presuntamente delictivo -comprar libros de sí mismo-, el funcionario Pazos solamente ha sido apercibido por la tal SFP (el colmo del cinismo: sólo se hizo una amonestación pública porque en la operación Banobras-Pazos-Diana-De la Torre "no existió beneficio o lucro indebido en favor del servidor público ni de la casa editorial", según la tapadera marca SFP).

LA DOCTRINA PAZOS es aplicada, desde luego, en todos los demás ámbitos de la sospecha o la acusación públicas. Dado que la salpicadura es colectiva, el aparato institucional del foxismo desarrolla tácticas rupestres pero más o menos efectivas -al menos en el corto plazo- de encubrimiento, confusión o abierto engaño en cuanto a toda indagación sobre actos corruptos de la elite que llegó con botas y se irá con botines. Ayer mismo, por ejemplo, en el seno de la Comisión de la Reforma Agraria de la Cámara de Diputados se dieron por terminados los trabajos de la subcomisión especial creada para estudiar la compraventa de la bahía El Tamarindillo, en el municipio de Coahuayana de Hidalgo, Michoacán. No hubo dictamen o pronunciamiento específico sobre los documentos e investigaciones que fortalecen la sospecha de que la pareja presidencial, mediante el prestanombres Cosme Mares, habilitado como falso ejidatario, se ha hecho de una hermosa playa particular. La misma diputada Mícher, de quien se hablaba líneas arriba, denunció este miércoles que la comisión especial de diputados creada para investigar el caso está siendo obstruida por la Secretaría de la Función Pública en cuanto al "acceso a la información de las transacciones y vínculos empresariales de los hermanos Bribiesca Sahagún" (La Jornada, nota de Enrique Méndez). Así se trata de evitar, o cuando menos retardar, el conocimiento de los negocios de fábula hechos por los hijos de la presidenta conyugal de los Esposos Unidos Mexicanos. Nada se ha avanzado, tampoco, respecto de las sospechas de corrupción recopiladas por Anabel Hernández y Arelí Quintero en el libro La familia presidencial, especialmente en cuanto al rancho secreto del marido Fox. ¡Ah, los caminos del enriquecimiento de los señores del poder son -temporalmente- inescrutables!

ASTILLAS: ¡Santos videojuegos ahumados, barman!: una de las partes en guerra apresa a un ex delegado que pondrá en aprietos a una presunta heroína cárdena que en realidad ha sido una villana, y la otra parte responde encarcelando a la esposa de un ex secretario de Finanzas que así tendrá más soltura a la hora de declamar un guión ensayado en las academias La Palma. ¿Qué jugada aparecerá ahora en las pantallas gracias al Game Cube o X Box?... Y, mientras Elba saca a sus diputados del mando mariano, pero no del PRI, y la Suprema Corte de Justicia de la Nación se decide a acabar con la aberración del "arraigo domiciliario", y los precandidatos panistas debaten de noche, y el madracismo agarra con aires de campaña el asunto de la derogación de la reforma a la ley de impuestos sobre la renta, y cazadores británicos de tesoros encuentran uno de leyenda, ¡feliz fin de semana!

Fax: 56 05 20 99 * [email protected] *

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.