Usted está aquí: viernes 23 de septiembre de 2005 Opinión El vacío

Luis Javier Garrido

El vacío

¿Existe en México un vacío de autoridad, como indican múltiples acontecimientos de los últimos meses?

1. El modelo neoliberal, como se sabe, ha tenido como prioridades tanto la entrega de la riquezas básicas del planeta a las trasnacionales como la reducción de los aparatos de seguridad estatales nacionales a su mínima expresión con el fin de facilitar la hegemonía estadunidense, y ésas han sido las obsesiones del gobierno de Vicente Fox.

2. La reconstrucción de Nueva Orleáns y de otras ciudades devastadas por el huracán Katrina del 29 de agosto y las amenazas de Rita no están siendo, por ejemplo para el gobierno estadunidense más que pretextos para impulsar una serie de programas neoliberales y beneficiar a los intereses privados a los que se halla asociado, pero también para integrar más a México a sus políticas.

3. La denuncia hecha por The New York Times de que Bush ha insistido tanto en la total evacuación de Nueva Orleáns para tener la posibilidad de impulsar una serie de intereses privados en lo que será la reconstrucción más importante en la historia de Estados Unidos (11 de septiembre), y que ha caído como un nuevo golpe a la población siniestrada, no hace más que confirmar lo anterior. La presencia en la región siniestrada de la trasnacional Halliburton, a la que se halla asociado el vicepresidente Dick Cheney, y que obtuvo los principales contratos en Irak, donde estuvo implicada en enorme tráfico de influencias, es un símbolo de lo que son las políticas neoliberales impulsadas desde el poder.

4. La nueva Zona Cero de Estados Unidos es también una Zona Cero de México por el número de mexicanos que se hallan en los estados siniestrados, pero, al igual que Bush, Vicente Fox ha mostrado una vez más que para su gobierno los mexicanos son prescindibles y no ha hecho nada por ellos. La iniciativa de Los Pinos para "solidarizarse" con los damnificados de Katrina fue una operación propagandística sin relieve humanitario, a pesar de todo lo que dijeron las televisoras, y estuvo destinada a crear las condiciones para ir subordinando de manera más abierta a las fuerzas armadas mexicanas al Pentágono, satisfaciendo los requerimientos del Departamento de Estado.

5. El desprestigio del Ejército Mexi-cano, subordinado en el curso del operativo al de Estados Unidos, es muy grande después de esta decisión anticonstitucional de enviarlos al otro lado de la frontera, y el precedente de oficiales mexicanos recibiendo órdenes de militares estadunidenses queda como una vergüenza no sólo para el Ejército y la Marina, sino también para Fox y el Congreso.

6. La pretensión de que las fuerzas armadas mexicanas sean ahora un elemento más para la seguridad de Estados Unidos no se puede desconocer que la expresa Vicente Fox, gobernante que ha sido incapaz de organizar la seguridad pública y mucho menos la seguridad nacional. La "desaparición" el 21 de septiembre del helicóptero en el que viajaban Ramón Martín Huerta (secretario de Seguridad Pública) y Tomás Valencia (titular de la Policía Federal Preventiva) con otros funcionarios mostró no sólo la incompetencia y desorganización del ejército, de la PFP y de los otros aparatos de seguridad del Estado, que durante siete horas hicieron el ridículo, sino también, como se ha dicho, un vacío de autoridad.

7. Los aparatos de seguridad del Estado han sido utilizados discrecionalmente por el gobierno neoliberal foxista para satisfacer su proyecto político, sus ambiciones de grupo y sus intereses privados, y no cumplen una función de Estado. Fox los ha usado lo mismo para combatir selectivamente a ciertos cárteles del narco y proteger a otros, que para impulsar su política de integración a Estados Unidos enviando ejército y marina a una misión indigna al otro lado de la frontera, o simplemente para satisfacer sus ambiciones partidistas, al ordenarles no actuar siendo su responsabilidad. Como hicieron los ahora desaparecidos Martín Huerta y Valencia, cuando hace meses, ante el linchamiento de tres de sus agentes en Tláhuac, no buscaron rescatarlos para tratar de culpar a las autoridades capitalinas, incurriendo en gravísima responsabilidad.

8. El vacío de autoridad ha sido una realidad durante el gobierno foxista, y el único que no parece darse cuenta es el propio Fox, quien ha tenido como obsesión reducir al gobierno a su mínima expresión. Ante el escándalo suscitado por los señalamientos de que la propuesta de reforma fiscal de 2004 la negoció su secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, con Roberto Madrazo, entonces presidente priísta, en una reunión en casa de Carlos Salinas de Gortari, Fox manifestó ignorar todo.

9. Los efectos más devastadores de los ciclones no son por ello los que se seguirán viendo en las escenas de la televisión, sino los que están por venir a consecuencia de las políticas de la Casa Blanca y del gobierno mexicano, que creen que el paso de los huracanes y la forma en que la población se ha "sensibilizado" les va a permitir dar una vuelta de tuerca a la aplicación de los programas neoliberales que más resistencia han tenido en los últimos meses: el proyecto de un comando único de Norteamérica, hasta la entrega total de los recursos energéticos.

10. Una estrategia, tan obvia que parecería destinada al fracaso, ha logrado avanzar, sin embargo, por la corrupción de la "clase política" y la apatía de amplios sectores. La tentativa de Los Pinos de aprovechar la coyuntura para imponer "un decálogo" que le permitiese acelerar la entrega del sector energético (12 de septiembre) no tuvo éxito por la torpeza de Fox y, sin embargo, la ofensiva va a continuar hasta que la sociedad no se oponga de manera más vigorosa.

 
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