Usted está aquí: viernes 23 de septiembre de 2005 Opinión Por la defensa continental de Lula

Alan García*

Por la defensa continental de Lula

Los hombres y mujeres de la centroizquierda y de la izquierda democrática de América Latina tenemos la obligación de alzar la voz en estos momentos para decir que creemos y seguiremos creyendo en Luiz Inacio Lula da Silva y en la alternativa social, soberana e integracionista que él representa.

Me dirijo a los amigos del socialismo chileno, de los partidos populares argentinos, de los mexicanos Partido de la Revolución Democrática y del Partido Revolucionario Institucional, del liberalismo colombiano y de otros partidos hermanos de la Internacional Socialista para que unamos nuestras voces y personas en defensa de Lula. Abandonarlo ahora, intimidados por la campaña interna y externa que contra él existe, sería abandonarnos ciegamente a nosotros mismos y caer en el oportunismo conocido de aplaudirlo cuando es popular y callar cuando atraviesa problemas.

Lula es la mejor expresión de la izquierda social moderna como proyecto de gobierno para el continente. Pese a todos los temores que existieron por su extracción popular y su línea ideológica, ha demostrado que la centroizquierda sabe conciliar la economía moderna, la fuerza del mercado y la tecnología con la acción social del Estado en favor del empleo y de los pobres sin caer en excesos monetarios.

Lula incorporó al lenguaje de América, después de 10 años de exageraciones, su tesis de Hambre Cero. Lula ha sabido actuar en nombre de su gran país por la soberanía y la independencia, en defensa de los principios internacionales de la no intervención y para superar las condiciones de comercio nocivas a la economía de los países en desarrollo. Además, ha impulsado con vigor la integración continental que debe conducirnos a la gran unión sudamericana.

Pero Lula está rodeado de seres humanos y algunos, entre ellos, pueden delinquir y equivocarse. Sin embargo, el proyecto social de reivindicación que Lula encarna tiene prioridad y tengo total confianza en que sigue siendo limpio y, lo que es más importante, que mantiene su alma generosa y su convicción por el pueblo que encarna.

Digamos en voz alta que creemos en Lula y en su proyecto para que no lo destruyan ni la derecha brasileña ni la derecha mundial ni la frivolidad antipolítica del interés sin compromiso ni corazón.

* Ex mandatario de Perú y presidente honorario de la Internacional Socialista

 
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