Usted está aquí: sábado 1 de octubre de 2005 Sociedad y Justicia La dieta común del mexicano lo lleva a padecer enfermedades como la diabetes

Cualquiera con mala alimentación puede sufrir ese mal, advierte investigadora

La dieta común del mexicano lo lleva a padecer enfermedades como la diabetes

Alteración metabólica

JOSE GALAN

Cualquier ciudadano con una dieta común: torta de tamal y champurrado; refrescos para aliviar la sed; guisos en aceite insaturado luego de uso continuo o la famosa dieta "T", a base de tortas, tacos o tlacoyos, prácticamente es candidato a contraer diabetes, sobre todo si además de esa nefasta dieta no hace ejercicio.

Para tener una idea del peligro de esta enfermedad, los números hablan por sí solos: la frecuencia de diabetes mellitus entre los mexicanos ha aumentado más de 30 veces en los pasados 50 años. En el año 2000 hubo más de 47 mil muertes por esa causa y representa la principal demanda de atención médica. Sólo en el Instituto Mexicano del Seguro Social cada año hay 180 mil nuevos casos.

Por ello, científicas como la doctora Marcia Hiriart y su equipo realizan investigaciones en su laboratorio del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México, cuyos descubrimientos sobre los mecanismos de la enfermedad a nivel celular le valieron recibir hace un mes el Premio de Investigación Médica doctor Jorge Rosenkranz 2005, otorgado por los laboratorios Grupo Roche Syntex.

"La clásica torta de tamal con champurrado, seguida de un pan dulce y un refresco, resulta una bomba para el páncreas, una dieta cero en proteínas y sí repleta de grasas y carbohidratos", añadió. Y es que sólo 2 por ciento del páncreas está formado por los llamados "islotes pancreáticos", donde se localizan las células beta, las únicas que producen insulina. El almacenamiento y la liberación de nutrientes en el cuerpo son regulados de manera importante por las hormonas producidas por los islotes del páncreas.

Por ejemplo, afirmó la investigadora en entrevista, después de comer aumenta la concentración de glucosa en la sangre, lo que estimula a las células beta de los islotes pancreáticos a secretar la hormona insulina, que a su vez impulsa la llegada de glucosa a diversos tipos de células del organismo, denominadas células blanco. Esas células aprovechan la insulina, o bien se almacena principalmente en el hígado, en los músculos y en el tejido graso. Al entrar la glucosa en las células, su concentración en la sangre disminuye, y por ello se detiene el estímulo que inició la liberación de insulina.

En el ayuno, los nutrientes almacenados se liberan en forma de compuestos como glucosa, aminoácidos, ácidos grasos y glicerol, proceso que es regulado por otra hormona pancreática, el glucagon, junto con otras hormonas como las catecolaminas, los glucorticoides y la hormona del crecimiento, denominadas contrarreguladoras de insulina. El desequilibrio de los mecanismos que controlan los niveles de glucosa en la sangre pueden dar como resultado la aparición de la diabetes mellitus, enfermedad caracterizada por el mal funcionamiento del metabolismo de los nutrientes.

Esto puede deberse a la falta total de insulina, en cuyo caso se denomina diabetes tipo uno, o bien a que los tejidos que normalmente responden a la insulina dejan de hacerlo, es decir, se vuelven resistentes, como ocurre con la diabetes tipo dos. Quienes sufren este último tipo de diabetes también pueden presentar a la larga cierta disminución en la cantidad de insulina que circula en la sangre. Ambos tipos de diabetes minan la capacidad del organismo para aprovechar los nutrientes, especialmente los carbohidratos (azúcares y almidones). Es decir, la diabetes es una enfermedad metabólica.

La investigadora y su equipo, después de una larga tarea de laboratorio, observaron que las células beta sintetizan y secretan un elemento llamado "factor de crecimiento neuronal" (NGF, nerve growth factor), y que su secreción es regulada de manera similar a la insulina. Este factor debe su nombre a los efectos que tiene sobre el desarrollo y la supervivencia de ciertas poblaciones neuronales. Sin embargo, se ha documentado que también actúa sobre algunas células de los sistemas inmunitario y endócrino.

La importancia de este NGF en las células beta del páncreas radica en que éstas tienen receptores de NGF, por tanto su funcionamiento podría ser automodulado por este factor de crecimiento. "Hemos observado en células beta aisladas y cultivadas, que el tratamiento con NGF aumenta la secreción de insulina. Esto puede ser explicado, al menos en parte, porque el factor de crecimiento aumenta la densidad de las corrientes de sodio y calcio", explicó la académica sobre la investigación que la llevó a recibir el premio ya mencionado.

"La secreción de NGF endógeno, estimulada por glucosa, también podría ser importante en la regulación de la secreción de insulina, ya que si bloqueamos la actividad de los receptores del NGF, o si lo neutralizamos, la secreción de insulina estimulada con una concentración alta de glucosa, disminuye en 40 por ciento."

* La medicina natural, opción contra padecimientos

LAURA POY SOLANO

En México cerca de 2 millones de adolescentes han sido diagnosticados como diabéticos y al menos 45 por ciento de los adultos presentan elevados índices de colesterol, afirmó Erick Estrada Lugo, coordinador del Programa Universitario de Plantas Medicinales de la Universidad Autónoma Chapingo, quien destacó que el incremento en el consumo de alimentos basura y una dieta poco balanceada propicia que "un importante porcentaje de la población mantenga una baja calidad de vida".

Tras anunciar en conferencia de prensa la realización del quinto Congreso Latinoamericano de Medicina Natural y Tradicional, afirmó que uno de los temas centrales será la aportación de la herbolaria y la medicina alternativa a la atención de enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes, debido a que estos padecimientos "son las primeras causas de muerte en el país, ya que nuestro cuerpo, diseñado para caminar entre 30 y 40 kilómetros diarios, está saturado de grasas y glucosa, acelerando el deterioro de nuestra calidad de vida. Es como tener un auto deportivo permanentemente estacionado".

Enfermedades que antes sólo se desarrollaban en edades avanzadas, indicó, hoy se diagnostican entre la población infantil y adolescente, como diabetes, colesterolemia, sobrepeso e inclusive padecimientos cardiovasculares. Esto se presenta, aseguró, en gran medida debido a una alimentación rica en alimentos desencadenantes, como grasas, azúcares, carnes rojas, harinas refinadas y cereales procesados, "todos productos que se promueven constantemente para su consumo, pese a que pueden representar un riesgo potencial para la salud".

Agregó que en el quinto Congreso Latinoamericano de Medicina Natural y Tradicional, que se celebrará del 7 al 9 de octubre próximos en la Unidad de Congresos del Centro Médico Nacional Siglo XXI, participarán especialistas en herbolaria, acupuntura y homeopatía para presentar "cuáles son las alternativas desde la medicina natural para atender estos padecimientos".

Estrada Lugo afirmó que la mayoría de la población en el país "no sabe comer de forma equilibrada y lo hacemos todo al revés. Ingerimos enormes cantidades de productos altos en grasas y carbohidratos, al mismo tiempo que mantenemos un ritmo de vida sedentario que permite gran acumulación de colesterol en nuestro organismo".

Indicó que a pesar de que el Instituto Nacional de la Nutrición diseñó en 1991 una "nueva pirámide de la salud con un esquema alimentario más sano y apto para las sociedades contemporáneas, las autoridades de la Secretaría de Salud aún mantienen vigente el esquema recomendado en 1960, cuando se pensaba que una dieta alta en consumo de huevo, leche y carne era lo más sano. Hoy sabemos que consumirlos en exceso puede afectar nuestra salud".

Alternativas terapéuticas

Especialista en herbolaria tradicional, Estrada Lugo señaló que si bien los medicamentos elaborados con plantas y hierbas medicinales "también tienen efectos secundarios, éstos son mucho menores que los ocasionados por medicamentos alópatas".

La Universidad Autónoma Chapingo, afirmó, impulsa un proyecto de investigación de la planta Eryngium heteropyllum, conocida popularmente como yerba del sapo, la cual han estudiado durante 17 años para mejorar, con diversas cruzas genéticas, su capacidad de disolver grandes cantidades de colesterol.

Utilizada desde la época prehispánica por el pueblo huichol, "la variedad mejorada de yerba del sapo ha sido aplicada en 20 mil pacientes con resultados positivos, al reducir notablemente sus niveles de colesterol". Agregó que su consumo en té o cápsulas "no significa abandonar el tratamiento alópata, sino completarlo con este medicamento tradicional, el cual debe ser recomendado por un especialista en la materia".

 
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