Usted está aquí: domingo 2 de octubre de 2005 Deportes LA FIESTA EN PAZ

LA FIESTA EN PAZ

Leonardo Páez

Pepe Alameda redivivo

EXTRAVIADOS PROTECTORES DE mascotas se animaron el domingo pasado a plantarse en la puerta principal de la Plaza México bajo el sagaz nombre de Grupo Activistas Radicales para la Revolución Animal (Garra), y, a falta de alguna tesis o de argumentos sólidos, armados con altavoces se dedicaron a gritarle "¡asesino!" al novillero español Juan José Vian El Palentino.

ESOS CUATRO GARRIENTOS, sabedores de que el público de toros no alcanza el vandalismo de los hinchas futboleros, improvisados como animalistas de fin de semana y antitaurinos, con una fobia del tamaño de su ignorancia sobre aquello que pretenden proscribir, bien podrían enterarse de los incontables motivos de reprobación que muestra ese espectáculo en la actualidad, o por lo menos hojear alguno de los inteligentes ensayos del inolvidable José Alameda.

EN SU CONFERENCIA titulada José Alameda, del hilo de Ariadna al hilo y summa del toreo, pronunciada recientemente dentro de los exitosos jueves culturales promovidos por la Dirección de Cultura de la Asociación Nacional de Matadores, el incansable investigador José Francisco Coello Ugalde se refería a Alameda en estos términos:

"EL CIUDADANO ESPAÑOL Luis, Carlos, José, Felipe, Juan de la Cruz Fernández y López-Valdemoro (Madrid, 24 de noviembre de 1912-ciudad de México, 28 de enero de 1990) se convierte para la tauromaquia mexicana y el ambiente social en José Alameda, para unos. En Pepe Alameda para muchos, si cabe el síntoma afectivo y cariñoso que se le prodigaron, aunque no faltara quien lo sometiera a juicios de valor, o peor aún, a juicios sumarios, porque su cultura despertaba sospechas y desdén.

"AUNQUE MADRILEÑO DE nacimiento, la familia se desplazó a Sevilla cuando Luis Carlos era apenas un niño. Pasado el tiempo, y al margen de sus amoríos, que fueron muchos, se inclinó por uno en especial: la soledad. Siendo ya un hombre mayor sentenciaba: 'y el gusto por ella todavía me dura'.

"SU ARRIBO A MEXICO SE REGISTRA el primero de marzo de 1940. Con 27 años de edad, una licenciatura en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y amplios conocimientos en la traducción, habilidad a la que se aplica bajo las órdenes de Jacques Soustelle, antropólogo que dedica una buena parte de su obra a nuestro pasado indígena.

"ALAMEDA ES UNO de los personajes más representativos de la segunda mitad del siglo XX -agregaba Coello-, no sólo en el ámbito de la prensa escrita, la radio y la televisión, (...) se le recuerda como un hombre dueño de una cultura impresionante, capaz de abarcar y de abordar cuanto tema pudiera desmenuzar en amenas charlas, (...) siendo entre las más recordadas las que mantuvo con Rafael Solana hijo y Carlo Cociolli. Autor de varios libros sobre tauromaquia, desarrolló en los mismos un discurso de profundo conocimiento, sustentado no sólo en la diversidad de lecturas que lo formaron. También en el cúmulo de ideas y teorías propuestas en lo personal, y que hoy día al fin son reconocidas, sobre todo en España, país del que siendo originario, no le había hecho la debida justicia".

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