Usted está aquí: domingo 2 de octubre de 2005 Opinión BAJO LA LUPA

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

Pandemia letal del H5N1 y su triage global

Ampliar la imagen Toma de una muestra de sangre a un pel�no del zool�o de Yogyakarta, Indonesia, como parte de una campa�ficial para el control de la influenza aviar FOTO Ap Foto: Ap

SON TIEMPOS DE terror inducido. El mundo paga la factura de la decadencia de Estados Unidos, que implosionará con el estallido de sus múltiples burbujas financieras, al estilo de la pulverización británica.

ANTES DEL ESTALLIDO de la burbuja de las telecomunicaciones en marzo de 2000, el mundo padeció el terror inducido por el gobierno clintoniano sobre el apocalíptico Y2K, cuando el cambio de milenio paralizaría las computadoras del mundo. No sucedió nada, pero sí se desplomó la bolsa tres meses más tarde. Cada vez que las finanzas de Estados Unidos se encuentran endebles, por alguna razón comienza a merodear una amenaza a ninguna otra igual. ¿Serviría el abultamiento del H5N1, ominoso virus letal de la influenza aviar, para ocultar el desplome financiero de Estados Unidos?

LA REVISTA Foreign Affairs (julio/agosto de 2005), portavoz del influyente Centro de Relaciones Exteriores (CRE), consagró su principal titular de la portada a evaluar la gripe aviar: "La próxima pandemia", con cuatro artículos en los que destaca "La probable causa", de Laurie Garrett, asesora relevante del CRE y autora de La plaga que viene. Se puede o no estar de acuerdo con la publicación bimestral del CRE, pero su contenido polémico suele marcar la pauta de las relaciones internacionales de Estados Unidos, a diferencia de su grotesca caricatura en español que publica el ITAM, con notorio sesgo propagandístico neoliberal y a cargo del castañedista Rafael Fernández de Castro, un conspicuo entreguista de lo ajeno: el petróleo y el gas de México, para favorecer a las trasnacionales piratas de Texas.

LAURIE GARRETT REFIERE que el H5N1 cumple todas las características de los presagios apocalípticos de los científicos "de ser capaz de infectar al 40 por ciento (sic) de población humana mundial con un número inimaginable de muertes". Hay que tener estómago para seguir. No hay comparación con la gripa española de 1918-1919 que cobró la vida de 50 millones de personas en 18 meses; "la influenza aviar es mucho más peligrosa".

HASTA MAYO PASADO, de las 109 personas infectadas, 54 por ciento falleció, así como el 100 por ciento de los pollos domésticos infectados. A partir de su aparición en el sur de China hace nueve años, el "virus ha mutado y se ha vuelto más letal en una amplia gama de especies".

TODAVIA NO ES el "día del juicio final", pero la "humanidad podría (sic) enfrentar una pandemia de la que nunca ha sido testigo, si la evolución implacable del virus se torna capaz de una transmisión de humano a humano". Da rienda suelta a las estadísticas a las que son tan proclives en su país y basa sus extrapolaciones en las proyecciones de los muy solventes Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedad (CDC, por sus siglas en inglés): en el "peor escenario, la mortalidad solamente en Estados Unidos sería de 20 por ciento, con 80 millones de enfermos y 16 millones de muertes" y un "costo económico inimaginable" (Nota: en un escenario más benigno, calcula las pérdidas en 166 mil millones de dólares). El "resto del mundo experimentaría niveles similares de carnicería (sic) viral" donde los enfermos con sida y los "inmunocomprometidos" sufrirían mayores estragos. La cuarentena, cierre de fronteras y aeropuertos, impuestos por los países, serían "fútiles" (sic), lo que además, paralizaría el comercio, los viajes y la productividad. La obsesión estadunidense, el destino de las cotizaciones de la Bolsa de Valores, padecería "tambaleos y quizá precipitadas caídas" cuando la "seguridad global estaría directamente afectada al reducir la fuerza de las tropas y la capacidad de todas las fuerzas armadas".

ABORDA UN PUNTO clave que concierne el futuro de las relaciones internacionales: "en un mundo donde la mayor parte de la riqueza se concentra en menos de 12 naciones que representan una minoría distintiva (sic) del total de la población, la capacidad de responder a las amenazas globales, dicho en forma educada, estaría severamente desequilibrada". ¡Qué hallazgo!

COMO SI NO se supiera hasta la saciedad, con un fastidioso enfoque discriminativo entre pudientes y miserables, señala que la "mayor parte de los gobiernos del mundo no solamente carecen de fondos suficientes para responder a esta supergripa, sino que tampoco poseen la infraestructura sanitaria adecuada para manejar las cargas (sic) de la enfermedad, el resquebrajamiento social, y el pánico" (Nota: no se diga después de la imposición del modelo cleptomaníaco de la desregulada globalización financiera feudal que desmanteló la infraestructura básica). A su juicio, la "comunidad internacional se dirigirá a Estados Unidos, Canadá, Japón y Europa para buscar respuestas, vacunas, curaciones, dinero y esperanza (sic). La forma en que estos gobiernos ricos respondan, y en cuánto se diferenciarán las tasas de mortalidad respecto a las líneas divisorias de la pobreza, resonarán muchos años después".

SEA CUAL FUERE su origen, queda claro que la humanidad se aproxima a un neomalthusianismo viral. Párrafos más tarde, Laurie Garrett advierte en forma egoísta que los "países ricos y pobres estarían locos (sic) en contar con la generosidad de sus vecinos durante el brote global de la pandemia", y en un cántico único del neoliberalismo anglosajón adelanta que "Estados Unidos negaría (sic) probablemente (sic) la vacuna a sus vecinos como México, puesto que los gobiernos tienden a conservar los suministros de vacunas a sus propios ciudadanos durante las emergencias". Así es, sobre todo si se trata de la raza negra, como se notó durante la limpieza étnica de Nueva Orleáns. ¿Pero quién en su juicio cabal, en la etapa de la decadencia bushiana, desea pedir "ayuda" a Estados Unidos? ¿Para qué sirve entonces la Organización Mundial de Salud (OMS)? ¿Tampoco nos brindará protección sanitaria el TLCAN prometido como la panacea para los malestares mexicanos, ni su nueva excrecencia expoliadora del ASPAN, que coincidentemente patrocina el mismo CRE? Ya saben los gobiernos mexicanos, incluidos los genuflexos neoliberales, a qué atenerse, para que luego no lloren como infantes sin biberón.

QUE IMPORTA QUE fenezca el planeta si la familia real británica ya se vacunó, con previsión omnisciente. ¿Habrán alcanzado las dosis de vacunas al plebeyo Tony Blair y su familia?

EL MENSAJE DE Laurie Garrett es descorazonador: la "aplastante mayoría de la humanidad no tendrá acceso a la vacuna". Además, la cantidad producida por las empresas farmacéuticas es ridícula, del orden de 300 millones de dólares al año (Nota: por no representar un negocio jugoso), que sería adquirida por los pudientes y los países fabricantes (usualmente el G-7, extensivo al G-10), y de la que Estados Unidos compra cada año 185 millones de dosis. Para colmo: tampoco está garantizada la efectividad de la vacuna, debido a la alta mutabilidad del H5N1. Dentro del de por sí selecto segmento de los pudientes, ¿quiénes serán elegidos para recibir la vacuna? Laurie Garrett pregunta cómo "será ejecutada en forma justa (sic) la elección global" (Nota: usa la palabra clásica francesa de triage, que significa selección y se aplica durante las catástrofes cuando los médicos deben decidir la jerarquía terapéutica). Cuando la infraestructura médica pública de Estados Unidos, así como del resto del planeta, ha decrecido brutalmente, el último recurso sería otorgar otros 600 millones de dólares a la OMS, a su de por sí hilarante presupuesto de 400 millones de dólares al año, en exclusividad a su programa antinfluenza, con el fin de colocarse como un "sitio único de información sobre la enfermedad, para prevenir la difusión de falsos rumores y el pánico global". Para Laurie Garrett no hay salvación: "Ninguna nación puede erigir una fortaleza contra esta influenza, ni siquiera el país más rico del mundo".

UN MEDICO DE la OMS, David Nabarro, advirtió que la influenza aviar, ahora concentrada en animales en Asia, debería ser erradicada antes de que adquiera un carácter mutante letal y alcance a los humanos, que sufrirían 150 millones de muertes, en un caso extremo, o solamente 5 millones en un caso más benigno y preventivo (AP, 29 de septiembre). Resalta que aun el caso prevenible sea lamentablemente extremoso.

EXISTEN ANTECEDENTES de voluntad exterminadora de parte de ciertos "estrategas" seducidos por el neomalthusianismo etnocida, que en última instancia es en lo que desemboca la globalización financiera feudal, con el macabro propósito de reducir en una tercera parte la población actual del planeta.

EL ANTRAX LETAL que intentó aniquilar al entonces líder demócrata del Senado, Tom Daschle (luego retirado por la vía "electoral"), fue fabricado por el Instituto de Investigación Médica de Estados Unidos y atesorado en el Fuerte Detrick (Maryland), como ilustró la prestigiosa Federación de Científicos Estadunidenses (UCLA, 20 de enero de 2002).

CON BASTANTE ANTELACION, el ahora octogenario Alfred Heinz (alias Henry) Kissinger comentó en 1974 que el mayor peligro a la seguridad nacional de Estados Unidos y Gran Bretaña lo constituía la sobrepoblación planetaria, lo que luego daría pie a una orden ejecutiva presidencial con el fin de alentar la despoblación mundial.

EN EL REPORTE LUGANO, aclamada sátira del capitalismo de Susan George, los asediados plutócratas de la globalización planean una serie de ideas infernales que prevén, entre otras hazañas nada humanistas, la reducción de la población mundial en su tercera parte para asegurar la "supervivencia del sistema".

CARECEMOS DE PRUEBAS sobre las intenciones neomalthusianas en el caso específico del H5N1, pero frente a un régimen tan diabólico como el bushiano y los neoconservadores straussianos, sus delirantes acompañantes en su barco ebrio del Apocalipsis, el género humano no puede esperar nada bondadoso, por lo que debe estar alerta ante la posibilidad de una guerra biológica que no se atreve a pronunciar su nombre. Pero aun sin ser los creadores del H5N1, el "triage global", apadrinado por el CRE, asienta la aplicación de un neomalthusianismo viral donde los pobres no tienen salvación, pero que dejaría también a los ricos supervivientes sin redención en medio de la desolación. ¿Qué sentido tendría la vida en tales condiciones?

 
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