Usted está aquí: lunes 3 de octubre de 2005 Cultura Viernes en Jerusalén, reflexiones sobre el destino de la poesía

Marco Antonio Campos presenta el libro en España

Viernes en Jerusalén, reflexiones sobre el destino de la poesía

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 2 de octubre. El poeta mexicano Marco Antonio Campos rememoró la época de la niñez y la adolescencia para emprender una serie de viajes que dieron origen a Viernes en Jerusalén, el libro que fue galardonado con el quinto Premio Casa de las Américas de Poesía. En su indagación por la infancia y la huella de los viajes, Campos reflexiona sobre la violencia, la guerra, el amor, la solidaridad, las creencias, la fe y la historia de la humanidad.

Campos, nacido en la ciudad de México en 1949, presentó el lunes pasado su primer libro editado en España, por la prestigiosa editorial Visor, tras ser elegido de entre 419 manuscritos por un jurado formado por cuatro poetas españoles: Luis García Montero, Carlos Marzal, Benjamín Prado y José Manuel Caballero Bonald. Campos presentó su libro junto con el ganador del Premio de Narrativa Casa de las Américas, Marcelo Simonetti, por su novela La traición de Borges (Lengua de Trapo).

El poeta, ensayista y traductor mexicano explicó en entrevista con La Jornada las claves para entender esta compilación de poemas escritos en los pasados ocho años. Tras felicitarse por la "impecable" edición de su libro, Campos señaló que "la poesía regularmente es mucho mejor entendida por los poetas y, por eso mismo, los mejores traductores y críticos suelen ser poetas. Pero yo creo que no es tan real el diálogo entre la poesía de América Latina con la de España. Yo conozco realmente a la poesía española hasta la generación de Claudio Rodríguez, incluso en el libro hay un poema dedicado a su muerte. De esa generación hay otro poeta que me interesa mucho, que es Angel González y también me sentía cercano a José Hierro".

En relación con Viernes en Jerusalén, el también autor de Monólogos añadió que "es un libro que tiene varias temáticas, pero principalmente es el mundo de la infancia y la adolescencia, con los viajes de fondo y con temas como la escritura de la poesía y el destino de la poesía y el poeta. También hay poemas políticos, como el que da el título al libro, que es evidentemente político e histórico, pues creo que la parte religiosa es de fondo. Creo que es un poema que puede tener una lectura política o autobiográfica, de mi vía dolorosa en Israel, en el que hay un momento que parece que el propio protagonista se va a confundir con Cristo, además de que las cursivas del poema son todas citas textuales de la Biblia, pero adaptadas al poema".

En cuanto a sus razones para elegir Jerusalén como escenario del poema, Campos explicó que se debe a que "el poema también es una forma de decir que Jerusalén es una ciudad que históricamente se ha definido como la ciudad de la paz, cuando es una de las pocas urbes del mundo en la que no hay un solo milímetro de espacio en el que no haya una gota de sangre".

-¿Hay poemas donde se percibe un pensamiento crítico con el orden actual?

-Yo me considero una persona de izquierda moderada, socialdemócrata, que quiere un mundo más justo como miembro de la Generación del 68, que es la de la utopía. Creo en un mundo mejor que nunca va a realizarse, por eso la perspectiva religiosa de los poemas sobre Jerusalén es la postura de un cristiano escéptico, que desconfía del catolicismo y todavía más de las otras formas del cristianismo, y mucho más de las sectas, que son negocios particulares.

 
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