Usted está aquí: viernes 7 de octubre de 2005 Ciencias En 42% de bebés en riesgo es posible revertir daños cerebrales

La Unidad de Investigación en Neurodesarrollo, única institución que atiende ese sector

En 42% de bebés en riesgo es posible revertir daños cerebrales

Es factible que superen las secuelas si reciben atención temprana, asegura Carlos Arámburo, director del INB

Ubicada en Querétaro, la UIN ha atendido cerca de 250 niños en cuatro años

CAROLINA GOMEZ MENA ENVIADA

Ampliar la imagen Beb�n las instalaciones de resonancia magn�ca de la Unidad de Investigaci�n Neurodesarrollo, en Quer�ro FOTO Mar�Mel�rez Foto: Mar�Mel�rez

Juriquilla, Querétaro, 6 de octubre. En México alrededor de 20 por ciento de los casos de discapacidad están relacionados con eventos que ocurren alrededor del nacimiento y provocan alguna lesión cerebral. En muchos casos es posible superar las secuelas que ocasionan estos daños, entre ellas parálisis cerebral, si los recién nacidos reciben atención temprana, aseveró el doctor Carlos Arámburo de la Hoz, director del Instituto de Neurobiología (INB) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

De acuerdo con el investigador, "42 por ciento de los casos de bebés prematuros con lesión cerebral reportó mejoría total en un año" y para lograr este porcentaje de éxito, algo fundamental es que los menores sean atendidos antes de cumplir tres meses de edad. Ello, debido a que en esa etapa el cerebro cuenta con gran "plasticidad" y es posible entrenarlo para lograr respuestas motoras normales, expuso la doctora Thalía Harmony Baillet, investigadora responsable de las unidades de resonancia magnética y de investigación en neurodesarrollo del INB.

Atención única en su tipo

En conferencia de prensa, Harmony resaltó que actualmente "ninguna institución atiende a esta población en riesgo en el momento adecuado", y por ello la UNAM creó la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo (UIN) Doctor Augusto Fernández Guardiola del INB, ubicado en el campus Juriquilla, considerada "única en su tipo".

Su programa prioritario es el diagnóstico y neurohabilitación temprana de recién nacidos y niños expuestos a factores de riesgo de daño cerebral en la etapa prenatal y perinatal, tales como infecciones maternas, sufrimiento fetal y edad materna (madres añosas o muy jóvenes).

La unidad fue inaugurada a mediados de este año, pero el programa de neurohabilitación tiene ya cerca de cuatro años desarrollándose, y en ese lapso se han atendido alrededor de 250 menores de edad.

Según Harmony las secuelas de los daños cerebrales pueden derivar en problemas motores, como parálisis cerebral infantil; fallas sensoriales, como hipoacusia -pérdida o disminución de la audición en uno o ambos oídos, la cual por lo general en "México se detecta cerca de los tres años de vida"-, y en déficit cognoscitivo que provoca desórdenes de atención, aprendizaje y lenguaje.

Todas estas deficiencias no sólo afectan al menor, sino también a la familia y a la sociedad al no ser identificadas a tiempo, porque los tratamientos de rehabilitación de las discapacidades que ocasionan demandan altos costos económicos, comentó la experta, quien destacó que en "30 por ciento de los casos tratados de prematuros de 2003 a la fecha no hubo mejoría", principalmente debido a daños cerebrales muy severos.

Aunque en general los resultados obtenidos son muy satisfactorios, los recursos con que se cuenta aún son limitados, lamentó Arámburo de Hoz, quien precisó que se prevé que en los próximos cinco años la unidad requerirá de una inversión de 6 millones de pesos.

En razón de esto y de que el INB cuenta con un presupuesto anual de sólo 70 millones de pesos para costear 40 líneas de investigación, incluida la neurohabilitación, la Fundación UNAM comenzará en breve una campaña de recaudación de fondos, mediante la cual debe colectar por lo menos un millón 250 pesos por año.

Altos costos

A esto se suma que el costo de los tratamientos de neurohabilitación, los cuales duran 18 meses, incluidas las terapias, los estudios diagnósticos, tales como resonancia magnética y electroencefalogramas, audiometría y ultrasonido, tienen un costo real para el INB que oscila entre 130 y 150 mil pesos por bebé. No obstante, el instituto no cobra esa cantidad, pues realiza estudios socioeconómicos a los padres de los pacientes.

A fin de captar lo antes posible la mayor cantidad de infantes con eventuales daños cerebrales, el INB ha suscrito acuerdos con hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social, del Instituto de Seguridad y Servicios Sosciales de los Trabajadores del Estado y el de Especialidades del Niño y de la Mujer, en Querétaro, entidad en la cual 20 por ciento de los bebés cuentan con antecedentes de riesgo que pudieran originar daño neurológico.

Pero la intención es replicar hacia otros estados la experiencia que se ha tenido en la UIN, indicó Arámburo, quien instó a que las empresas privadas, ex estudiantes de la UNAM y la sociedad en general aporten recursos para esta causa, que no sólo ahorra recursos al sector salud, sino también significa una esperanza real para miles de niños de llevar una vida normal o lo más cercana a ello.

La mencionada instalación cuenta con una unidad de resonancia magnética (equipo con valor de 1.1 millones de dólares donado por la Fundación Gonzalo Río Arronte ), dos equipos de ultrasonido, Doppler y transcraneal, un laboratorio de sicofisiología, con cámaras especializadas y equipo para electroencefalografía, audiometría y potenciales evocados auditivos y visuales, así como un nuevo edificio para el tratamiento neurorrehabilitatorio y el seguimiento médico de los niños.

 
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