Usted está aquí: sábado 8 de octubre de 2005 Ciencias Busca medicina proteómica ubicar los prótidos causantes del cáncer

El objetivo es identificarlos aun antes de que se diagnostique el padecimiento

Busca medicina proteómica ubicar los prótidos causantes del cáncer

En el transcurso de la próxima década se tendrán los primeros resultados, asegura el Nobel de Fisiología y Medicina 2001

México forma parte del proyecto internacional

ANGELES CRUZ MARTINEZ

La identificación temprana de las proteínas que ocasionan cáncer, aún antes de que se le pueda diagnosticar clínicamente, es la meta de la medicina proteómica que se desarrolla a partir del desciframiento del genoma humano. Los primeros resultados de esta área se tendrán en el transcurso de la próxima década, dijo Lee H. Hartwell, premio Nobel de Fisiología y Medicina 2001.

El investigador, quien estuvo de visita en México con motivo del primer aniversario del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), es también líder del proyecto que a escala internacional se realizará en esta rama con la participación de los países de la Cuenca del Pacífico.

Formación de científicos en el país

La propuesta es algo similar a lo que se hizo en los primeros años de investigación sobre el genoma humano, y México está incluido, comentó Gerardo Jiménez Sánchez, director del Inmegen. Para ello, se realizan ya algunos preparativos, como la formación del equipo de expertos de varios de los institutos nacionales de salud e instituciones académicas como la Universidad Autónoma de Morelos.

Los grupos de investigadores deberán acreditar que cuentan con el equipo necesario para analizar proteínas, de bioinformática, acceso a pacientes, identificación de proteínas por anticuerpos. También deberán tener un método de modelos animales con el tipo de cáncer que se estudiará, así como la infraestructura para la identificación de proteínas en baja concentración.

Ninguna institución por sí sola podría disponer de estas herramientas, de ahí la importancia de la colaboración interinstitucional, apuntó Jiménez.

Respecto a la identificación de proteínas de baja concentración, comentó que es importante porque las proteínas generadoras de cáncer son difíciles de localizar, y sin embargo detectar su presencia en forma temprana resulta fundamental para lograr la cura del mal.

El doctor Hartwell, también director del Instituto de Investigación sobre Cáncer Fred Hutchinson, de Seattle, Estados Unidos, comentó que las actividades de investigación se concentrarán en la búsqueda de entre 10 y 20 proteínas por cada tumor.

Recordó que hace 50 años, la mitad de las personas a las que se les diagnosticaba cáncer moría en los siguientes cinco años. En la actualidad ese porcentaje se ha reducido a 40 por ciento, pero podría disminuir todavía más si se lograra una detección temprana, antes de que siquiera se pueda diagnosticar clínicamente, mediante un análisis sanguíneo.

El conocimiento generado a partir de este trabajo, indicó el experto, podría utilizarse también para otras enfermedades.

Dijo que el Instituto del Cáncer de Estados Unidos aportó 104 millones de dólares al proyecto de proteómica. Con esos recursos se adquirirá tecnología informática, útil para la comunicación con los grupos de investigación de los otros países.

Cumbre de investigadores

La próxima semana se llevará a cabo la primera reunión de los investigadores de países de la Cuenca del Pacífico que están dentro del proyecto lidereado por Hartwell, en la cual cada uno informará sobre lo que puede aportar al trabajo colectivo. En una sesión posterior, tal vez se pueda definir el tipo de tumor que cada país investigará.

En el caso de México, los investigadores analizan la posibilidad de concentrarse en el cáncer gástrico o el cérvico uterino, ambos con alta frecuencia entre la población, comentó Jiménez Sánchez.

Para ello se requiere que el Inmegen disponga de al menos 11 millones de pesos que se destinarán a la unidad de Proteómica ya creada. Resaltó la velocidad a la que ha avanzado esta rama de la ciencia, porque hace un año se pensaba que el Inmegen podría empezar a trabajar en ella hasta su cuarto o quinto año de vida.

 
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