Desde 1999 quedaron afectados por una depresión tropical: alcalde de Xochiapulco

En municipio poblano la tragedia pudo haberse evitado; no repararon puentes

El secretario de Salud, Julio Frenk, y el gobernador Mario Marín recorren zonas afectadas

LA JORNADA DE ORIENTE

Xochiapulco, Pue., 8 de octubre. El paso del ciclón Stan por este municipio poblano, además de ocasionar daños materiales, afectó para siempre la vida de Felipe García Brígido. El desgajamiento de un cerro, a consecuencia de las lluvias que se presentaron la madrugada del jueves, provocó la muerte de su hijo Damián García Posadas, de apenas un año y ocho meses de edad, así como de su madre, Francisca Brígido Reyes, y de su primo, Modesto Reyes Rafael.

Sin asimilar todavía la magnitud de la tragedia, Felipe agradece a Dios que su esposa y otras dos hijas menores de edad hayan sobrevivido, a pesar de que el alud las arrastró a varios metros de su vivienda, que estaba en la colonia Cuautejcomaco, población de La Manzanilla.

Hasta esta comunidad indígena de lengua náhuatl, enclavada en la sierra Norte de Puebla, donde prevalecen la pobreza y la marginación, llegaron este día el secretario de Salud federal, Julio Frenk Mora, y el gobernador de Puebla, Mario Marín Torres, con el propósito de inspeccionar y hacer una evaluación de las afectaciones que dejó el meteoro.

En la explanada de la escuela primaria Fernando María Ortega, ambos funcionarios dialogaron con Felipe García y un centenar de personas, quienes solicitaron ayuda para reparar sus viviendas y reabrir los caminos vecinales, que fueron bloqueados por los deslaves de los cerros; asimismo, pidieron alimento para sus hijos.

Con raspones en la cara, al igual que sus hijas Nancy, de apenas cuatro años, y Marisol, de 6, Felipe relata una y otra vez, ante la insistencia de los reporteros, esa noche amarga que ha dado un giro a su vida.

"Eran como las 11 de la noche del miércoles. Estábamos acostados y escuchamos cómo tronó la tierra. En ese momento ocurrió el deslave. Mi cuarto era de tablitas, por eso nos arrastró el lodo. Si hubiéramos tenido nuestra casa de concreto, no nos hubiera sacado el lodo. Tal vez habríamos quedado ahí muertos", expresó.

"Luego -continuó- busqué a mis niñas y las encontré metros adelante. Estaban enlodadas. A mi hijito lo hallé muerto, pero a mi mamá y a mi primo ya no los pude localizar."

Al otro día su esposa fue trasladada al Hospital General de Zacapoaxtla, donde permanece bajo observación, debido a que presenta una lesión en la rodilla.

"Pido al gobernador que no se olvide de nosotros", comentó Felipe, quien aparte de perder a parte de su familia también se quedó sin casa y sin milpa. "Nos dijeron que nos van a reubicar y espero que nos cumplan", señaló.

La ayuda para los damnificados también fue solicitada por el presidente municipal de Xochiapulco, Mariano Ortuño, quien recriminó que desde la contingencia de 1999, cuando la depresión tropical número 11 afectó la sierra Norte de Puebla, autoridades estatales y federales no repararon los puentes que comunican a las juntas auxiliares de dicho municipio, por lo que en esta ocasión, ante el aumento del caudal de los ríos y los deslaves de los cerros, volvieron a quedar aisladas.

Uno de esos ejemplos es San José Cuauchimalpa, donde el camino que va hacia Xochiapulco prácticamente desapareció, por lo que ahora los habitantes tienen que caminar hasta tres horas para llegar a la cabecera municipal.

Un grupo de pobladores, encabezados por Rogelio Velásquez y Fernando Vázquez, entregaron un escrito a Marín Torres, en el que solicitan la rehabilitación de la carretera y la reparación de una treintena de viviendas. También denunciaron que el DIF está "seleccionando" a las personas para entregar despensas.