Usted está aquí: domingo 9 de octubre de 2005 Opinión LA VIDA (BREVE) EN SAN LAZARO

LA VIDA (BREVE) EN SAN LAZARO

José Agustín Ortiz Pinchetti

Celebrar el IFE

SE HAN CUMPLIDO 15 años de la fundación del Instituto Federal Electoral (IFE). La institución es una pieza maestra en la modernización democrática de México. Por lo menos hasta 2003, el organismo ha tenido una enorme credibilidad ciudadana e incluso atrajo la atención internacional.

LA CELEBRACION COINCIDE con las renuncias de su secretaria ejecutiva y del presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Según los analistas, estas dimisiones están expresando una crisis en el aparato electoral en un mal momento: cuando se inicia el ciclo electoral de 2006, en el que se va a requerir toda la solidez del sistema.

ANTES DE CELEBRAR tendríamos que pensar a cuál IFE se refiere el festejo. Hay que recordar que entre octubre de 1990 y abril de 1994 fue un apéndice del gobierno: producto de una reforma en falso promovida por Carlos Salinas y avalada por el PAN garantizaba el poder del presidente para decidir quién podía y quién no podía ser su sucesor.

EL IFE DE 1994 fue muy distinto. Es producto del impacto del levantamiento de los Altos de Chiapas. El consejo del IFE se reorganiza con mayoría de consejeros ciudadanos. El presidente, Jorge Carpizo, es un jurista sin partido que junto con los consejeros ciudadanos trabaja bajo una presión angustiosa para evitar que las elecciones de agosto de 1994 terminen en un "choque de trenes". Carpizo logra disminuir la feria de las desconfianzas y las elecciones terminan bien. Ernesto Zedillo es presidente electo sin las sombras de fraude de la elección de 1988. Los consejeros y el mismo Zedillo reconocen que las elecciones fueron inequitativas y por lo tanto injustas.

¿LAS REFORMAS POLITICAS serán siempre producto de una crisis? El desplome de la economía mexicana entre 1995 y 1996 abre las puertas de la democracia. Hay una reforma profunda en el sistema electoral y se crea un nuevo organismo compuesto por consejeros electorales. Servidores públicos de alto rango electos por consenso de todos los partidos importantes. Es el IFE de Woldenberg; realiza tres elecciones, en 1997, 2000 y 2003. En todas, el gobierno en turno es el perdedor. En la de 2000 pierde la Presidencia, en la de 1997 y en 2003 el control del Poder Legislativo. No hubo impugnaciones o denuncias graves y el IFE pareció consolidarse.

EL IFE ACTUAL TIENE un origen distinto. En 1994 y en 1996 los secretarios de Gobernación, Carpizo y Emilio Chuayffet, lograron que los partidos llegaran a consensos. En 2003 el secretario de Gobernación Santiago Creel (antiguo consejero ciudadano) dejó correr las cosas y permitió que el PRI y el PAN aprovecharan intransigencias para imponer un consejo con miembros afines. La legitimidad del nuevo IFE disminuyó.

EL PROBLEMA DE LAS elecciones mexicanas sigue siendo su inequidad. Los consejeros ciudadanos del IFE la denunciaron en 1994 y sigue tan campante. El peso abrumador del dinero puede inclinar la balanza. Los partidos perdieron la oportunidad de hacer una reforma que redujera el costo y el tiempo de las campañas presidenciales. El dispendio del que estamos siendo observadores y víctimas lleva al desprestigio, no sólo a los partidos, sino al IFE, que parece incapaz de inventar fórmulas para controlarlo.

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