Luis Granovsky

Logró lo que parecía utopía: que el agua de Iztapalapa deje de ser color marrón, que apeste y esté tan contaminada que cause enfermedades. No lo hizo un brujo, sino un ingeniero mexicano que usa la plata como terminator para eliminar las bacterias, hongos, virus y algas del agua.

"¡Ya no apesta!", expresó asombrado un vecino de los 280 departamentos de la unidad habitacional Residencial España, en Iztapalapa, cuando hace tres meses fue inaugurado el sistema de purificación, relató a La Jornada en la Economía el ingeniero Federico Rodríguez, director de Aqua Bio Technologies, fabricante de productos Silver Life.

Todo empezó hace cinco años, cuando junto con su esposa y su suegro creó esta empresa familiar que desarrolló la tecnología aplicada por la estadunidense Agencia Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) en las naves espaciales para purificar el agua. Tras un lustro, en un proceso que incluyó luchar con interminables trámites, cuenta entre sus clientes a escuelas ­el Colegio Francés y la Universidad Latinoamericana­, edificios, casas, hoteles, hospitales ­como el Montes de Oca, en el Distrito Federal­, restaurantes. Las empresas Santa Clara y Jumex lo utilizan y el Grupo Desc lo aplica en los desarrollos inmobiliarios en Santa Fe. Los usuarios pueden estar seguros del agua que consumen y que, como en otros países, pueda tomarse directamente de la llave sin tratamientos químicos.

El sistema consiste en una original mezcla de magnetismo para la eliminación de incrustaciones calcáreas y minerales; filtración para erradicar los sólidos suspendidos, e ionización para eliminar partículas patógenas. Mediante electrólisis, el átomo de la plata pierde uno de sus electrones y queda con un protón de más, el cual le da carga eléctrica positiva y hace que se comporte como un elemento cuántico. Todas las bacterias, virus y demás componentes tienen por naturaleza carga eléctrica negativa por lo que atraen a ese nuevo elemento cuántico, son eliminadas al contacto y se transforman en materia orgánica sin peligro para el ser humano, sin que se produzcan olores o se enturbie el agua.

Las concentraciones de iones de plata en el agua para que sea potable son mínimas, 10 partes por billón (ppb). Por ejemplo, una escuela utiliza al mes menos plata que la necesaria para desinfectar una ensalada con nitrato de plata. La enorme diferencia con el cloro es que éste potabiliza el agua, pero no acaba con los hongos y bacterias acumulados en tuberías.

El sistema de magnetismo es aun más sencillo. El agua en México tiene bacterias, que se denominan genéricamente coniformes, aunque hay muchas otras producidas por las heces fecales de animales o personas. La magnetización de las tuberías permite que todas las moléculas se alineen, cambie la composición atómica de los componentes y se puedan eliminar las bacterias y evitar la creación del sarro, cuya base calcárea es el principal depositario de todo tipo de virus.

La sencillez del procedimiento explica que su precio sea accesible. Para una casa habitada por cuatro o cinco personas cuesta 8 mil pesos y para un edificio de 10 departamentos se puede calcular en 25 mil; las celdas deben ser renovadas en periodos de 12 o 14 meses. El gasto en plata depende del tamaño del lugar: en una casa se utilizan 100 gramos que alcanzan para un año y medio pero para 500 viviendas pueden ser entre tres y cuatro kilos.

Rodríguez acaba de instalar el equipo en un hotel en Playa del Carmen, que para sus 30 villas costó 300 mil pesos, aunque ese precio incluye el proceso para otro de los intereses técnicos de este empresario, que es el tratamiento y la purificación de las aguas negras. El remplazo de las celdas del sistema, al cabo de un año, demora para un departamento 20 minutos y cuesta mil pesos. La onza de plata (33 gramos) cuesta hoy unos 120 pesos.

"Es el único procedimiento que garantiza que las aguas que van al mar estén limpias y no contaminen, como ocurre ahora en casi todas nuestras playas. Los demás métodos dejan tal vez de un total de 2 millones de unidades formadoras de colonias alrededor de 15 mil; es un avance importante, pero no se tiene en cuenta que se reproducen sistemáticamente y en cuestión de días podemos tener cientos de miles", explica Rodríguez, al asegurar que cada año ha duplicado su volumen de ventas.

En Acapulco, con las más contaminadas playas del país, Aqua Bio Technologies instaló el sistema de purificación para aguas negras en el Canadian Resort. Así, "de lo que desechan sus 100 suites no hay ni una gota contaminada que llegue al mar". Lo mismo hizo en Punta Mita, desarrollo turístico de Nayarit, y abarcó no sólo las villas y habitaciones, sino que toda el agua desechada, aun la de los campos de golf, es pura.

Rodríguez relata una anécdota. En el municipio mexiquense de Huixquilucan "desinfectamos el agua de 18 escuelas y días después descubrimos que habíamos potabilizado todo un pueblo (Huiloteapan) de la sierra, ya que los iones se repelen entre sí y tienden a extenderse".

El entusiasmo con que habla de la innovación que aplicó es tan desbordante como su trabajo. La empresa sigue siendo familiar y utiliza la subcontratación, todo el equipo se ensambla en México, no cuenta con ningún inversionista extranjero, nunca ha recurrido a bancos para un préstamo y tiene apenas tres vendedores y dos demostradores, ya que la mejor publicidad la logra con las demostraciones, como hizo recientemente con los hoteleros de Cancún, así como lo que se comenta a partir de los usuarios. La directiva del Colegio Francés quedó tan contenta que lo recomendó a padres de familia, muchos de los cuales instalaron el equipo y de ahí surgieron otros contactos por medio de las recomendaciones. Ha abierto una página en Internet (www.silverlife.com.mx) y presume que desde este año se ha anunciado en la Sección Amarilla. §