Usted está aquí: martes 11 de octubre de 2005 Sociedad y Justicia Funcionario foxista pretende leerles la cartilla a rectores

Basta que alguno sea miope o corrupto para "darle en la madre a la institución", les dice

Funcionario foxista pretende leerles la cartilla a rectores

La actual cobertura de 23% de la educación superior es "muchísimo", según el director del INEE

Sus críticas crearon amplio consenso en su contra, entre titulares de universidades

KARINA AVILES ENVIADA

Ampliar la imagen El director general del INEE, Felipe Mart�z Rizo, asegur�te rectores de universidades p�as que "la proporci�e j�es en carreras cortas en el pa�es baj�ma" FOTO La Jornada Foto: La Jornada

Pachuca, Hgo. El director general del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Felipe Martínez Rizo -para quien tener una cobertura de 23 por ciento en enseñanza superior es "muchísimo, pues no todos los alumnos deben tener licenciatura porque también se requiere de una alta proporción de carreras cortas"- acusó a los rectores de actuar con discrecionalidad, pues "basta que alguno haya sido miope, débil o corrupto para que le haya podido dar en la madre a una institución, firmando un contrato colectivo absurdo, lleno de complicaciones, pero que como es legal ya no se puede modificar".

El funcionario del gobierno federal logró, con estas declaraciones, un amplio consenso en su contra de los rectores de universidades públicas estatales. Incluso el rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), Nelson Valle López, le contestó a Martínez Rizo que "seguramente cuando fue rector" de la Universidad Autónoma de Aguascalientes "quizá existían esas prácticas"; sobre la cobertura, recordó al funcionario que para "nosotros es insultante que en su estado ni siquiera 13 por ciento de estudiantes en edad de ir a la universidad pueden hacerlo por falta de oportunidades".

En el contexto de las terceras jornadas de los foros temáticos sobre la educación superior, organizados por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), que se realizan en esta capital hidalguense, los rectores rechazaron actuar con supuesta discrecionalidad; cuestionaron que un funcionario considere como "muchísimo" que apenas 23 por ciento de los alumnos en edad de ir a la universidad tengan acceso a ella -se calcula que están fuera del sistema cerca de 8 millones- y manifestaron su desacuerdo con la visión de Martínez Rizo sobre el tipo de alumnos que se deben formar.

Durante su participación en el foro, el director general del INEE señaló que 23 por ciento de cobertura en la enseñanza superior "es muchísimo". Incluso, afirmó que cuando un país tiene más de 15 por ciento de cobertura hay que "hablar de una educación superior masificada", y cuando es arriba de 50 por ciento se trata de una "educación universal".

También afirmó que en los años 70 se "infló" la matrícula en ese grado de escolaridad porque esa era la manera de conseguir "más recursos". Y según él, lo que hoy se reporta es lo "real".

Por otra parte, consideró que nuestro sistema tiene distorsiones muy fuertes porque la proporción de jóvenes en carreras cortas es "bajísima", y los sistemas más desarrollados tienen un alto porcentaje de alumnos en esas carreras, porque "así se requiere en la actualidad".

Casi al término de su intervención también se mostró en contra de las facultades que tiene "un rector para firmar lo que sea, aunque lo que haya firmado sea una barbaridad; entonces, los contratos colectivos de las universidades tienen muchísimas barbaridades". Consideró que para que un dirigente de una universidad no cometa esas "barbaridades" debe tener tres cualidades: visión adecuada, suficiente energía para resistir presiones y ser honesto, porque también podría "estar coludido".

Señaló que en años pasados han pasado 300 o 400 rectores, y pensar que todos ellos tengan las cualidades antes citadas "es mucho pedir". Y añadió: "no creo que la autonomía deba incluir que el rector tenga la posibilidad de hacer lo que se le dé la gana y de que lo que firme no haya manera de que se modifique".

Las respuestas en cascada no se dejaron esperar. En entrevistas posteriores, el rector de la UAG, Nelson Valle López, rechazó que en la década de los 70 se haya inflado la matrícula. "¿Ya se le olvidó (a Martínez Rizo) el genocidio de 1968 y de 1971? ¡A nosotros no!".

Además le recordó que el incremento de la matrícula que hubo en aquellos años fue la respuesta del gobierno para tratar de lavar sus culpas.

También señaló que los rectores no actúan con discrecionalidad, porque las universidades públicas son auditadas por la Auditoría Superior de la Federación, entregan la cuenta pública cuatrimestral a las auditorías superiores de los estados y los recursos federales extraordinarios están etiquetados. Por otro lado, enfatizó que los recursos de las instituciones de educación superior públicas estatales son cada vez menores.

Añadió que para Martínez Rizo quizá ya hubo "excesos" en países como Estados Unidos, España, Inglaterra y Canadá, donde la cobertura en educación superior es mayor a la nuestra. Respecto a si es necesario incrementar el número de estudiantes en carreras técnicas, dijo que al menos en su estado las universidades tecnológicas son "verdaderos elefantes blancos" porque nadie quiere ir a ellas, en razón de que cuando egresan es más complicado conseguir empleo.

Por su parte, el rector de la Universidad Autónoma del Estado de México, José Martínez Vilchis, señaló que la discrecionalidad de los rectores no es amplia, porque los marcos regulatorios son cada vez más precisos en los límites. De hecho, añadió que el problema de la educación no está ahí, sino en la política económica.

Agregó que tampoco coincide con la visión de que "debiéramos acercarnos más a generar egresados únicamente útiles al sector productivo", si bien es cierto que se necesitan técnicos, también se requieren egresados que generen un pensamiento crítico en un país que enfrenta graves problemas sociales.

Por su parte, el rector de la Universidad Autónoma de Hidalgo, Luis Gil Borja, dijo que los contratos colectivos de trabajo ya no se hacen como hace muchos años, es decir, al "libre albedrío", y añadió que en las instituciones de educación superior pública se privilegia la responsabilidad.

 
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