Novísimos poetas
argentinos
Crin
(fragmentos)
Gabriela Bejerman
esto es una ópera
los que viven no pueden dejar de cantar
les arde la garganta
pero nadie los pesca de ahí
ni los trae a lo seco sin canto
yo quiero escuchar
sin responsabilidad
canten, vivan, no pueden descansar ni
morir
vayan ahora al agudo
no osen detenerse
permanezcan en el la
¿por qué ordeno sufrir?
en el intervalo tomo café
nadie me mira
yo los veo no mirarme
ser ellos mismos
los cantantes fatigados tratan de exterminarse
pero los toca el acto siguiente
tragedia
los edificios del mundo están aburridos
de ver microcélulas de frío
terror indiferente
tendrían que irse todos a las casas
y ser personajes buenos
el mundo es un monoblock
navegando en internet sin rumbo
¿por qué yo los miro?
ahí estoy yo, tan chiquita, no
me veo
mis dramas parecen dibujos animados
para adultos sofocados por la carencia
del todo
mi ansia es un manchón olvidado
en la pantalla
mi modernidad, oh, mi modernidad
comienza a desplazar lo real hacia el
fondo del escenario
[...]
las máscaras eran lindas
pero las atropelló un viento
igual nadie mira lo que hay
mis amigos tienen algo que se llama ojos
ahí me veo
qué delicia es el amor
me acarician sin que lo pida
me devuelven mi piel
mis órganos sensibles
mi mente imaginaria
no cantemos, por favor,
quiero recordar este silencio para siempre
donde el amor ocurre
como una enorme necesidad del mundo olvidado
sentido del tacto
aparece una sola palabra
intermitente y diluida en la leche rosada
del tiempo neutro
es una brisa del universo
colada entre las manos
la nada robótica se esfuma ya
y quedan quietas las palmas nutrientes
entregando exquisitez
De El cuadernillo lapislázuli
de Stella Maris
Romina Freschi
Arte Poética
Receta para un apetitoso ‘Petit Poème’
a la Perfección.
1. Lleve su lenguaje (o al menos, un buen
pedacillo) hasta un punto de máxima formalidad y cortesía,
señora.
2. Tome un mortero o, en su defecto, un
picahielos (si es posible con mango de incrustaciones en rubí y/o
esmeraldas y topacios) y con él estrelle, de manera irregular, su
lenguaje hasta que parezca un glaciar refractario o la corona antigua de
algún emperifollado rey.
Stella Maris en colaboración
con Rita O‘Neall
Las delgadas cabecillas hormiguetean morochamente
empeinetadas hasta el qüero cabeiudo,
veiudo de la cabeza, hasta el cuello de aceites imitación primoroso,
imitación pionero o primaveral.
De dientes y encías sangrantes se
hacen la sonrisa, de ojo perdido de vaca y de alegrina, un sulfuro agrelado
y sobrio, sobretodamente sobrio en la piel borravino, forravida, no borra
no tapa no, el taparrabo de hierro forjado de estampitas, estampidas, sagradasmaternasvirginales
sobre la verga.
Oh la medalla egebeina, vacuna y remedios
de escalada de San Martín. El remedio memé que tomaba el
general, hito para escalar la montaña, sí, sí, San
Martín cruzó los Andes, en un caballo blanco, no negro, blanco
de dientes sin sangre, de pieles sin vino, de cuerpos sin rabo, vien bestidos...
Ya regresan ya y estallan, revientan la
noche en un pesebre negro y ferroviario bien cerca de la lejanía
y del sonido electrónico, caliente, de la lambada.
Varicela
Florencia Fragasso
Mis sobrinas están con
Varicela
quejosas, insaciables: una
toda brotada, otra
con puntos esporádicos
apenas
me toco
los dos agujeritos
huellas de mi propia varicela
en la frente
la yema del dedo las camina
de memoria
¿les quedarán marcas a ellas?
mi tacto las reconoce como rasgos
distintivos, como esa gota sellada en
el parquet
a pocos centímetros del zócalo
aureolas ligeramente hundidas
templos mínimos
"no te rasques" aún se escucha
se ve que no hice caso
mis sobrinas, allá lejos,
¿harán caso?
¿cómo se dirá
varicela o
paperas
en su lengua?
mi hermana y yo tuvimos
Varicela durante Malvinas
mirábamos
la elección de Miss Universo
desde la cama
en una tele blanco y negro
prestada
The temple is the temple
4
No vendrá a mi silla
un poema con rima
ni un ancestro a confundirme
a indicarme el pulso
de las letras obesas
que a sí misma se eligen
como mamíferos cansados
Habrá otra vez escala
en Oslo, en Normandía
y posaré el abrigo achicharrado
Vendrá algún animal a olerle
las axilas
seguramente un oso o
venado
y entonces otra vez
padeceré
la rugosidad de su lengua
el brillo engualichado de sus ojos
De Sueños de siesta
Luciano Lamberti
Reglas:
número uno: el estado controla el
crecimiento, la reproducción y el
deceso de las especies.
número dos: todo sistema es causal,
diacrónico, histórico.
número tres: no existe la percepción
biológica del mundo.
número cuatro: el tiempo y el espacio
son ordenados, desde oficinas
vidriadas, para su correcta
y legal percepción.
número tres: el sistema presenta
fisuras.
número cuatro: sueños de
siesta, se llaman esas fisuras.
77/b.0 61/
Mi hermano quiso adornar al perro poniéndole
una bandita elástica alrededor del cogote. Era un pekinés,
cachorro, que corría por el pasillo al oírnos llegar del
colegio. Una tarde empezó a patalear, en un rincón de la
cocina.
Lo oímos morir. Después
el veterinario nos señaló, abriendo el pelaje con los dedos,
la bandita elástica encarnada. Mamá lloró, y con mi
hermano lo enterramos en el patio y pusimos un cartel. Se llamaba Perdurable.
Esto último, naturalmente,
es un chiste.
dos de octubre de dos mil
cuatro
Mónica Rosemblum
no hay tal
murga, y aunque hubiérala
no estaría en
Varsovia, y eso todos
los polacos lo saben
Néstor Perlongher.
Austria-Hungría, 1980
Publicar la basura es un trabajo
requiere dedicación
y cómo vas a decir que no sabías
si otros ya dejan instrucciones, sugerencias
tu basura se publicó
se socializó
ahora es pública tu basura
tiene público
antes era privada
y no tenías que estar en el cine
viendo el eterno resplandor de una mente
sin recuerdos
de una mente sin recuerdos
intentando comprender qué pasa
en la mente
de él
y a la vez
pensando
que deberías haber
PUAJ pero deberías haber
envuelto el tampón en un diario
porque tu basura está socializada
y vos ya lo sabés
y mientras te ibas al cine en tu auto
viste cómo él venía
a revolver
y no le dijiste, no te animaste
y ahora menos
porque estás lejos
porque ahora toca entender por qué
el
protagonista no recuerda
no te animaste a decirle
ésta no lo abras, PUAJ
está el tampón.
Goma de mascar
Adriana Kogan
Fuera de todo
fuera de sí
del eje partió hacia la blanca
nevada
Desde la ventana me veo
el murmullo, la muchedumbre
cargada la boca
rebalsa.
Redoblan mis oídos hacia fuera
desdoblada
plana
casi una muerte al revés
pequeña muerte
oh, canto.
Lo que escucho afuera dispara
sobre mí como chicle rosado
un chicle aplastado
abierto
desenrrollado
Estaba yo
plana
abierta
un chicle en el asfalto
adelante
bienvenida al mundo.
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