La Jornada Semanal,   domingo 16 de octubre de 2005        núm. 554
 

Novísimos poetas 
argentinos

Crin
(fragmentos)
Gabriela Bejerman

esto es una ópera
los que viven no pueden dejar de cantar
les arde la garganta
pero nadie los pesca de ahí
ni los trae a lo seco sin canto

yo quiero escuchar
sin responsabilidad
canten, vivan, no pueden descansar ni morir
vayan ahora al agudo
no osen detenerse
permanezcan en el la

¿por qué ordeno sufrir?

en el intervalo tomo café
nadie me mira
yo los veo no mirarme
ser ellos mismos
los cantantes fatigados tratan de exterminarse
pero los toca el acto siguiente

tragedia
los edificios del mundo están aburridos
de ver microcélulas de frío terror indiferente
tendrían que irse todos a las casas
y ser personajes buenos
el mundo es un monoblock
navegando en internet sin rumbo

¿por qué yo los miro?
ahí estoy yo, tan chiquita, no me veo
mis dramas parecen dibujos animados
para adultos sofocados por la carencia del todo
mi ansia es un manchón olvidado en la pantalla
mi modernidad, oh, mi modernidad
comienza a desplazar lo real hacia el fondo del escenario

[...]

las máscaras eran lindas
pero las atropelló un viento
igual nadie mira lo que hay
mis amigos tienen algo que se llama ojos
ahí me veo
qué delicia es el amor
me acarician sin que lo pida
me devuelven mi piel
mis órganos sensibles
mi mente imaginaria
no cantemos, por favor,
quiero recordar este silencio para siempre
donde el amor ocurre
como una enorme necesidad del mundo olvidado
sentido del tacto

aparece una sola palabra
intermitente y diluida en la leche rosada del tiempo neutro
es una brisa del universo
colada entre las manos
la nada robótica se esfuma ya
y quedan quietas las palmas nutrientes
entregando exquisitez


De El cuadernillo lapislázuli 
de Stella Maris
Romina Freschi

Arte Poética

Receta para un apetitoso ‘Petit Poème’ a la Perfección.

1. Lleve su lenguaje (o al menos, un buen pedacillo) hasta un punto de máxima formalidad y cortesía, señora.

2. Tome un mortero o, en su defecto, un picahielos (si es posible con mango de incrustaciones en rubí y/o esmeraldas y topacios) y con él estrelle, de manera irregular, su lenguaje hasta que parezca un glaciar refractario o la corona antigua de algún emperifollado rey.

 
Stella Maris en colaboración 
con Rita O‘Neall

Las delgadas cabecillas hormiguetean morochamente

empeinetadas hasta el qüero cabeiudo, veiudo de la cabeza, hasta el cuello de aceites imitación primoroso, imitación pionero o primaveral.

De dientes y encías sangrantes se hacen la sonrisa, de ojo perdido de vaca y de alegrina, un sulfuro agrelado y sobrio, sobretodamente sobrio en la piel borravino, forravida, no borra no tapa no, el taparrabo de hierro forjado de estampitas, estampidas, sagradasmaternasvirginales sobre la verga. 

Oh la medalla egebeina, vacuna y remedios de escalada de San Martín. El remedio memé que tomaba el general, hito para escalar la montaña, sí, sí, San Martín cruzó los Andes, en un caballo blanco, no negro, blanco de dientes sin sangre, de pieles sin vino, de cuerpos sin rabo, vien bestidos...

Ya regresan ya y estallan, revientan la noche en un pesebre negro y ferroviario bien cerca de la lejanía y del sonido electrónico, caliente, de la lambada. 

Varicela
Florencia Fragasso

Mis sobrinas están con 
Varicela

quejosas, insaciables: una
toda brotada, otra
con puntos esporádicos
apenas

me toco
los dos agujeritos
huellas de mi propia varicela
en la frente
la yema del dedo las camina
de memoria

¿les quedarán marcas a ellas?

mi tacto las reconoce como rasgos
distintivos, como esa gota sellada en el parquet
a pocos centímetros del zócalo

aureolas ligeramente hundidas
templos mínimos

"no te rasques" aún se escucha
se ve que no hice caso
mis sobrinas, allá lejos,
¿harán caso?
¿cómo se dirá
varicela o
paperas
en su lengua?

mi hermana y yo tuvimos
Varicela durante Malvinas
mirábamos
la elección de Miss Universo
desde la cama
en una tele blanco y negro

prestada

The temple is the temple
No vendrá a mi silla
un poema con rima
ni un ancestro a confundirme

a indicarme el pulso
de las letras obesas
que a sí misma se eligen
como mamíferos cansados

Habrá otra vez escala
en Oslo, en Normandía
y posaré el abrigo achicharrado

Vendrá algún animal a olerle las axilas
seguramente un oso o 
venado

y entonces otra vez
padeceré
la rugosidad de su lengua
el brillo engualichado de sus ojos

De Sueños de siesta
Luciano Lamberti

Reglas:

número uno: el estado controla el crecimiento, la reproducción y el
    deceso de las especies.
número dos: todo sistema es causal, diacrónico, histórico.
número tres: no existe la percepción biológica del mundo.
número cuatro: el tiempo y el espacio son ordenados, desde oficinas
   vidriadas, para su correcta y legal percepción.
número tres: el sistema presenta fisuras.
número cuatro: sueños de siesta, se llaman esas fisuras.

77/b.0 61/

Mi hermano quiso adornar al perro poniéndole una bandita elástica alrededor del cogote. Era un pekinés, cachorro, que corría por el pasillo al oírnos llegar del colegio. Una tarde empezó a patalear, en un rincón de la cocina.

   Lo oímos morir. Después el veterinario nos señaló, abriendo el pelaje con los dedos, la bandita elástica encarnada. Mamá lloró, y con mi hermano lo enterramos en el patio y pusimos un cartel. Se llamaba Perdurable.

   Esto último, naturalmente, es un chiste.
 
 

dos de octubre de dos mil cuatro
Mónica Rosemblum

no hay tal murga, y aunque hubiérala
no estaría en Varsovia, y eso todos 
los polacos lo saben
Néstor Perlongher. Austria-Hungría, 1980
Publicar la basura es un trabajo
requiere dedicación
y cómo vas a decir que no sabías
si otros ya dejan instrucciones, sugerencias

tu basura se publicó
se socializó
ahora es pública tu basura
tiene público
antes era privada
y no tenías que estar en el cine
viendo el eterno resplandor de una mente sin recuerdos
de una mente sin recuerdos
intentando comprender qué pasa en la mente
de él
y a la vez
pensando
que deberías haber
PUAJ pero deberías haber
envuelto el tampón en un diario
porque tu basura está socializada
y vos ya lo sabés
y mientras te ibas al cine en tu auto
viste cómo él venía a revolver
y no le dijiste, no te animaste
y ahora menos
porque estás lejos
porque ahora toca entender por qué el 
protagonista no recuerda
no te animaste a decirle
ésta no lo abras, PUAJ
está el tampón.



Goma de mascar
Adriana Kogan

Fuera de todo
fuera de sí
del eje partió hacia la blanca nevada

Desde la ventana me veo
el murmullo, la muchedumbre
cargada la boca
rebalsa.

Redoblan mis oídos hacia fuera
desdoblada
plana
casi una muerte al revés
pequeña muerte
oh, canto.

Lo que escucho afuera dispara
sobre mí como chicle rosado
un chicle aplastado
abierto
desenrrollado

Estaba yo
plana
abierta
un chicle en el asfalto
adelante
bienvenida al mundo.