Merma el saldo de la balanza comercial de la paraestatal, que terminó en 14 mil mdd

Gasto histórico en importación de gasolina por insuficiente refinación

En nueve meses se desembolsaron 6 mil 357.2 mdd, principalmente para comprar petrolíferos

El volumen de septiembre equivale a lo que se importó durante todo 2000

VICTOR CARDOSO

Durante septiembre pasado Petróleos Mexicanos (Pemex) gastó mil 117.1 millones de dólares en la importación de petrolíferos, principalmente gasolinas, lo que representó el mayor gasto histórico de la paraestatal para un solo mes, revela el último informe de Estadísticas Operativas de la empresa.

Si bien los altos precios internacionales del petróleo alcanzados entre enero y septiembre permitieron a Pemex la captación de 20 mil 444.4 millones de dólares por la exportación de crudo, eso significó también un mayor gasto, el más alto en la historia del país, de 6 mil 357.2 millones de dólares por la compra de productos petrolíferos en el extranjero.

De esa forma, el saldo favorable de la balanza comercial de Pemex quedó, en términos reales, en 14 mil 87.2 millones de dólares. Esto, porque al tiempo que los precios internacionales del crudo se ubicaron a niveles máximos de los últimos 30 años, con un promedio de 51.62 dólares por barril para la mezcla mexicana, las cotizaciones de los productos refinados también se elevaron, principalmente por la paralización de los trabajos de extracción en el Golfo de México, afectado por los huracanes Dennis, Katrina y Rita, principalmente.

El déficit de productos petrolíferos, en particular gasolinas, es un verdadero dolor de cabeza para Pemex, ya que sólo en septiembre pasado las importaciones representaron el 43 por ciento de los 2 mil 597 millones de dólares obtenidos por la exportación de petróleo crudo, según los indicadores de la paraestatal.

Pero además el volumen promedio diario de 383 mil 300 barriles de petrolíferos que se importaron en el mes de referencia contrasta significativamente contra los 363 mil 200 barriles, que se adquirieron en el extranjero durante todo 2000.

¿Dónde quedó el petróleo?

El concepto de petrolíferos utilizado por Pemex incluye gasolinas, diesel, combustóleo, gas licuado y diversos productos petroquímicos. Casi dos terceras partes de las importaciones de petrolíferos, 65 por ciento, corresponden a carburantes para vehículos de combustión interna, es decir, gasolinas y diesel, y el volumen de septiembre fue el tercero más alto en la historia de la paraestatal para un solo mes.

Pero en cuanto a costo no existe referencia de un gasto similar. Por sí solo el desembolso de septiembre en la importación de petrolíferos representa 17.5 por ciento de los 6 mil 357.2 millones de dólares gastados en los ocho meses de 2005 para adquirir petrolíferos en el extranjero.

De esta forma, el costo de cubrir el déficit de petrolíferos representó para el país una merma de una tercera parte (31 por ciento) de los 20 mil 444.4 millones de dólares obtenidos por las exportaciones de crudo en el periodo.

¿Y... dónde quedó el cliente?

Por el lado de las exportaciones, paradójicamente en septiembre Pemex no sólo no logró aumentar sus ventas al exterior, sino que éstas cayeron en 11.6 por ciento respecto a febrero, cuando se enviaba al extranjero un millón 898 mil barriles al día, en promedio diario. Ese declive llegó a un millón 677 mil barriles al día durante el noveno mes del año.

Pemex argumentó que la baja en las exportaciones fue causado por el impacto de los huracanes, que llevaron al cierre de las plataformas de extracción localizadas en el Golfo de México, pero en particular en la Sonda de Campeche, de donde se extrae la mayor parte del crudo del país.

La empresa explicó que una vez superadas las emergencias causadas por los fenómenos meteorológicos y restablecidas las operaciones, se compensaría tanto la extracción como las exportaciones. De acuerdo con informes oficiales de Pemex, el mal tiempo provocado por el paso del huracán Katrina provocó que se dejaran de exportar 20 millones de barriles de crudo a Estados Unidos, tanto por las difíciles condiciones de navegación en el Golfo de México, como por el cierre de las refinerías del vecino país localizadas en los estados de Texas y Luisiana.