Usted está aquí: miércoles 26 de octubre de 2005 Sociedad y Justicia Reparten primeras toneladas de ayuda de la sociedad civil en tres poblados zapatistas

Resaltan que el apoyo se otorga por igual, sin importar cargos o jerarquías

Reparten primeras toneladas de ayuda de la sociedad civil en tres poblados zapatistas

HERMANN BELLINGHAUSEN Y GLORIA MUÑOZ ENVIADO Y ESPECIAL

Ampliar la imagen Zapatista frente a su casa destruida en Huixtla FOTO Colectivo de Solidaridad Zapatista Foto: Colectivo de Solidaridad Zapatista

Municipio Autónomo Tierra y Libertad, Chiapas, 25 de octubre. Las primeras toneladas de ayuda otorgadas por la sociedad civil a los zapatistas víctimas de la furia del huracán Stan, llegaron hoy a la sierra y a la costa cargadas en el camión autónomo Chómpiras, famoso en estos rumbos.

Decenas de vecinos de la ciudad de Huixtla, en la costa, salieron de sus casas para observar la descarga de víveres y demás artículos recogidos previamente en los centros de acopio ubicados en San Cristóbal de las Casas. Aunque es pública la presencia zapatista en la zona, nadie podía creer que les estuviera llegando apoyo coordinado por la junta de buen gobierno de La Realidad.

"Aquí no nos creían que somos meros zapatistas y hasta se burlaban de nosotros. Ahora ya vieron que sí lo somos, que estamos organizados y que la junta y la gente nos está respondiendo con su ayuda", explica María, integrante del consejo autónomo de Tierra y Libertad.

"Lo que llegó -dice- es sólo para estar de pie, pero luego vamos a empezar el trabajo de reconstrucción. Estamos acostumbrados como zapatistas a valorar todo lo que viene de la sociedad civil, así es que toda la ayuda es bien recibida y agradecida. Vamos a levantar nuestras casas con lo que nos llegue, ya sea block, tabla, lámina o lo que haya, pero de por sí nos vamos a levantar."

Consciente de que la ayuda que están recibiendo se debe a su ser rebeldes, María se conmueve y se pregunta: "¿nosotros qué estamos dando para merecer esto?" La respuesta es breve y modesta: "Damos poco, nuestra lucha, pues. Y por eso todo esto nos compromete a hacer el trabajo mejor y a ser algún día el espejo del pueblo de México. Vamos a responderle a la gente -dice- con lo poco que tengamos cuando alguien lo necesite".

El gran camión rojo de ocho toneladas procedente del caracol de La Realidad, en la selva fronteriza, recorrió primero Motozintla, en la sierra, donde se entregó parte del acopio a las familias ubicadas en las orillas de la ciudad. La siguiente parada fue el poblado Che Guevara, sepultado en su totalidad por Stan, y el recorrido finalizó en Huixtla, donde se entregaron cajas de arroz, frijol, maíz, pastas, ropa, algunos trastes y un poco de medicamento.

Las familias zapatistas de la localidad se animaron y se mantienen a la expectativa. "Es que se ve la diferencia del gobierno con nuestra autoridad autónoma. Nosotros estamos recibiendo respeto, no burlas. Estamos unidos y organizados, y nuestra gente que no fue afectada está colaborando en todo. Se está haciendo un trabajo conjunto", explica María.

Ejemplo de lo anterior es el pequeño consultorio que será instalado en los próximos días con promotoras de salud autónomas de esta ciudad, quienes tienen la comisión de atender a sus compañeros en el desastre, aprovechando los medicamentos que están llegando.

Otra diferencia con el gobierno, señalan las bases de apoyo zapatistas, "es que ni a las autoridades autónomas ni a los que tienen un cargo se les está dando más ayuda. Aquí el apoyo, aunque poco, es parejo". Asimismo, por acuerdo del pueblo de esta región, sólo recibirán ayuda para vivienda los afectados, mientras al resto se le apoyará únicamente con la comida los días que trabajen en colectivo para la reconstrucción.

Todos se dicen agradecidos y esperanzados. El horizonte, aunque difícil, no se vislumbra en solitario, aunque siga haciendo falta prácticamente todo: machetes, palas, molinos, prensas, sartenes, ollas, platos, vasos, cuchillos y, lo más importante, materiales para construcción, como láminas, block, madera, varillas y un largo etcétera.

Crece descontento de damnificados

Así como los ríos rodearon y golpearon Tuzuntán, Huixtla y Tapachula, el mar sitió Puerto Madero y las obras del ambicioso Puerto Chiapas. Alcanzó más de un kilómetro tierra adentro, tiró el puente de la autopista, se comió tramos de la costera y todas las casas y comercios sobre la playa, derribó construcciones de dos pisos y abrió canales entre las viviendas.

La herida que abrió Stan está lejos de haber cerrado. El desbordamiento del río Coatán causó extensos daños y siguió hasta salir al mar en la barra de San Simón, que a decir de los pescadores de Puerto Madero "desapareció por todo lo que el río trajo" y la acción del mar con olas "de 10 metros".

En Tapachula, a 22 kilómetros del puerto, el descontento de los damnificados crece. En el barrio Xochimilco, por ejemplo, pobre alivio trajo la muy publicitada caravana de artistas telenoveleros hace unos días. "Xochimilco tiene hambre", reza un muro en la parte que no se llevó el Coatán.

Sin importar condición política, la situación es difícil para los más pobres de estas tierras y las necesidades de todos crecen conforme pasan los días.

 
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