Usted está aquí: jueves 27 de octubre de 2005 Sociedad y Justicia Escuela Octavio Paz, refugio de los más pobres

Permanecen en el plantel 40 familias a quienes Wilma arrebató todo

Escuela Octavio Paz, refugio de los más pobres

VICTOR BALLINAS ENVIADO

Cancún, QR, 26 de octubre. La escuela primaria Octavio Paz, ubicada en el ejido Alfredo V. Bonfil, sirve de albergue a 40 familias de escasos recursos, que todo lo perdieron. Aquí, en el patio del plantel, juegan decenas de niños; son 51, que viven temporalmente en los salones de clase.

Lorenzo de la Cruz Santos es el encargado del albergue. El también es damnificado, pero lleva el control de todas las personas que se encuentran aquí. ''Al principio había 176 familias, pero ahora sólo quedan 40, ''porque los que nos quedamos ya no tenemos nada; a la mayoría se nos cayeron nuestras casitas, no pudimos sacar nada y estaremos aquí hasta que nos reubiquen o nos den la ayuda; necesitamos láminas, eso es fundamental para hacer nuestras casitas.''

En el albergue los niños duermen en colchonetas, y algunos adultos lo hacen en el piso; sólo ponen una cobija. ''Por eso hay enfermos de tos, gripe y calentura'', explica De la Cruz.

''Ya somos de aquí''

Las mujeres lavan la ropa con agua que sacan del pozo, y sus esposos se han ido a trabajar; son policías o albañiles. Los llamaron de la zona hotelera, ''y ahora que hay empleo hay que aprovechar, porque son largas las temporadas en que no hay empleo; en tiempo de lluvia casi no hay trabajo, pero ahora Wilma, con los destrozos que hizo, también logró que haya mucho trabajo''.

Dicen que no son originarias de Quintana Roo, pero ya tienen aquí entre 10 y 15 años; narran que vinieron para mejorar sus condiciones de vida y esperan que se les ayude por parte del gobierno para poder levantar de nuevo sus palapas, porque aquí han encontrado mejores oportunidades que en sus lugares de origen.

Solicitan que se les manden médicos para que revisen a los enfermos, porque ''como nos mojamos, y muchos dormimos en el piso, la enfermedad está creciendo. Además, hay agua putrefacta, mal oliente, y por ello pedimos que vengan a vacunar a todos los niños, no queremos que se nos enfermen''.

Las familias albergadas dicen que el huracán ''se quedó aquí dos días. Teníamos mucho miedo; el viernes, cuando Wilma entró, se inundaron varios salones de clase y muchas familias se mojaron; tuvieron que salirse y meterse a otros lugares. Hay tres albergues en la zona ejidal Alfredo V. Bonfil, pero aquí nos quedamos los que todo perdimos; no nos vamos a ir de Cancún, porque aquí nos estábamos levantando, sólo que vino este huracán y nos dejó sin nada''.

 
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