Usted está aquí: sábado 29 de octubre de 2005 Opinión Violaciones a la libertad de prensa

Miguel Concha

Violaciones a la libertad de prensa

México ocupó este año el penúltimo lugar entre los países de América Latina en hechos violatorios a la libertad de prensa, y el 135 entre 167 países del mundo, según el informe de la organización Reporteros Sin Fronteras denominado Clasificación mundial de la libertad de prensa 2005. Con ello desplazó a Colombia, que tradicionalmente había ocupado esa ominosa posición. Para nuestra vergüenza lo anteceden Perú, que ocupa el lugar 123, Brasil el 63, Argentina el 59, países en los que también persisten obstáculos para el ejercicio periodístico, pues los medios de comunicación tienen que enfrentar graves dificultades en el ejercicio de su trabajo, e incluso países como Guatemala (86), Honduras (77) y El Salvador (28). El pequeño Estado caribeño de Trinidad y Tobago sigue siendo el primero de toda la región.

La organización internacional, que para establecer su clasificación pide a sus 14 organizaciones colaboradoras en los cinco continentes, y a su red de 130 corresponsales en el mundo, así como a periodistas, investigadores, juristas y militantes de derechos humanos, que respondan a 50 preguntas que permiten evaluar la situación de la libertad de prensa en cada país, recoge el hecho de que en México ésta se deteriora y se encuentra gravemente comprometida en los estados del norte de la República, y que nuestros medios de comunicación hablan del "abril negro" de 2005: durante ese mes fueron asesinados dos periodistas en una semana y desapareció uno más. En Colombia, sin embargo, las instalaciones audiovisuales siguen siendo frecuentemente blanco de actos de sabotaje, y siete periodistas han tenido que abandonar desde principios del año su región o el país.

La lista de Reporteros Sin Fronteras no es nueva, pero sigue poniendo los pelos de punta, no únicamente porque hay países en los que se hostiga a periodistas y se violan los derechos humanos sino porque muestra regiones en el mundo en las que la libertad de prensa es simplemente inexistente, y los periodistas se encuentran sometidos a represión y censura cotidianas. Corea del Norte, Eritrea y Turkmenistán ocupan las últimas posiciones, porque en ellos ni siquiera existe prensa privada: los medios no hacen otra cosa que reproducir la propaganda del Estado, y cualquier desviación, por mínima que sea, se reprime severamente.

De acuerdo con la organización, Asia oriental (Birmania, China, Vietnam, Laos), Asia central (Turkmenistán, Uzbekistán, Afganistán, Kazajstán) y Oriente Medio (Irán, Irak, Arabia Saudita y Siria) son la regiones más difíciles del mundo para el ejercicio de la libertad de prensa, pues la represión de las autoridades o la violencia de los grupos armados impide que los medios se expresen libremente.

En Cuba, que según Reporteros Sin Fronteras ocupa la posición 161, se añadieron este año 21 nuevos encarcelados a los ya detenidos desde marzo de 2003. Irak, desde luego, ha descendido al lugar 157, con relación a 2004, a causa del empeoramiento de la situación de seguridad de los periodistas. La organización precisa que desde el comienzo de la guerra, en marzo de 2003, han sido asesinados 72 periodistas y colaboradores de los medios, y que sólo este año han sido sacrificados 24, lo que lo convierte en el conflicto más asesino desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

En cambio, algunos estados que han adquirido o recobrado recientemente su independencia en los últimos 15 años, como es el caso de nueve en Africa y sobre todo en Europa del este (Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, Namibia, Bosnia-Hersegovina, Macedonia, Croacia y Timor del Este), se muestran hoy muy respetuosos de la libertad de prensa, lo que desmiente el retorcido argumento de que se tienen que esperar varias décadas para que se instale la democracia.

La clasificación de Reporteros Sin Fronteras rebate además en su conjunto la teoría, interesadamente utilizada por los dirigentes de los países pobres y autoritarios, de que el desarrollo económico es una condición previa indispensable para la democratización y el respeto a los derechos humanos. La organización demuestra, en cambio, que países desarrollados económicamente, como Estados Unidos, Canadá y Francia, han venido retrocediendo por nuevos hostigamientos, amenazas y obstáculos a la libertad de prensa. Estados Unidos ha perdido más de 20 puestos del año pasado a este, a causa del dudoso caso de la reportera de The New York Times Judith Miller, quien dio a conocer en uno de sus artículos el nombre de una agente de la CIA, pero sobre todo por medidas judiciales que debilitan el secreto de las fuentes. Por esta misma causa, que transforma en ocasiones a los periodistas en "auxiliares de la justicia", Canadá ha perdido también algunos puestos. Sorprendentemente, Francia también está en retroceso. Registros de locales de medios de comunicación, arrestos de periodistas y la creación de nuevos delitos de prensa son, de manera increíble en ese país, entre otras cosas, el motivo de su nueva posición.

 
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