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La vida michoacana de un panista de invernadero
¿Quién conoce a Felipe Calderón?

Alberto Nájar

Carlos Castillo Peraza, su mentor político, se definía como un "panista silvestre", en contraposición a aquellos que nacieron en familias panistas, como el virtual candidato a la Presidencia Felipe Calderón Hinojosa.
En su tierra natal dicen que Calderón es un buen ejemplo de que el león no es como lo pintan. Aquí el retrato michoacano de quien ahora sí es "candidato de Fox"



Morelia, Michoacán.- Los resultados de la segunda vuelta en la elección interna del Partido Acción Nacional (PAN) empezaban a fluir, cuando a los teléfonos celulares de los principales operadores de Santiago Creel en el estado llegó un mensaje escrito.

"¿Así o más?", decía el texto sin firma, en una clara alusión al resultado que Felipe Calderón Hinojosa, el precandidato ganador, había obtenido en Michoacán, su estado natal: 72% de los votos.

Los creelistas supieron de inmediato el origen del texto. "El teléfono del que lo enviaron es de un amigo cercano a Felipe", cuenta uno que recibió el mensaje. "Así de gandallas han sido siempre, ni para qué enojarse".

Y sí. Durante su precampaña, por ejemplo, Felipe Calderón recibió el apoyo de varios delegados federales en Michoacán, los cuales fueron designados durante el tiempo en que el moreliano ­nació en la capital del estado­ perteneció al gabinetazo del presidente Vicente Fox.

Se trata de las representaciones de Liconsa, Diconsa, las secretarías de Desarrollo Social y Medio Ambiente, así como la Comisión Reguladora para la Tenencia de la Tierra, Corett.

Tales delegaciones se ubican en el sector social del gobierno, el mismo donde, coincidentemente, suele haber una cosecha importante de votos. Y por si fuera poco, el presidente estatal del PAN es Francisco Morelos, amigo de la infancia del candidato.

Nada raro. "Hacía berrinche si no lo dejaban imponer a sus cuates", se queja un ex presidente del PAN estatal. "Fue el precandidato que mayor operación política tuvo en Los Pinos, no sé de donde sacan que se peleó con Fox".

Doble discurso, una faceta conocida entre sus paisanos. Hace cuatro años, durante el cierre de campaña del candidato panista a la gubernatura, Salvador López Orduña, el entonces diputado federal afirmó sin rubor que en Acción Nacional "se sirve a las personas, no a los grupos o dinastías familiares".

A su lado, en el templete, lo acompañaban sus hermanos Juan Luis, quien luego fue diputado local, y Luisa María, senadora de la República.

Tal vez por eso en Michoacán la conseja es que los Calderón Hinojosa nunca se quedan sin empleo político. O, como afirma Cristóbal Arias, contendiente perredista de Felipe en la elección por la gubernatura de 1995, en el fondo el león no es como lo pintan.

En ese proceso electoral, recuerda, "sólo una vez coincidimos en un centro comercial; no lo reconocí porque traía ropa deportiva y él siempre ha vestido muy monacal", recuerda. "Nada más, ni un café, un desayuno, o una plática formal. No sé de donde sacan que es un político tolerante y negociador; más bien parece autopromoción, inventarse atributos que no se le conocían".

De hecho, afirma Arias, en Michoacán al candidato panista se le ubica como un político ajeno al estado.

"Aquí su historia es de poca trascendencia. Antes de la elección de 1995 era un desconocido para la mayoría, ni siquiera porque su padre (Luis Calderón Vega) fue uno de los fundadores del partido".

La ausencia de la política local se nota. En abril del año pasado dos de sus hermanos, Juan Luis y Luisa María, participaron en la elección de representantes michoacanos al consejo nacional del blanquiazul, una ceremonia a la que fue invitado el entonces secretario de Energía.

Perdieron.

Un año y medio después, la situación parece distinta... pero no mucho, afirma Cristóbal Arias. "Tener un presidenciable de casa siempre crea expectativas, aunque no suficientes para ganar el gobierno del estado", dice.

Y el ex presidente del blanquiazul remata: en el camino a la candidatura quedaron muchos lastimados, especialmente en Michoacán. "Somos institucionales y vamos a participar en lo que nos dejen, pero eso no significa olvidar sus gandalleces. Por eso algunos guardaron el mensaje del 23 de octubre, para recordar en el momento oportuno quién realmente es Felipe Calderón".

Un hijo del PAN

Morelia, 1962. Campaña a la gubernatura de Jorge Eugenio Ortiz Gallegos.

En el templete del mitin una mujer embarazada sostienen en brazos a un niño pequeño, atenta a las palabras del candidato mientras su marido, aspirante a diputado, reparte volantes entre los asistentes al evento.

La mujer se llamaba María del Carmen Hinojosa, y el niño en su vientre fue bautizado, meses después, como Felipe de Jesús. La imagen es una de las anécdotas favoritas de la familia Calderón Hinojosa, y sirve para demostrar que, en efecto, el ahora candidato a la Presidencia de la República virtualmente nació en el PAN.

"Tuvimos los inicios típicos de hijos de militante", cuenta Juan Luis, el niño que estaba en brazos de doña María en aquel mitin. "Desde chiquillos estábamos en la talacha, había que doblar cartas, entregar volantes... El coche familiar era un Opel modelo 59, y allí nos íbamos los cinco hijos y mis papás a las campañas o a dar talleres de capacitación a los municipios".

Ciertamente, los hermanos Calderón Hinojosa no eran hijos de cualquier militante, pues en Acción Nacional a don Luis Calderón Vega se le considera, junto con Manuel Gómez Morín y Efraín González Morfín, como uno de los ideólogos del partido, autor de las memorias del PAN y militante de tiempo completo en los tiempos de verdadera austeridad: el patrimonio inmobiliario del blanquiazul michoacano eran "una camioneta guayín y una Renault 4". Nada más.

Por eso Juan Luis recuerda la angustia de su madre cada que se acercaban los procesos electorales. "Llegaba la gente del partido a la casa, pasaban a la sala y platicaban un buen rato con mi apá", cuenta. "Luego se iban muy sonrientes y ya en la comida nos decía que había llegado la fecha, nadie se había animado y que ni modo, había aceptado ser el candidato. A mi amá no le gustaba porque eso significaba que pasarían varias semanas sin sueldos".

­¿Perdía el empleo?

­Mi apá trabajó en muchas cosas, pero renunciaba cada vez que era necesario. Luego, al terminar la campaña buscaba dónde acomodarse. En casa no teníamos una economía boyante, pero nunca nos faltó nada.

Calderón Vega, define su hijo Juan Luis, era parte "de esa vida bohemia político social, pero muy dedicado a los estudios. Por ejemplo escribió el texto de principios de sociología que todavía se usa en los colegios maristas; me acuerdo que la primera edición se hizo mimeográfica, fueron 100 copias".

También participó en varios comités nacionales, e incluso desde 1967 prácticamente se mudó a la ciudad de México de donde regresó jubilado a Morelia en 1976 para dar clases en el Colegio Valladolid. "Nomás venía los sábados", cuenta Juan Luis.

Durante esos años estrechó relaciones con quienes al paso de los años se convirtieron en actores importantes del panismo, como Luis H. Alvarez, José Angel Conchello, Adolfo Christlieb Ibarrola y Carlos Castillo Peraza, quien le llamaba "mi joven abuelo".

Ese fue el ambiente familiar del ahora candidato presidencial quien suele presumir que empezó su carrera política a los ocho años, cuando acompañaba a sus hermanos a pegar propaganda en las calles de Morelia.

No fue así. "Para que mi amá nos dejara salir de noche Felipe debió tener unos 13 o 14 años, ya estaba en la secundaria", recuerda Juan Luis. "Andábamos en las brigadas del engrudo pegando carteles en los postes, que entonces eran todos de madera".

Era un trabajo arriesgado, sobre todo al acercarse la fecha de elecciones. "Había que tener cuidado para no encontrarnos con las brigadas del PRI, de puros golpeadores, que iban atrás de nosotros quitando lo que pegábamos, o evitar a la policía que se portaba intimidante. A lo mejor por la imprudencia de ser adolescentes o la adrenalina, pero no nos daba miedo, a veces les mentábamos la madre. Nos tocaron varias corretizas".

Los pecados de Felipe


La formación política de los hermanos Calderón Hinojosa, y especialmente de Felipe quien fue el menor de la familia, empezó desde que era pequeño y siempre estuvo vinculada a Acción Nacional.

Juan Luis recuerda que en las discusiones familiares "era común repetir las frases de don Manuel (Gómez Morín), como 'ésta es una brega de eternidad', 'se trata de mover las almas, no de mover los cuerpos' y así. Creíamos que estábamos peor que David contra Goliat".

La influencia religiosa en la familia fue lógica pues don Luis Calderón, antes de participar en la fundación del PAN, formó parte de la Unión Nacional de Estudiantes Católicos, cercana al movimiento sinarquista, y durante varios años fue presidente de la Unión Nacional de Católicos, además de gerente, en Michoacán, de la Unión Social de Empresarios Mexicanos, un organismo cercano a la Iglesia católica.

Gracias a esta escuela Felipe Calderón estrechó lazos con Castillo Peraza, quien fue presidente de Acción Católica Juvenil y cuya influencia ha sido fundamental para el actual candidato a la Presidencia; de hecho, solía decir que era su maestro y guía político.

(Ambos se distanciaron después que Castillo Peraza perdió la elección para jefe de Gobierno del Distrito Federal en 1997, un proceso que el hijo del fallecido político yucateco, Julio Castillo López, atribuye a la pérdida de valores del michoacano a quien califica como oportunista).

La formación católica del candidato virtual, afirma Juan Luis Calderón, no influye en las decisiones políticas de su hermano.

"No sé que tenga más peso, los principios religiosos, los filosófico-políticos o el ejemplo de los abuelitos", dice. "Felipe acata estrictamente los valores católicos, pero su formación social es de Estado, sabe cuándo actuar como político y cuándo comportarse como católico".

¿Será cierto? Porque cuando fue presidente del PAN, en septiembre de 1997, el moreliano incluyó a la Virgen de Guadalupe en su arenga para festejar la Independencia de México. Luego, como coordinador de la bancada panista en San Lázaro, se opuso con Diego Fernández de Cevallos a que la comandancia del EZLN usara la tribuna del Congreso de la Unión.

Por esos mismos días respaldó al entonces diputado Luis Pazos en su maniobra legislativa para entregar 30 millones de pesos a Provida, que originalmente se utilizarían en campañas para prevenir el contagio de VIH.

Cuando se supo el destino final de los recursos ­compra de tangas e inversiones personales del líder de Provida, Jorge Serrano­ el entonces precandidato Calderón Hinojosa guardó silencio. Y hace unos meses durante la precampaña se opuso a la inclusión de la píldora del día siguiente en el cuadro básico de medicamentos del sector salud.

Posiciones como éstas confieren al panista la imagen de conservador ­Calderón se define como "pecador estándar"­, algo que su hermano reconoce... a su manera. "Es firme en sus principios y tiene claros los valores del partido como honestidad, integración familiar etcétera", dice. "Y si a eso se le llama ser conservador, pues sí lo es".

Los hermanos incómodos

Familia, país, trabajo y amigos. La escala de valores de Felipe Calderón Hinojosa. Y los ha cumplido, al menos en ese orden.

En Morelia uno de los comentarios más frecuentes sobre el candidato virtual se refiere a la participación de su familia en la política. El perredista Cristóbal Arias recuerda que en la 55 Legislatura federal "Felipe, su suegro (Diego Zavala) y su hermano Juan Luis (Calderón) eran diputados, hasta se sentaban en la misma fila".

Luego, cuando coordinó la bancada panista en San Lázaro "su hermano Juan Luis era diputado local y su hermana senadora", una tendencia que se mantiene hasta ahora:

En los días de Felipe como secretario de Energía, Juan Luis Calderón trabajó en la Comisión Nacional del Agua y tras la renuncia al gabinetazo se incorporó al ayuntamiento de Morelia como responsable del Organismo Operador de Agua Potable y Saneamiento. Una prima suya, Guadalupe Hinojosa Rivero, era funcionaria del Instituto Nacional de Migración en Puebla, hasta que fue despedida en marzo pasado por apoyar a su familiar en la contienda del blanquiazul. "Siempre han vivido del PAN o en el presupuesto", dice Cristóbal Arias.

Con esos antecedentes, ¿qué pasaría si Felipe Calderón ganase la elección presidencial?

"Nada", jura Juan Luis. "Los hermanos tenemos claro que chamba federal no la vamos a tener, ni la vamos a buscar porque el nepotismo no se puede dar, es incompatible con nosotros".

­¿Y negocios?

­Tampoco los vamos a buscar, seguiremos en lo que estamos. Hasta allí.