Usted está aquí: martes 8 de noviembre de 2005 Economía México después de Wilma

México después de Wilma

A nivel macroeconómico lo analistas no prevén que el impacto de la tormenta sea catastrófico

El huracán afectó casi cada centímetro cuadrado de las playas del Carmen, Cancún, Cozumel e Islas Mujeres. Casi 98% de la infraestructura turística en el área resultó perjudicada

Economist Intelligence Unit /The Economist

Ampliar la imagen Casco de un barco que encall� las costas del Caribe mexicano, arrastrado por la fuerza del hurac�Wilma, fen�o que da�as amplias playas de las ciudades tur�icas de la zona FOTO Ap Foto: Ap

Ampliar la imagen En los distritos da�s por el hurac�habita cerca de 75 por ciento de la poblaci�otal de Quintana Roo FOTO Ap Foto: Ap

La implacable temporada de huracanes de este año golpeó a México de manera particularmente severa. Fuertes tormentas castigaron las líneas costeras del país, entre ellas el huracán Stan, el cual impactó a principios de octubre y causó inundaciones y deslaves en el sur de la república. El 21 de octubre, el huracán Wilma golpeó al estado de Quintana Roo, donde se encuentra la popular ciudad turística de Cancún, en la península de Yucatán. A pesar de las imágenes de hoteles en ruinas y carreteras inundadas, los reportes iniciales sugieren que la economía global mexicana no sufrirá un daño astronómico. Sin embargo, la recuperación de Cancún, corazón de la industria turística mexicana, podría durar meses, dependiendo de la puntualidad del esfuerzo de reconstrucción.

Es muy pronto para cuantificar las pérdidas exactas causadas por Wilma. Hasta ahora algo es evidente: la tormenta, con sus tempestuosos vientos de 140 km/h que no aminoraron durante dos días, dejó en ruinas los principales municipios de Quintana Roo, privados de energía eléctrica, telecomunicaciones, tuberías de agua, techos y caminos transitables. En los distritos dañados por el huracán habita cerca de 75% de la población total del estado. De acuerdo con funcionarios estatales, más de 800 mil personas andan a la rebatiña ahora para recuperar los servicios básicos.

Pasada una semana del paso de la tormenta, las plantas de energía, aeropuertos y carreteras reanudaron operaciones. Tropeles de turistas varados abordaron sus aviones de regreso a casa. Los brotes de pillaje disminuyeron, el ejército y la policía patrullan las calles y ponen orden, y ya la distribución de ayuda está en camino.

La respuesta política ha sido constante. Consciente de la cuestionada respuesta del presidente George Bush ante el huracán Katrina a fines de agosto y principios de septiembre, el presidente de México, Vicente Fox, se dio prisa en visitar la zona golpeada por la tormenta y lo hará en otras ocasiones. Fox también contuvo la confusión y la lucha interna entre las dependencias gubernamentales. La firme reacción del Presidente -rara, puesto que su discurso por lo regular carece de fuerza- podría quedar registrada como uno de sus momentos brillantes.

Leve impacto en el PIB

Por ahora la atención se dirige al impacto de la tormenta a largo plazo. En un nivel macroeconómico no se espera que el impacto de la tormenta sea catastrófico, aunque algunos economistas reducen sus estimaciones sobre el crecimiento del PIB. Goldman Sachs, corredor con sede en Nueva York, ha rebajado su cálculo para 2005 de 2.8% a 2.5%, tomando en consideración la destrucción causada por Wilma. Sin embargo, EIU no ha variado su pronóstico de 3% de crecimiento para 2005 y 2.9 para 2006.

Lo que más preocupa es el impacto en la industria turística y el ingreso de divisas que genera. Esta industria es la tercera fuente de ingresos extranjeros del país, después del petróleo y de las remesas. Produce ganancias de casi 11 mil mdd anuales, y la costa del Caribe mexicano, de la que Cancún es el centro principal, es el destino más apreciado.

Según informes del gobierno federal, el turismo en Quintana Roo produce casi 4 mil mdd anuales y representa más de 33% de ingreso total del estado. El huracán afectó casi cada centímetro cuadrado de las renombradas playas del estado, como las de Cancún, Playa del Carmen y las islas de Cozumel y Mujeres. Casi 98% de la infraestructura turística en el área resultó afectada. Sólo el daño a los hoteles, dicen los analistas locales, podría oscilar entre 800 y mil 500 mdd. Goldman Sachs estima que Wilma provocará que México pierda más de mil 500 mdd en ingresos turísticos durante 2005.

Cancún está ahora en una carrera para recuperarse. Se aproxima la temporada principal de vacaciones y la zona podría enfrentar pérdidas de ingresos que se extenderán durante 2006 y 2007. La Secretaría de Turismo dice que un solo día sin turistas en Cancún y la Riviera Maya (como se conoce a la costa del Caribe mexicano) se traduce en pérdidas de ingresos por 15 millones.

Fox afirma que tardará "un par de meses" que Cancún funcione a entre 80 y 90%, refiriéndose a la operación de electricidad, suministro de agua potable y otros servicios. Pero los tiempos del Presidente pueden ser demasiado optimistas. El alcalde de Cancún, Francisco Alor, dice que a la ciudad podría llevarle al menos seis meses recuperarse. Ana Patricia Morales, vicepresidenta de la Asociación de Hoteles de Cancún, está de acuerdo. Los principales hoteles, entre ellos el Marriot International, han anunciado que sus instalaciones cerrarán hasta fines de 2005 o principios de 2006 cuando menos.

En busca de ayuda

Para acelerar la reconstrucción, los pequeños hoteles buscan préstamos y el gobierno dice que ayudará a conseguir financiamientos a las empresas sin acceso a los créditos de la banca comercial. La asociación hotelera está solicitando también un periodo de gracia en los préstamos pendientes de los hoteles en las áreas devastadas.

Hay un rayo de esperanza. En apariencia las agencias de viajes mexicanas conservan buen número de viajeros que debían dirigirse a Cancún en los próximos meses. A la fecha, cerca de 20% de los paquetes vacacionales registrados por la asociación de agencias de viajes del país (Asociación Mexicana de Agencias de Viajes, AMAV) han sido cancelados. El resto de los viajes han sido pospuestos o redirigidos a ciudades pintorescas como Oaxaca, Morelia y otros destinos del Caribe al norte de Cancún, dice Jorge Hernández Delgado, presidente de AMAV, que representa a 2 mil 100 agencias de viajes mexicanas.

Hay otros obstáculos logísticos. Aunque Fox apremia a las compañías aseguradoras para que agilicen pagos a los tenedores de pólizas de seguro afectados por las tormentas, nada garantiza que las respuestas sean rápidas. Cualquier retardo en esos pagos dejará a los empresarios luchando solos por salir adelante e incrementará las probabilidades de precios exorbitantes y despido de empleados. De hecho, el futuro empleo de 105 mil trabajadores de la industria turística de Quintana Roo, desde recamareras de hotel y choferes de taxi hasta cantineros y cocineros, es incierto.

Aunque la intensidad de Wilma era impredecible -golpeó de manera más inclemente que el devastador huracán Gilberto en 1988-, el turismo en Cancún saldrá a flote. Los analistas de la industria concuerdan en que podría recobrar su pujanza anterior a Wilma. Antes de la tormenta el secretario de Turismo dijo que los visitantes europeos estaban llegando a Quintana Roo (y a México en general) en números cada vez mayores, estimulados por la fuerza del euro frente al dólar (el euro se puede usar como moneda corriente en la mayor parte de los sitios turísticos mexicanos). Los visitantes estadunidenses también consideran la costa del Caribe mexicano un destino atractivo debido a su proximidad y a que está relativamente a salvo de ataques terroristas.

La advertencia es que los huracanes no desaparecerán. "Necesitamos aceptar la idea de que estas tormentas que golpean con increíble fuerza continuarán", dice Hernández. "Las construcciones que sobrevivieron esta vez podrían no hacerlo la próxima."

FUENTE: EIU

 
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