Usted está aquí: miércoles 9 de noviembre de 2005 Opinión Adiós al ALCA: ¿se perdieron los beneficios?

Alejandro Nadal

Adiós al ALCA: ¿se perdieron los beneficios?

A la luz de la reunión de Mar del Plata es importante preguntar si la región latinoamericana se perdió de algún beneficio con la muerte del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Después de todo, desde hace años proliferan los estudios que justifican la apertura comercial anunciando ganancias significativas para los países o regiones que procedan a una mayor apertura comercial. Esos estudios han sido utilizados en las negociaciones de la ronda Uruguay, del TLCAN y de la ronda Doha. Esta última serie de negociaciones, se supone, está diseñada para dar prioridad al desarrollo económico y, se presume, debe beneficiar antes que nada a los países pobres.

La mayor parte de los análisis sobre los beneficios del libre comercio se realiza a través de modelos que reproducen la estructura de una economía antes y después de la liberalización. Los modelos permiten realizar estimaciones sobre cambios en las industrias y sectores económicos sujetos a la apertura y calcular los beneficios en términos de ingreso y bienestar. Las estimaciones son recogidas en los medios y se convierten en referencia obligada en poco tiempo; rápidamente adquieren vida propia y se convierten en "datos duros" que todo mundo cita.

El Instituto de Desarrollo Global y Medio Ambiente (GDAE, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Tufts en Boston acaba de publicar un estudio riguroso sobre las estimaciones de los "beneficios" derivados de las negociaciones comerciales. La investigación la llevó a cabo el profesor Frank Ackerman, renombrado economista especializado en comercio internacional y teoría económica. Su trabajo es devastador para los simpatizantes de estos modelos y abre nuevas perspectivas para el análisis de los efectos de la apertura comercial. La versión completa del documento puede ser consultada en el portal electrónico del GDAE(http://ase.tufts.edu/gdae/pubs/wp/05-01ShrinkingGains.pdf).

El estudio de Ackerman revela que a diferencia de las estimaciones de apenas hace tres años, los modelos más socorridos presentan evaluaciones mucho más conservadoras sobre los beneficios de la apertura comercial. Además, muestran que la mayor parte de los beneficios van para los países ricos y, desde esta perspectiva, la contribución de la liberalización comercial a la reducción de la pobreza es muy limitada.

Un ejemplo de lo anterior son las estimaciones del propio Banco Mundial y su modelo LINKAGE. En 2002 el Banco Mundial proyectaba ganancias derivadas de la apertura comercial total de 539 mil millones de dólares (mmdd) para los países en vías de desarrollo. Hoy las nuevas proyecciones son de sólo 90 mmdd: se evaporaron 80 por ciento de las "ganancias" estimadas hace tres años.

El mismo modelo del Banco Mundial indica también que los beneficios derivados de un escenario realista de desgravación arancelaria como resultado de la Ronda Doha (que la OMC busca destrabar en la reunión ministerial de Hong Kong en diciembre) se concentrarían en los países ricos (80 mmdd) y una parte pequeña iría a los países subdesarrollados (16 mmdd). Por supuesto, la mayor parte de los "beneficios" para las naciones en desarrollo se concentraría en países como Argentina, Brasil, China, India, México y Turquía.

¿Cuál sería la aportación a la reducción de la pobreza de la desgravación arancelaria? Con el modelo del Banco Mundial y con un escenario hipotético de liberalización total los beneficios para los países ricos rebasarían 190 mmdd, mientras los que están en desarrollo sólo alcanzarían 90 mmdd. Eso significa que las ganancias por persona en las naciones ricas llegarían a los 200 dólares, mientras que en las subdesarrolladas serían de sólo 17 dólares por año.

Con el escenario "realista" de resultados asociados a la Ronda Doha el modelo arroja un resultado muy descorazonador. Las ganancias per cápita para el conjunto de países en desarrollo son verdaderamente de risa: 3.13 dólares al año, es decir, menos de 10 centavos mexicanos por día (los países ricos obtienen 79 dólares por persona en este escenario).

Nadie piensa que los modelos son capaces de ofrecer cifras exactas. Pero los órdenes de magnitud de sus resultados indican cómo son las tendencias. Es decir, aun los modelos más favorables para los promotores de la apertura neoliberal revelan que las ganancias son reducidas y que los beneficios se distribuyen de manera muy asimétrica.

Es evidente que el impacto sobre los niveles de pobreza es despreciable para los países en desarrollo. En el caso de los miles de millones de pobres que sobreviven con menos de dos dólares al día esas "ganancias" no hacen ninguna diferencia. Desde esa perspectiva, la pregunta obligada es si no hay mejores opciones que la Ronda Doha.

La reunión de Mar del Plata enterró definitivamente el ALCA. Por lo menos esta versión de acuerdo comercial ya no será la pauta de un proceso de integración económica en la región. Quizás en el futuro los pueblos y gobiernos de América podrán diseñar un verdadero acuerdo para el desarrollo económico y no sólo para los negocios de las grandes corporaciones trasnacionales.

 
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