Usted está aquí: miércoles 9 de noviembre de 2005 Política La democracia necesita jueces imparciales e independientes, señala Fox a consejeros

El CJF debe ser cauteloso cuando resuelva casos que impliquen a juzgadores: Azuela

La democracia necesita jueces imparciales e independientes, señala Fox a consejeros

Rehúye el titular de la Suprema Corte hacer petición expresa de recursos

JESUS ARANDA

La democracia requiere jueces imparciales, expertos e independientes, con claro compromiso ético y social, sostuvo el presidente Vicente Fox.

Al encabezar ayer la ceremonia con la que concluyeron los festejos por el décimo aniversario del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), Fox agregó que la función jurisdiccional constituye "uno de los más fuertes cimientos" para la preservación del estado de derecho y brindar certeza jurídica a los ciudadanos.

Por su parte, el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Mariano Azuela, se limitó a dejar entrever la importancia de que el CJF cuente con recursos suficientes para eficientar el sistema de impartición de justicia, pero evitó hacer un señalamiento expreso sobre el tema.

Esa situación llamó la atención, dada la preocupación mostrada por otros integrantes del CJF en diversas intervenciones públicas o en comentarios "en corto", ante la posibilidad real de que el Congreso de la Unión no apruebe el incremento de recursos solicitado por la judicatura federal para el ejercicio fiscal 2006.

En este orden, al comentar una de las funciones del consejo, como abastecer del equipo material suficiente a los órganos de justicia para su buen desempeño, Azuela apuntó: "naturalmente se compran lápices y papelería. Se compran computadoras y todos los elementos necesarios de la ciencia moderna y la tecnología para que pueda impartirse justicia con mayor rapidez".

El también presidente del CJF apuntó, por otra parte, respecto de la importancia de que jueces y magistrados cuenten con el "perfil adecuado" para cumplir su encomienda, que es "imprescindible" buscar que haya "remuneraciones adecuadas", atendiendo la naturaleza del cargo, la entrega que se requiere de él y la vulnerabilidad en que están sujetos los juzgadores.

Durante su intervención, en la que dio cuenta de la forma en que el consejo se consolidó como institución en los pasados 10 años, Azuela llamó a los consejeros a "ser cautelosos" cuando resuelvan quejas en contra de la actuación de jueces y magistrados, sobre todo cuando se trata de denuncias de casos "graves" y de destituciones de cargos.

El consejero presidente recomendó a sus compañeros que no revisen las quejas contra los juzgadores "como si se tratara de un juicio penal, donde escrupulosamente se ve si se reunieron los requisitos que se deben presentar".

No toca a la Corte ni al CJF determinar culpabilidad penal

Aclaró que ni al consejo ni a la Corte -cuando revisa en segunda instancia quejas de los juzgadores, cuando son suspendidos, no ratificados o destituidos de sus cargos por el CJF- les corresponde determinar la culpabilidad penal de los juzgadores.

"Nos toca ver si jueces y magistrados tienen el perfil adecuado para estar verdaderamente haciendo respetable el poder, para que podamos exigir que se le respete", destacó.

Sin embargo, cabe mencionar que al momento de revisar los casos la Suprema Corte no se distingue por aplicar este postulado, como fue el caso reciente del magistrado Héctor Gálvez Tanchez, quien fue encontrado responsable de haber acosado sexualmente a dos subordinadas, pese a lo cual el pleno de ministros revocó su destitución, ordenada por el CJF, porque esa conducta no está tipificada como delito grave. La SCJN ordenó finalmente su reinstalación en el cargo, una vez que cumpla la sanción administrativa de un año.

Para concluir su intervención, Azuela señaló que el "Consejo es un órgano en servicio de jueces y magistrados, pero sobre todo un órgano de servicio al pueblo de México, a quien tratamos de entregarle la justicia que la Constitución le ofrece".

Por su parte, el consejero jurídico de la Presidencia de la República, Juan de Dios Castro, aseveró que "el juez, al juzgar, debe estar desligado de toda vinculación humana afectiva" al momento de emitir su sentencia y aplicar estrictamente la ley.

 
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