Exige a las industrias que demuestren que no son nocivos para la salud
Aprueba el Parlamento europeo una estricta regulación de productos químicos
Polémica entre los conservadores porque consideran que la normatividad es inaplicable
Estrasburgo, Francia, 17 de noviembre. El Parlamento Europeo aprobó el jueves en primera lectura el controvertido proyecto Reach de regulación de productos químicos, que obliga a la industria a demostrar que las sustancias que utilizan no son nocivas para la salud y el medio ambiente.
El proyecto exige el remplazo de los productos peligrosos, pero los industriales esperan que el Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE), que debe adoptar la normativa en último término, suavice el texto "ecológico" aprobado por los erudiputados reunidos en Estrasburgo (este de Francia).
Tras varios años de controversia, el Parlamento Europeo adoptó por amplia mayoría de 407 votos a favor frente a 155 en contra uno de los proyectos más complejos de la historia de la UE, eje de un lobby impresionante por parte de los industriales, especialmente alemanes, y las organizaciones no gubernamentales (ONG) ecologistas, pero también los gobiernos estadunidense y sudafricano.
El objetivo de Reach es instaurar, en 11 años, un sistema de registro, evaluación y autorización de unas 30 mil sustancias químicas fabricadas en cantidades que superan la tonelada anual.
Para satisfacción de la industria, el Parlamento adoptó una enmienda al texto original presentada por los conservadores, los socialistas y los liberales para simplificar las pruebas que deberán hacerse a sustancias producidas en una cantidad menor a las 100 toneladas, con excepción de las más peligrosas.
Los ecologistas, las organizaciones de defensa del medio ambiente y los consumidores lamentaron la decisión por estimar que creará "enormes lagunas en materia de conocimiento" para miles de sustancias.
Si bien esas sustancias son presentadas en los productos de consumo corriente (textiles, cosméticos), no se conocen sus efectos sobre la salud y el medio ambiente, aunque se sospecha que pueden ser responsables del aumento de alergias, ciertos cánceres y la infertilidad.
Las autoridades públicas ya no serán las que tengan que demostrar lo nocivo de estos productos, sino que los industriales deberán probar que están seguros de la ausencia de riesgos.
La industria perdió en un punto clave del proyecto, el de las autorizaciones, ya que el Europarlamento votó la exigencia de que las sustancias peligrosas sean remplazadas por alternativas más seguras.
En caso de no existir una alternativa, las autorizaciones serán otorgadas con una validez de sólo cinco años para alentar el desarrollo de productos sustitutos.
"Se trata de una disposición esencial para frenar la acumulación de sustancias químicas en nuestro organismo y el medio ambiente", se felicitaron varias ONG, entre ellas WWF y Greenpeace.
"Una combinación de los verdes, socialistas y liberales hizo que este sistema de autorización sea burocrático e impracticable", denunció en cambio la conservadora holandesa de Partido Popular Europeo (PPE, derecha) Ria Domen-Ruijten.
De su lado, la Industria Europea de la Química (Cefic), que emplea a 1.3 millones de personas en la UE, dijo estar "decepcionada" por esta cuestión y manifestó que confía en el "trabajo del Consejo de Ministros" y el voto en segunda lectura del Europarlamento para "mejorar la eficacia" de Reach.
El texto enmendado debe ser adoptado por los 25 ministros de Industria de la Unión Europea. En caso de algún desacuerdo, volverá en segunda lectura al Europarlamento.
Alemania, que alberga la industria química más poderosa de Europa, obtuvo una postergación de la decisión de los 25 miembros de la UE prevista para fines de noviembre, con el objetivo de que el nuevo gobierno de Angela Merkel tenga tiempo de estudiar la cuestión.